Una mente variante

Publicado el una mente variante

La extraña «Felicidad»

Nos estamos creyendo un cuento que es difícil de manejar. Una verdad a medias que nos aleja de nuestro equilibrio y que nos conecta directamente con el vacío y la insatisfacción. Nos estamos llevando a ser felices sin siquiera saber cómo es para nosotros la felicidad, y buscamos lo que nos hace felices sin importar qué emociones dejamos de sentir en el proceso.

¿Desde qué momento empezamos a hacernos a la idea de que ser feliz es algo obligatorio o hasta esperado? ¿Por qué le damos el peso de nuestra satisfacción al hecho de estar felices? ¿Por qué todos van por ahí intentando ser felices (o mostrarse felices)? ¿Quién sabe qué significa realmente la felicidad?

El origen de la concepción equivocada de la palabra felicidad, viene de que responde a la pregunta: ¿qué es la felicidad? o ¿por qué sentir felicidad? pero hallar una respuesta a la medida de cada ser, es muy difícil; y por eso, intentar homogenizar lo que sentimos, es una tarea inoficiosa. Lo importante no es el por qué sino el para qué, ese para qué si trae información que sirve para comprender el lugar de la felicidad en nuestro ser. Entonces, ¿para qué se siente felicidad?

Se siente felicidad para que la química del cuerpo funcione, la energía de las relaciones fluya, el cansancio disminuya, nos relajemos, dejemos de darle al ego lo que necesita para seguir “batallando” la vida; la felicidad existe para que descubramos que lo sencillo tiene más valor de lo que uno se imagina, para reconocer que en medio de la turbulencia en la que estamos, podemos tener momentos de goce (porque nos los merecemos).

Identifica la justa medida de tu felicidad

La felicidad puede ser eso que ocurre cuando hay un “vacío” entre lo que se piensa, lo que se es y lo que socialmente se espera de nosotros, cuando se nos olvida que “somos seriedad y cansancio” cuando nos permitimos mostrarnos divertidos por pendejadas, cuando pasamos por alto eso de que “no estamos en edad de reírnos por bobadas”; la felicidad puede ser ese destello de alegría que viene cuando nadie está viendo que nos reímos del video de alguien que se cae en Facebook, cuando escuchamos un chiste malo y no nos da pena reírnos, cuando alguien nos mira con tanto amor que no sabemos cómo responder más allá de con una sonrisa; ese momento en el que nos sentamos a saborear un café recién hecho en una tarde de frío o hasta en la satisfacción que dá el estar al día con nuestras obligaciones.

La felicidad significa, lo que para cada uno signifique la felicidad. Lo importante es sentirla y que al saber que se aproxima le demos vía libre y nos permitamos darle un espacio en el día a día. La felicidad no es un molde en el que debamos encajar, ni el silenciador que inhiba la sabiduría que aportan otras emociones cuando alguien hala el gatillo y nos lleva a reaccionar, no es una moda que nos desconecta de lo que nos genera real goce, ni un parámetro que debemos satisfacer para estar bien con nosotros mismos.

Recuerda que no hay tips para ser feliz, por que la felicidad es propia del ser, inherente a su contexto social, a su formación y a las características de su vida; no hay fórmulas que apliquen cuando vivimos en un mundo que tiene las prioridades fuera de control, las relaciones sobre o sub valoradas, y el propio lugar del ser humano como algo fruto no de su propia naturaleza sino de las concepciones y normas culturales en las que vivimos.

Para darnos una idea…

¿Sabemos cómo se siente la felicidad para cada uno de nosotros?

¿La felicidad viene de nosotros o de la felicidad de otros?

 

No nos engañemos, en este justo momento, hay personas siendo felices por razones “correctas” o “equivocadas” y eso está bien; hace parte de la historia de cada quien.

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