Cambié de empleo, cambié de oficina, cambié de cargo, cambié de pareja o cambié mi físico, pero nada cambia. ¿Qué está pasando?
Nos hemos acostumbrado a que nuestras más grandes transformaciones, son las que marcan los más significativos aprendizajes, a que se requiere que se cambie todo el entorno, para volver al inicio y desde el punto cero volver a rearmarnos. Nos hemos acostumbrado a «perderlo todo» o a «perder todo lo conocido» para conectar con lo nuevo (necesitamos de una pandemia para cambiar las variables de nuestra escala de valores, por ejemplo)… sin embargo, en lo sutil, ocurren cambios tan constantes como segundos de vida tenemos, y tan necesarios como cada respiro; y parece que no los tomamos en cuenta sino hasta que la realidad nos muestra una de sus caras más «amargas» o «densas».
Si hay cambios que necesito vivir…. ¿por qué nada cambia cuando hago cambios?
El enfoque, la intención, los patrones, el autosabotaje, las creencias y juicios o el miedo, nos «nublan la vista» frente a los cambios que estamos generando para nuestro bienestar. Si generas un cambio pero el enfoque con el que lo haces está en los resultados más que en el aprendizaje, si la intención del cambio es para que todo a tu alrededor «deje de ser lo que es» pero no tienes clara tu parte de la tarea en este proceso, si cambias de entorno pero retornas a hábitos como: criticar, juzgar, incumplir, irrespetar; si tienes un nuevo trabajo pero frente a las nuevas tareas te saboteas, si cambias de rol pero siguen siendo vigentes dentro de tí las creencias (propias o aprendidas) sobre el «deber ser» de lo que haces, o si el nuevo cambio te toma por sorpresa o reta lo conocido y te genera miedo lo que estás viviendo… no notas el cambio. Independientemente de lo que ocurre fuera de tí, si el interior no se renueva, reconoce, agradece o cierra lo que debe cerrar, el cambio será sutil y el exterior te seguirá reflejando aquello que debe ser observado y atendido.
Si cambias sin el aprendizaje o la idea clara de lo que debe ser transformado o ha sido superado, es muy probable que el exterior te muestre más de eso mismo que has vivido. Si cambias con la idea que de lo haces para que lo exterior cambie o de no vivir lo mismo, sin la cuota de aceptación, perdón y revolución personal para lograrlo, tu exterior seguirá rodeado de todo aquello que no necesitas más… hasta que tomes acción desde un lugar diferente, hasta que te sostengas en las decisiones que tomas, hasta que eso que sientes o te afecta tenga nombre y apellido, hasta que reconectes con el amor que necesitas para tomar la fuerza para decir basta esa persona que te abruma o te refleja ese dolor de reconocimiento estará allí en forma de cliente, jefe, colega, supervisor, etc.
Este trabajo que no te gusta, este trabajo que te incomoda, este cliente con el que no puedes, esta realidad que te abruma, ya te está dando la información que necesitas para cambiar. Esta realidad que no comprendes ya te da cuenta clara de lo que puedes vivir si empiezas a tomar en cuenta la información que te está dando para tomar elecciones diferentes…
Eso que estás deseando cambiar está a una decisión de distancia, y esa decisión está conectada a tu bienestar personal, se alimenta de la energía que creas a tu favor cuando te cumples, cuando te cuidas y te respetas… Ese cambio en lo externo está directamente relacionado con eso que sabes que debe cambiar cuando te escuchas, cuando decides tomar acción desde el amor a tí y cuando te entregas a cumplirte en coherencia.
Para sintonizarte con el cambio y aprovecharlo
Toma un momento y observa la realidad que vives, escúchate en lo que sientes, en lo que no te genera bienestar y en lo que te incomoda. Conecta con la información que te está brindando lo que vives y entrégate amorosamente a definir ¿Qué es lo que no está funcionando? ¿Qué acciones puedo tomar? ¿Qué protejo y cuidas con las acciones que deseo tomar?
Y recuerda que:
- No podemos controlar la energía del cambio. No podemos definir sus características, ni los resultados que obtendremos.
- Los cambios sucederán en la justa medida de nuestros aprendizajes. No llegará a nosotros un cambio que no esté alineado con algo que necesitemos observar y trascender.
- El trabajo es también el reflejo de nuestras relaciones, así que si hay algo en nuestra forma de relacionarnos que no es justo, amoroso o respetuoso para contigo, el trabajo puede estarlo revelando para tí ahora.
- Los juicios y las creencias que tenemos sobre el trabajo y el hacer, hacen parte del ruido que nos desconecta de los cambios que ocurren tras las decisiones o las acciones que tomamos.
- La resistencia a soltar, dejar atrás, reconocer o hacerse cargo de los aprendizajes que brinda el trabajo también alimenta la mente que espera resultados y le presenta como poco válidos los avances que hagamos.
Si quieres darle una mirada a tu día a día en el trabajo y deseas no sólo conectar con lo que te brinda para tu autoconocimiento sino para tu crecimiento personal o el de tu equipo de trabajo, puedo acompañarte en una mentoría a medida de lo que necesites.
Si deseas información adicional, puedes escribirme a: [email protected], y me pondré en contacto contigo.