Olympe de Gouges, la nieta, las manuelas, las hipatias, y más, en la pluma de Esperanza Niño Izquierdo.

Doble sentimiento tuve al leer la obra de la amiga y escritora Blanca Esperanza Niño Izquierdo: “Mujeres rescatadas del olvido. Compendio de fuentes para recordarlas”. En primer lugar, profunda ternura y admiración por el cuidadoso trabajo de reunir en un mismo texto y durante tantos años de estudio a cientos de mujeres invisibilizadas en la filosofía, la política, la historia, la pintura, la literatura, el arte, la poesía y hasta en el Derecho Constitucional.

En segundo lugar, una nostalgia y tristeza por la ausencia de ellas en los museos, las bibliotecas, las bibliografías, la doctrina, los estados del arte, el poder, la paz, la supuesta democracia igualitaria-pluralista, las oportunidades y en las mentes de millones de seres humanos que han creído que el mundo está hecho de la pluma y el pincel de ellos. Sin duda, esta fue la real razón de la construcción de este legado, la misma que han tenido varias autoras que se han dedicado a rescatar la historia de las silenciadas y violentadas por siglos. ¿Cuánto sufrimiento en esas 450 páginas? y ¿cuánta sabiduría invisibilizada?

El sueño de la escritura tuvo que esperar por décadas para ella. Primero las tareas de hija, hermana, de piel, de mujer, de madre, de abuela, de abogada y cuidadora; tremendo aporte para la vida, pero tremendo desperdicio, digo yo, ante la posibilidad única de la escritura. Sin embargo, es ese camino de mujer del siglo XX, el que le permitió en pleno siglo XXI y pandemia, esta reflexión.

Al final logró el escritorio-cuarto propio para ella; la otrora máquina de escribir – utilizada antes para apoyarlo a él– se volvió su computador, su papel. Y se anegó en ese mar que la acompaña desde la pandemia, esos tintos con los vecinos, las historias eruditas y brillantes de su compañero de años, y esos nuevos amigos/as construidos en medio de la soledad del nuevo comienzo en otras tierras y vientos del Caribe. Siempre podemos volver a empezar.

Entre pluma y escritura, un tinto va, una copita de vino viene y a veces con las carcajadas que rodean un juego de mesa.   Un espacio de puertas abiertas en donde entra “La loca”, ese viento alucinante de Santa Marta y esos vecinos que alegran o interrumpen por momentos la concentración. Y ni que hablar de “las hipatias”, las amigas que llegaron desde Bogotá para el alumbramiento. Las mismas de años de estudio, viajes, vinos y una que otra tristeza también. Las mismas de la libertad.  Cuando las mujeres logran superar el odio patriarcal que nos engendraron por nosotras mismas, somos sublimes y nada ni nadie nos puede arrebatar la felicidad y el encanto de ser una sola.

Pero volvamos al libro: tejido en enfoque liberal, muy del feminismo liberal, del techo de cristal y de las olas. Al final, las de occidente como las del denominado “Sur Global” han padecido de los mismos males de la discriminación. Pero claro, las del “Sur” aún apenas si existen en esta etapa de reconocimiento. Se detiene Esperanza en la antigüedad, en el misógino pensamiento cristiano, en la fase republicana y en la misma América Latina. Una marca se siente a lo largo: solamente aquellas privilegiadas que lograron explorar los libros hicieron historia, aunque aún invisibilizadas.

Ahí quedamos reflejadas todas; pero yo, como constitucionalista que soy, me concentré especialmente en las de pensamiento político, las desobedientes usurpadoras del poder, las que nunca o casi nunca han sido mencionadas en los libros y las clases de derecho; por ejemplo: Olympe de Gouges (1748-1793), la misma que fue decapitada, convirtiéndose “en la primera mujer, después de la reina María Antonieta, en ser ejecutada por la guillotina revolucionaria”. Paradójicamente Olympe de Gouges había escrito en su Declaración de los Derechos de la Mujeres, tal como lo escribe Esperanza en su obra: “La mujer tiene derecho a subir al cadalso; y análogamente debe tener derecho a subir a la tribuna de oradores”.

¿Cuántos/as hemos estudiado la Revolución Francesa desde ellas? No hay peor cadalso que la invisibilización y el olvido. Dejo el spoiler y más bien los/as invito a leer lentamente este libro, que como dice Esperanza: “Al terminar estas páginas, nos llega un huracán de lamentos de miles de mujeres que han sido silenciadas y que desde la dimensión en que se encuentran, quieren liberar sus espíritus, pidiendo que se conozcan sus obras, sus pensamientos, sus letras, ya que no han podido llenar las páginas de la “historia universal””, las de Abya Yala, o la de nuestros propios pueblos. La otra historia está en construcción.

Nota 1. El lanzamiento de la obra fue realizado tal como lo soñó la autora durante tantos años. Rodeada de decenas de estudiantes de colegio y universitarias en la Feria del Libro de la Universidad del Magdalena, la nieta, familia, las hipatias, esas de copas, secretos, libros y viajes.

Nota 2. Esperanza Niño Izquierdo entregó en esas páginas toda una reflexión: un texto escrito lentamente y desde su cuarto propio, una afortunada a sus maravillosos años de sabiduría. Solamente así es posible escribir y escribir sin la presión del tiempo, los puntos, la espera del reconocimiento– sólo escribir para poder contar bien el cuento.

Nota 3. La nieta, la misma que tendrá la pluma de la abuela.

Nota 4: Nuevo agradecimiento a Margarita Suárez Mantilla, ella me acompaña en la lectura y diálogo de estas columnas de mi blog: Una Habitación Digital Propia: https://blogs.elespectador.com/actualidad/una-habitacion-digital-propia

:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

La autora ha leído esta columna y me ha escrito estas palabras, ahí su fina pluma y sensibilidad:

Querida Liliana, al leer tu hermosa y literaria columna llena de referentes de mi mundo interior, de mi entorno que absorbiste con solo una mirada conspicua y profunda, salta a vista que tienes el don de leer todo lo que puede decir “la habitación propia” de una mujer que lleva inscrito el deseo de transmitir sus vivencias y las de otras tantas mujeres en clave de feminismo, en la búsqueda de la luz justa que ilumine sus vidas, hechos y obras. Que a través de tu interior poético e intelectual analizaste cada palabra sacando a flote las enseñanzas más puras, transparentes y con vigor político de aquellas biografiadas en el libro, que desbrozaron el tortuoso camino de la misoginia y del machismo, aquel que les negó por siglos el derecho a ser sujetos históricos ya que la sombra que cubrió sus vidas en virtud de esta cultura arrogante, donde el universo del conocimiento les correspondía solamente a los hombres, las deshistorizó ocultando sus voces y de muchas otras..hasta nuestros días. Muchas gracias por tanto reconocimiento y en nombre de los míos y de Valeria recibe el abrazo más fuerte que alguien pueda mandarte!!!

 

 

 

 

Avatar de Liliana Estupiñán Achury

Comparte tu opinión

1 Estrella2 Estrellas3 Estrellas4 Estrellas5 EstrellasLoading…


Todos los Blogueros

Los editores de los blogs son los únicos responsables por las opiniones, contenidos, y en general por todas las entradas de información que deposite en el mismo. Elespectador.com no se hará responsable de ninguna acción legal producto de un mal uso de los espacios ofrecidos. Si considera que el editor de un blog está poniendo un contenido que represente un abuso, contáctenos.