El patrón suele ser el mismo. Llega una información de última hora a la cuenta en Twitter de un medio de comunicación o de un periodista, generalmente de orden público, accidentes de tráfico o desastres naturales. El periodista llama a alguna fuente que pueda confirmarle la información y es habitual que reciba una respuesta como: ‘No he recibido ningún reporte sobre eso. Voy a averiguar. Llámame más tarde’.
Por lo general la información termina siendo cierta y mientras cientos de ciudadanos empiezan a desbordar las redes sociales con su reporte de lo que está sucediendo, los medios deben trabajar a toda marcha para confirmar datos, aclarar informaciones erróneas, dar contexto y ofrecer explicaciones e implicaciones de los hechos.
Volviendo a la pirámide invertida, esa estructura que los estudiantes de periodismo aprenden en primer semestre para organizar los datos de mayor a menor importante a través de la respuesta a 5 preguntas: qué, quién, dónde, cómo, cuándo y por qué, es innegable que la masificación de las redes sociales y de los teléfonos con conexión a datos han hecho que por lo menos 3 de esas preguntas (qué, dónde y cuándo) las responden los usuarios.
Los petardos de mediano poder que estallaron este 13 de abril en Bogotá y Cartagena, de manera casi simultánea, nos enfrentaron nuevamente a esta situación. Esta imagen de @dflautero fue replicada por muchos medios colombianos a la hora de registrar la explosión en Bogotá.
La historia de la foto es la siguiente:
Me encontraba en mi casa desde donde tomé las fotos. El susto fue tenaz porque sonó muy duro, sin embargo al asomarnos con mi esposa nos dimos cuenta que no era muy grave. Inmediatamente, tomé las fotos con mi celular y las publiqué a manera de información general. La policía llegó a los 5 minutos y acordonaron el área, luego lo que ya sabemos. No fue grave gracias a Dios.
¿Por qué decidiste hacer mención a los medios?
Esperaba que supieran lo que sucedía para que hicieran el cubrimiento de la noticia rápidamente.
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