Las 5 excusas que separan a las personas de sus sueños

“Nuestros sueños nos ayudan a generar nuestras metas. Soñar es uno de los regalos que la vida nos da para anticiparnos o enfocarnos en un objetivo. Son la gasolina que necesitamos en nuestra vida para conseguir el éxito que perseguimos día a día.”

Conseguir eso que tanto deseamos nunca es fácil, hay muchos factores en juego. Los cuales en ocasiones hacen que nunca veamos cumplir eso que anhelamos con todas nuestras fuerzas. El miedo al fracaso, el desdén, la aparición de circunstancias inesperadas, inclusive la muerte; nos puede interrumpir en cualquier momento llegar a conseguir nuestros sueños.

Y es en esos momento en que vemos truncadas nuestras aspiraciones, pues llegamos a pensar que todo esos sueños, son simplemente eso, sueños; cosas imposibles o inalcanzables. Cosas que la vida se reserva para unos pocos privilegiados, y que es mejor  que no sucedan porque: ¿Qué sentido tendría la vida después de lograrlos? Y justo ese es el gran ERROR…

Nunca, pero nunca debes hacer lo anterior, si no quieres que se construya una muralla entre tus sueños y tú; tampoco debes hacer lo siguiente:

• Creer que no eres lo suficientemente Bueno.

Conocer nuestros límites es sano y nos ayuda a tener los pies en la tierra; tropezar y caer, también. Pero es un gran problema cuando nuestra voz interior se convierte en auto crítica y destructiva, ya que nos hace creer que somos incapaces de alcanzar nuestros objetivios o nos hace sentir que no merecemos ciertas cosas.

Nuestra voz interior siempre debe ser positiva, con la capacidad de ver nuestras falencias, pero nunca de hundirnos en ellas.

• Ser impaciente o nunca tener tiempo.

Creer que la solución es dejar todo tirado cuando se nos cierra la primera puerta, es realmente una terrible excusa. Las personas que han logrado sus metas las han trabajado y se han esforzado para lograrlas, han tenido perseverancia y nunca se han rendido ante la primera dificultad.

Los sueños y las aspiraciones demandan tiempo y esfuerzo, quizás tengas que renunciar a algunas comodidades o ajustar tu estilo de vida para conseguir eso que deseas. Los sueños hay que trabajarlos día a día, ya que no se van a cumplir solos.

• Escuchar las críticas de la gente.

Siempre hay alguien en nuestro entorno que piensa que es ridículo lo que estamos haciendo. Que hay que ser realista, concentrarse en trabajar en una empresa como lo hacen todos, casarse antes de los treinta o tener hijos a temprana edad.

Hay que dejar a esas personas con sus opiniones. Si ellos quieren vivir la vida bajo esa premisa, es su decisión. Pero jamás permitas que eso te afecte o te haga descreer de tus propias habilidades. Si quieres pintar cuadros, escribir novelas, bailar, cantar, tocar un instrumento, viajar por el mundo o cualquier cosa que desees hacer en tu vida. ¡No lo dudes! Es la única manera por la que podrás decir que la vida vale la pena ser vivida.

• Sentirse que aún no es el momento indicado o que no estás listo.

Las oportunidades no llegan solas, hay que crearlas. Nunca se es muy viejo ni muy joven. Nunca se está del todo listo. Sin embargo aplazar y aplazar nuestros sueños es igual que alejarnos de ellos.

No se trata de abandonar todo y a todos para perseguir un sueño sin ningún tipo de criterio o base realista. Pero las posibilidades van aumentando conforme vas dando pasos por tus objetivos. Es importante asumir un riesgos y estar listos para enfrentarlos, sea cual sea el resultado. Y para eso, es importante estar listos.

• No esforzarse lo suficiente.

La honestidad con uno mismo es una de las dificultades más grandes de la vida. Frecuentemente, nos damos excusas para no hacer el esfuerzo que tenemos que hacer para lograr nuestros sueños o estamos acostumbrados a que todo se nos dé de forma fácil.

Dar el todo por el todo, prepararse y tener el compromiso por eso que anhelamos, juega un factor determinante a la hora de cristalizar nuestros sueños. Y no hacerlo significa quedar a la espera de un milagro.

Nunca somos demasiado mayores para soñar. La edad no existe cuando sabemos lo que queremos. Nunca es tarde para dejar vibrar nuestro corazón y acelerar nuestra respiración cuando sentimos cerca eso que tanto deseamos.  Los sueños no tienen límites. Somos los creadores de nuestros sueños, grandes o pequeños. Cuando esto es entendido, somos capaces de diseñar nuestro propio plan para la consecución de nuestras metas.

Porque en el momento en que sumimos nuestros miedos, nos volvemos más fuertes y somos capaces de enfrentarnos a cualquier reto.

¡Nunca dejes de soñar!

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