Tejiendo Naufragios

Publicado el Diego Niño

Estado y vocación

Todos somos el Estado. Por tanto, la racionalidad del Estado es más grande que la razón de cualquier humano o de cualquier grupo. La racionalidad del Estado empuja a la Nación hacia el desarrollo tomando decisiones que están por encima del egoísmo, la vanidad, la envidia y la ambición. También está encima de las diferencias, sin anularlas ni negarlas. El Estado es heterogéneo, pero no fragmentado ni antagónico.

Justamente ese el problema de Colombia: el Estado está partido en dos grupos antagónicos. Lo que piensa una mitad es controvertido (muchas veces violentado) por la otra mitad. Si salen a marchar, los otros les dirán guerrilleros. Si piden subsidios, les dirán mantenidos. Si dicen que los impuestos son la solución, dirán que no le regalarán plata a los parásitos del gobierno.

Debemos entender que todos somos colombianos a pesar de que pensemos diferente. Todos estamos en el mismo bando: el colombiano.  Fracasaremos como Nación si no convergemos. No perderán los políticos ni el gobierno, perderemos nosotros, perderá el Estado. El debate debe superar al presidente y al gobierno. Es el momento de preguntarnos cuál es la vocación de Colombia: ¿es un país rural, minero, tecnológico, narcotraficante, deportista, etc? A partir de esa respuesta se diseñarán las políticas que harán posible esa vocación (que no es única ni excluyente).

Por ejemplo, si llegáramos a la conclusión de que somos un país agrícola, se fortalecerían carreras como zootecnia, ingeniería agrícola, veterinaria, biología, etc. En paralelo se ayudaría a los campesinos con subsidios, se tecnificarían, se definirá qué se hace con las tierras baldías, etc. El canciller trabajaría para abrir mercados en el exterior. Una parte de la racionalidad y los recursos del Estado se destinarían al universo agrícola. Esto no quiere decir que sería lo único que haríamos ni el único segmento al que se asignarían recursos. No dejaríamos a un lado las humanidades, ingenierías, artes, etc. Sólo se trata de un énfasis productivo.

Debemos converger como Nación. Debemos superar las disyuntivas de “derecha-izquierda”, “comunismo-capitalismo”, “ricos-pobres”, “hombres-mujeres”. Todas las diferencias, todas las divergencias caben en este país. Todos tenemos espacio y posibilidades. Construyamos un hogar para nosotros y para nuestros niños. Construyamos un país viable. Si no superamos la polarización no existirá gobierno que saque el país adelante.

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