Si yo fuera una voz y clara y serena en medio del ruido, y le pudiera hablar al oído al presidente, le diría, entre otras cosas, las siguientes:

1. Que tenga presente que él ya no es Gustavo Petro Urrego, sino el presidente de la República de Colombia y, en consecuencia, representa a todos los colombianos, sin lugar a discriminación de raza, sexo, condición o simpatías políticas.

2. Que él, como coautor de la Constitución de 1991, se ajuste a cumplirla estrictamente y a representar y enaltecer la unidad nacional. La grandeza en la práctica política está en seducir al adversario, o demostrarle a quien votó en contra que estaba equivocado. En ambos casos se necesitan buenas maneras.

3. Lo anterior no significa que deba renunciar a realizar su proyecto, es solo que cambie el tono de activista beligerante por el de un presidente inteligente (que lo es), por un tono persuasivo y sereno, que, sin duda, podría producirle al país, mejores resultados.

4. Le pediría que, en su gestión de gobierno, busque solucionar los problemas, como si estos fueran de relaciones públicas, y no como si fueran de lucha de clases. Puede que las diferencias tengan ese origen, pero la solución siempre estará en una mesa de conversación y allí han de imponerse las buenas maneras. Dar ejemplo de buenas maneras: el cómo importa más de lo que imaginamos.

5. Le insistiría en la importancia de priorizar. No se puede hacer todo al mismo tiempo, y, menos, atendiendo peleas a raimundo y todo el mundo. No se puede negociar con tantas empresas criminales a la vez. Son bandidos y hay que tener más malicia e imaginación que ellos. El ELN, por ejemplo, les rogó a todos los gobiernos un cese bilateral al fuego, usted llegó y se los regaló, y ellos no se lo quisieron recibir, le hicieron un berrinche haciéndolo quedar muy mal a pesar de sus buenas intenciones. Son bandidos profesionales, para ellos la buena fe no existe.

6. Le sugeriría la más elemental defensa al final de la intermediación de las EPS. Sólo hay que señalar con claridad y contundencia que: eran 157 al inicio del sistema y que al momento de su posesión ya se habían quebrado 130 que le quedaron debiendo a las IPS más de 27 billones de pesos, por los cuales nadie responde. Además, que los 80 y tantos billones anuales que les gira el Estado no tienen ningún control. En una democracia seria, nada ni nadie puede estar fuera de control.

7. Sobre la reforma laboral y pensional, como en muchos temas más, estoy seguro, presidente, de que conseguiría mejores resultados siendo más persuasivo que arremetiendo contra los empresarios y líderes gremiales. Si usted les dice a los empresarios que hagan sacrificios por el país que todo se los ha dado, y que ese sacrificio ayudará a sacar a muchas personas de la pobreza y que en el futuro cercano tendrán más y mejores clientes y recuperarán con creces sus sacrificios, seguramente la respuesta no sea lejana a sus aspiraciones.

8. Con los medios de comunicación masiva debería ser más pedagógico, más AMLO y menos PETRO. Le sugeriría celebrar el segundo año de gobierno dando inicio a “las mañaneras” y dejando a X como un recurso excepcional y no permanente.

9. Le pediría que siga buscando que la política, la economía y el derecho sirvan a los más débiles, a los más desprotegidos, pero que su discurso sea más pedagógico y menos dogmático. Qué bueno sería convencer a muchas personas mal informadas de que lo que usted busca es justo y necesario.

10. Le recordaría al presidente, que así los gobiernos de derecha hayan sido terriblemente insensibles con los de abajo, él no debe comportarse así con los de arriba; debe ser más comprensivo e inteligente, con lo cual seguro atraerá muchas más personas a su causa.

11. Le pediría que concentre toda su atención en la firma de un gran acuerdo nacional sobre lo fundamental, como lo propuso en vida Álvaro Gómez Hurtado y él lo prometió en campaña. Para ello debe utilizar toda su capacidad persuasiva e invitar a una mesa y dando prioridad en su invitación a los líderes gremiales y de la oposición política.

***

Si yo fuera una voz clara y serena en medio del ruido, y pudiera hablarle al oído a los empresarios del país, solo les diría esto:

Que recuerden la respuesta que Alejandro Gaviria le dio a una revista londinense hace dos años y que aparece como epígrafe de este escrito. Puede ser más fácil negociar con Petro presidente y representante de toda esa prole necesitada, que con una turba bloqueando vías y paralizando al país como ya se vivió.

Les pediría mirar el espejo de Chile y de México. Para llegar a una constituyente sólo se necesita un país paralizado como le tocó al presidente Sebastián Piñera; y para volver al poder se necesita tiempo. Será muy difícil lograrlo en dos años, así el presidente haga caso omiso a los consejos que el Quijote le dio a Sancho para gobernar la ínsula de Barataria.

Y usted, amigo lector, ¿qué le diría al presidente y a los empresarios si pudiera hablarle al oído?

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