Serendipia

Publicado el JohanaArroyave

Turismo Emocional

Cuando empecé a escribir este post, pensé en mi mejor amiga y su “adorado” tormento. Sí, un tormento. Un man que conoció, lastimosamente, gracias a mí y con el que se encarretó hasta perder la cabeza. Pero luego entendí que no es solo su historia, sino la de todos aquellos que alguna vez fuimos amores pasajeros, de trenes que no iban a ningún lado, trenes que se detuvieron en nuestra estación pero que tenían tiquete de regreso a la anterior, curiosamente “trenes en reversa”.

Estoy segura que todos hemos tenido relaciones que están lejos de ser el pasado perfecto, pero ¿qué tanto afecta esa relación a nuestro sueño de un futuro perfecto? Y aun no entiendo, si es por costumbre o soledad que algunos deciden empezar relaciones sin soltar a sus ex ¿En qué consiste el juego del picaflor? ¿En qué consiste el subcontratar un acompañante si la relación está condicionada a una conexión con el tiempo pasado, que se mete en presente y que no deja crear bases para empezar de cero con alguien más?

Hace unos días, escuchaba a dos chicos hablar de una tal Lina y a uno de ellos decir muy enfáticamente: “… es que no estoy preparado para una relación”, “yo no he podido superar a Laura”, “me da miedo hasta que Lina suba una foto conmigo y que Laura la vea… Ahí si es que no vuelve conmigo nunca”.

Y empecé a recordar esas historias de finales infelices con turistas emocionales… Podemos empezar por las mías y el juego de un chico con el que alguna vez salí, quien después de estar en cualquier acto público, bloqueaba en redes sociales a su ex para que ella no pudiera encontrarlo ni con bola de cristal, ponía su Instagram privado y creo que invocaba a los dioses para que nadie conocido viera algo que lo involucrara conmigo… Hasta que algún día llegó con el cuento de que mis amigas, de las cuales solo una lo conocía (ella claramente no sabía quién era su ex), le habían enviado a la chica una foto de nosotros, ella le había reclamado hasta más no poder y que la gran conclusión era no publicar nada que demostrara que teníamos algún vínculo, dizque para apaciguar las cosas, que era una relación compleja, que habían terminado mal y que ella no lo había superado «Joha, es que me da cagada que sufra»  …  (Ajá y tócame estos a ver si son de leche). Tiempo después  conocí a uno que tenía a su ex como primera opción en el motor de búsqueda de todas sus redes sociales, la stalkeaba como hacker profesional pero según él ya no sentía nada por ella, solo un cariño sincero por lo que representó en su vida  «Joha, no la busco. Se abre el perfil automatico, mi celular está loco»  (Claaaro ya no son de leche, nací ayer).

O el caso de otra amiga a quién el tormento mexicano de su nuevo chico, le hizo la vida imposible y él como un títere admitió que el amor era tan grande que no importaba que traspasara fronteras… (Entonces, ¿para qué se metió con ella?)  por otro lado, a Juli la dejaron vestida y alborotada por un amor que volvió de Barcelona y a Karen le entregaron anillo de compromiso y luego el sujeto desapareció como sombra de ninja según él que porque no estaba tan seguro… (las mujeres nacimos para aguantar tacones no pendejos)

Ah pero no puede faltar el sincero, el que le dijo a Naty “Es que no he superado a mi ex”, “lo mejor es que te alejes de mi para no hacerte daño” (¿y solo se le ocurrió decir esto dos meses después? (¡No me crea tan Hello Kitty!)

Y ud querido lect@r ¿también se sintió identificad@?  bienvenid@ usted es de los míos,  juntos  podríamos empezar una campaña para eliminar con ‘Raid’ a todos estos personajes que van por la vida ilusionando personas, mientras siguen detrás de sus ex. Si bien, el soltar a los ex, el sentimiento, los sueños, la tusa y demás es «muy difícil» no debería ser una labor colectiva, debería ser personal e intransferible. Y aunque no puedo generalizar estos casos como únicos y exclusivos de los hombres pues estoy segura que no solo ellos hacen uso de “un clavo saca a otro clavo”, no puede ser  posible que se ande por la vida buscando quien ayude a sanar heridas que llevan otro nombre, mientras en el camino van abriendo nuevas a otras personas. ¿Y cuál es su historia?

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