Se lo presto si me lo devuelve

Publicado el prestosidevuelve

Que sí nos dejen decir lo que en otros lados no nos dejan

Mi nombre es Amalia Londoño Duque, vivo en Madrid, temporalmente, pero tengo otro hogar que me persigue a donde vaya y allí, soy mas libre que en cualquier parte, incluso, es ese el lugar al que huyo cuando necesito gritar desesperadamente que no soporto el encierro de la realidad, los juicios, el atropello y la presión social inútil a la que me acostumbré porque estuvo siempre presente desde que nací.

Entré creyendo que allí me dejarían gritar lo que en otros lados no me habían dejado decir nunca y de hecho, durante dos cortos años pude hacerlo sin recibir algo mas que un insulto tonto o un reproche comprensible de aquellos que no apoyaban mis opiniones. Dos cortos años duró mi libertad porque ayer al despertarme ese lugar azul, invisible, me contaba que estaría prohibiendo palabras, evitando sentencias “peligrosas” dizque con el ánimo de poder ser universales y entrar también a aquellos lugares donde ya todo es prohibido.

Twitter me engañó. ¡Qué decepción!

No permitiré que mi hogar flotante, al que ya estoy tan apegada y el que necesito tanto, enmudezca mis palabras de repente. En cambio, gritaré con mas fuerza. Es un derecho para quienes, cansados de cortinas de humo y de mentiras, queremos informarnos de otro modo y sin las voces alarmantes y agudas de las presentadoras de televisión que cada que anuncian un titular modulan como si fuera a acabarse el mundo. Yo prefiero debatir con personas que no reconocería físicamente si me las cruzara, pero con quienes puedo mantener una discusión inteligente. No importa que la ballena azul de Twitter me avise muchísimas veces que se agota el espacio para tanta queja, para tanto desesperado… yo reitero que me resisto. A la ballena, a la censura, a que mi segundo hogar me quite la voz.

¡Ah! Y que no le quite deleite a mis ojos, que sea mas creativo y me exija para disfrutar del cine, pero que no me robe las películas sin aviso como si uno no necesitara desconexiones a otras vidas de vez en cuando.

Y que aquellos que ponen resistencia y no aceptan que existe otra realidad, vayan comprendiendo rápido que aunque es virtual, es poderosa y que detenerla es optar por mantenerse, estático en lo aburrido, tedioso, engañoso, indiferente de las realidades que vivimos en cada ciudad, en cada país, en el mundo entero.

Seguiré siendo Amaluld en Twitter. Mantendré esa identidad libre que es la extensión mía.

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