Se lo presto si me lo devuelve

Publicado el prestosidevuelve

Mi mejor amiga vieja

Hace exactamente tres meses murió mi mejor amiga. Debo decir, que contrario a lo que imaginan todos, no se trataba de una mujer de mi edad, sino de alguien 60 años mayor que yo, que hablaba, pensaba y actuaba como si fuera de una generación distinta a la que le correspondía, como si hubiera nacido también en los años ochenta, cuando nací yo y no en los años 20 cuando realmente nació ella.

Desde entonces, analizando mis amistades, comencé a notar las diferencias que existían entre mis amigos y yo. Casualmente, de los amigos que tengo, son muy pocos los que tienen la misma edad mía y no es que sean mayores, como muchos pensarían también, que va… tengo amigas de 21 años con mas cabeza que dos de 35 y ahora que lo pienso, superan en vivencias a muchos de los que tienen la misma edad mía.

Decían en el libro de Muriel Barbery: la elegancia del erizo, que aquellas almas gemelas llenas de diferencias iban surgiendo con los años solo en aquellas personas sin prejuicios, abiertas a recibir cualquier tipo de persona que les resulte interesante. Hablaban, además, de esa necesidad de compartir las inseguridades y aseguraban que las personas sensibles estaban en vía de extinción, que se estaban agotando.

¿Conoce a usted a una persona que tenga alma por gusto y no por obligación?

Se están agotando las amistades desinteresadas y eso me angustia. No comprendo por qué hay ciudades que me siguen pareciendo cuevas y por qué la edad sigue siendo tan importante para tantos. Como si todavía no comprendiéramos que aun habiendo colonizado el mundo seguimos siendo esclavos del tiempo, que nos está conquistando.

Hoy decidí recordar a mi mejor amiga, esperando que quizás, aquellos que aseguran haber conocido suficientes personas y no están interesados en hacer nuevas amistades; se pregunten, siquiera un instante por el mundo que cada alma esconde y que a veces se disimula con los años.

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