Rompe el lápiz, toca la Tablet

Publicado el Vladimir Clavijo

Yo no confío en el Presidente Santos (La insoportable frustración de un ciudadano y otros demonios)

Se vende ISAGEN y nada importa. Algunos publicaron con insistencia que no querían que sucediera esto desde sus redes sociales, en medios de comunicación y en el mismo Congreso.  Todo el mundo pedía que no se vendiera, pero no importa lo que piensen los ciudadanos.  Aquí se debe confiar, o frustrarse y dejar que el funcionario de turno, haga lo que hace, y ojalà que lo haga bien.  El problema es que nos han minado la confianza tanto, que sabemos que esa venta no será buena para el país.  Y cuando llegue el momento de buscar responsables, todos vivirán fuera, en el exterior y ya no tendrán sus funciones públicas, y por ende no responderán por nada.

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Ahora bien, se dice que se le pagarán $1.800.000 (aprox) a los desmovilizados de las Farc.  Tres salarios mínimos, por querer volver a ser ciudadanos de bien, pero los que trabajan por uno, dos o tres salarios mínimos, que ya son ciudadanos de bien, no importan. Igual son solo ciudadanos.  A esos los amenazamos con subirles 3 puntos más al IVA (que quedaría casi de la quinta parte de todo lo que se compre, casi del 20%), a esos les subimos en su salario menos que la subida del IVA y no miramos el costo de vida y lo que tienen que pagar para sobrevivir.

A esos mismos ciudadanos que están trabajando muy duro por no más que tres salarios mínimos, ahora los vamos a poner a declarar renta, para hacerle seguimiento a la chichigua que recibe para dar de comer a los suyos.  Pero el gobierno, a las grandes empresas no les exige nada.  Ya tienen organizado un plan de acción para que su pago de impuestos termine en otras acciones sociales, de sus propias fundaciones.

Los que reciben realmente montos importantes para el fisco, esos no.  Esos son los privilegiados, los amigos, con los que los ministros van a cócteles, a reuniones a arreglar el país, de los otros, de los que madrugan, se montan a un servicio malo de transporte, a los que tienen que luchar con un modelo de educación hecho para repetir ciclos de pobreza y sobretodo, para los que les quieren todo el tiempo sacar el poco dinero que tienen del bolsillo.

¿Cómo es posible que no hayan quitado el 4 por mil?  El que empezó como un impuesto provisional. Los bancos ya recibieron la ayuda que necesitaban en su momento.  Ya es tiempo de retribuir a los ciudadanos todo ese dinero que entregamos.  Este es un modelo escandaloso, ilógico y sobretodo estúpido.  Los grandes tecnócratas, son personas que al parecer no conocen el país, no han viajado y conocido la realidad, y si lo han hecho, aún no la comprenden.  Y los que saben lo que sucede y no dicen nada, porque solo protegen su salario, pero no su ética.  Es escandaloso.

Hoy no hablo desde lo digno o indignado que esté. Hablo desde la rabia. La misma que me corroe cuando veo una injusticia en la calle, cuando veo la pobreza, la miseria, cuando veo que a alguien lo roban, cuando veo que los que tratan de defenderse de sus victimarios, son re victimizados, porque la justicia está hecha para ser manoseada.

Y esta rabia se convierte en letras, en palabras que ahora podrán sonar muy duras y me disculpo con los que confían en su actual presidente.  Yo confié en Santos, como presidente y como estadista. Ahora no confío en él. ¿Y saben por qué?, porque la sensación que me da en cada palabra que dice, en cada afirmación que hace, en cada susurro que musita, es que nos va a dejar a todos muy jodidos.  La misma sensación que me dio Pastrana, cuando le estaba dando la mano a Marulanda. Es cuando la esperanza se convierte en desazón y luego en frustración.

La paz de Pastrana
La paz de Pastrana

En este gobierno de Santos, sobretodo en este segundo periodo, siento un afán de firmar una paz a la brava, de darle gusto a las Farc para que el Gobierno pueda cumplir una agenda, al parecer premeditada, unas ganas de un Nobel de Paz, unas ganas de decirle al mundo que fue en este gobierno que se logró una paz de más de 50 años de edad.  Pero eso mismo me dice que hay un afán egoísta. ¿Por qué subir tanto a los impuestos? Pues lo que pienso es que se quiere hacer una paz irresponsable, a toda costa.

Y ahora le pregunto al señor Presidente Santos, ¿y si no hay plata para las víctimas, hay que buscar plata para sostener a unos desmovilizados, y no para las víctimas?  Y ¿por qué no va a haber cárcel para los que hicieron actos de lesa humanidad de las Farc y a los que los ordenaron? ¿Por qué?…

Estoy seguro que no hay respuesta real, sustentada y aterrizada.  Habrá una respuesta de nota de prensa, que no dice nada y no argumenta nada.  Le puedo asegurar señor Presidente, que este es el momento de hacer un alto a esta locura de querer firmar la paz a como dé lugar. De buscar desesperado el dinero para sostener un proceso que estoy seguro la gran mayoría de los colombianos no admitirá.

Y puedo ser aún más certero.  Si usted no garantiza justicia real por los crímenes hechos por las Farc, ese acuerdo no será ratificado por los ciudadanos, y seguramente, aunque usted no lo crea y ninguno de su gobierno lo vea venir, serán las redes de ciudadanos las que se reactivarán y marcharán, como lo hicimos cuando nos unimos en una sola voz para decir NO MÁS FARC. Eso puede pasar, si usted no para esta presión que nos está haciendo al ciudadano de a pie.  Le aseguro que muchos modelos de procesos de paz han existido, pero este es el de menos justicia. Los mismos organismos internacionales lo dicen.  Y no es que a algunos les hagamos caso y a otros no, a conveniencia. No. Coherencia es lo que le ha faltado a todo este modelo.

Hoy escribo con el corazón, con la rabia convertida en palabras.  Porque aunque muchos serán capaces de decir que mis argumentos no son válidos, la gran mayoría piensa como yo.  No queremos esto, queremos un gobierno que gobierne para la nación y no para los intereses mezquinos.  Esos que solo buscan los que creen que la gloria está en el reconocimiento y no en la justicia social.

Y espero que las víctimas, las que han sido víctimas de este conflicto, con fuerza de ley, reactiven todo su trabajo social, se tome la ley aprobada y se exija que antes que pagar por desmovilizados, se les pague a las víctimas del conflicto en Colombia, que si lo vemos bien, somos casi todos.  Con parte de lo pagado de ISAGEN podemos pagar a las víctimas y su ley, que hace tantos años defendió el actual ministro del Interior, Juan Fernando Cristo.

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No hay que esperar más. Hay que actuar, como lo hizo el periodista Felipe Zuleta Lleras, que logró que por ley se les quiten tantos beneficios a los congresistas.  O sea que si nos organizamos podemos.  Y podemos exigir no más impuestos, no a una reforma tributaria abusiva, y  a cambios como el 4 por mil.  Y por otro lado, a que solo si hay justicia y cárcel, aceptaremos que los quieren reintegrarse hagan la labor de arrepentirse y transformarse, y eso se hace en las penitenciarías.

Les agradezco replicar, comentar y aportar todo lo que quieran de este tema. Con respeto y con verdad. Porque eso es lo que le hace falta a este paìs. Verdad. Mi @ de Twitter es @vladimirclavijo.

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