No son bromas

CARLOS ANDRÉS RÍOS.
Socio Inspira-t.
Consultor organizacional en Colombia e Iberoamérica.

Una broma… una presunta broma realizada por sus compañeros de trabajo le costó la vida a Carlos Gurrola Arguijo, de 47 años “Papayita” en el estado de Coahuila, México, el 30 de agosto de 2025, luego de que ingirió un químico desengrasante que fuera puesto en su bebida.

Según los familiares de” Papayita” como le decían de manera cariñosa, Carlos Gurrola había sido víctima reiteradamente de acoso laboral por parte de sus compañeros, hoy una investigación abierta busca aclarar qué fue lo sucedido, sus allegados, la comunidad y las redes sociales exigen justicia y una pronta toma de acciones al respecto.

Lo sucedido a” Papayita” dentro de su entorno laboral, en la empresa en la que trabajaba y con sus compañeros, no deja de hacer ruido en mi cabeza; como consultor organizacional en temas de desarrollo, competencias, habilidades y estrategias de capacitación organizacional, me surgen preguntas como;

¿Es esto un caso aislado? ¿este caso de “mobbing” o acoso laboral, llegó a un punto extremo? ¿estamos dándole la importancia necesaria al tema? ¿cuándo somos adultos cambiamos el bullying por el mobbing?

La Organización Internacional del Trabajo (OIT), en su primera encuesta mundial sobre el tema (2022), reveló que más de uno de cada cinco trabajadores (alrededor del 23%) ha experimentado alguna forma de violencia y acoso en el trabajo, ya sea físico, psicológico o sexual.

Actualmente enfermedades como la depresión y la ansiedad se han convertido en una realidad existente y de impacto en las organizaciones y, aunque se pueden presentar sin que haya “mobbing”, cuando éste efectivamente sucede se aceleran e incrementan los riesgos estando directamente relacionados.

Desde mi rol profesional y sobre todo desde mi rol de padre (Luciana y Adrián) surge la inquietud de: ¿vamos a estar expuestos en todas las etapas de nuestras vidas a esta realidad?

Sin tener que pensarlo mucho me doy cuenta de que sí, va a suceder siempre, y por esto considero que existen tres frentes estratégicos en los que se debe seguir tomando acción y creando cultura.

1. La familia

Es necesario tener conversaciones que pueden ser incomodas con nuestros hijos sobre el bullying y aunque tengo claro que como padres queremos prepararlos para que sepan cómo actuar.

Si son víctimas es nuestra responsabilidad ver la otra orilla, debemos explicarles y darles herramientas que les permitan identificar cuando pueden ser ellos los que están tomando el rol de acosador o agresor, la línea puede llegar a ser muy delgada como en el caso de ”Papayita” donde lo que se calificó como una simple broma le costó la vida.

A le vez que se refuerzan valores y se da ejemplo desde casa, tenemos la obligación de acompañar y desarrollar en nuestros hijos habilidades y estrategias reales que puedan implementar para el cuidado de sus emociones y las emociones de los otros, donde capacidades como la tan nombrada comunicación asertiva se trabaje desde entornos más estratégicos y menos poéticos que permitan claridad y balance real entre el contenido y la relación (lo que digo o hago, lo que el otro siente).

2. La academia

El colegio y la universidad son los escenarios en los que por varios años tratamos de encajar y definirnos, lo que nos hace competitivos, impulsivos y en ocasiones vulnerables a decir y a tomar acciones que muchas veces sin el acompañamiento adecuado nos convertirán en agresores inconscientes.

Nos preparamos para una vida donde el conocimiento de las ciencias, las matemáticas y otras materias nos van a facilitar la adultez, esa misma adultez en la que cada vez es más importante estar preparados para no quebrarnos emocionalmente y no ser responsables de quebrar emocionalmente a otros.

Pero en un entorno académico donde todavía prima la nota y donde se reconoce y premia el aprendizaje de memoria, son las instituciones educativas, que están involucradas activamente con el desarrollo de alumnos, las que tienen la capacidad de interactuar siendo responsables de su autoconocimiento, autocontrol, automotivación, relacionamiento social y el impacto en el otro.

Son ellas las que realmente están preparando adultos listos para la vida, para una vida donde se puede responder a los retos emocionales y de convivencia.

3. Las organizaciones

Siendo el ultimo frente de acción las empresas no dejan de ser claves y estratégicas, esperaríamos que el bullying no trascendiera a una etapa adulta, pero ya tenemos claro que sí lo hace y además muta, se convierte en mobbing.

Aislamiento, exclusión, agresiones, humillaciones, burlas, sobrecargas, abuso de poder, entre otros, son escenarios que hoy todas las empresas buscan erradicar. La creación de culturas organizacionales que apoyen y trabajen estos temas son en la actualidad el objetivo de muchas áreas de Recursos Humanos.

Todos los que, de diferentes formas, tenemos la posibilidad de crear nuevos entornos que minimicen los efectos de estas realidades debemos pasar de la teoría a la práctica, no se trata de salir bien en la foto y poder decir que somos una gran empresa para trabajar.

El mundo organizacional actual es cada vez más rápido, más exigente, más competitivo. Necesita profesionales justos con la capacidad de llegar a resultados sin sacrificar su propio bienestar, ni el bienestar de otros.

Esto significa que para este mundo empresarial que cada día exige resultados diferentes las organizaciones tienen que impulsar en sus colaboradores el desarrollo de habilidades de productividad emocional y relacional entre otras de manera proactiva y no de forma reactiva.

El bullying y el mobbing no son una broma, no son de generaciones mal llamadas de cristal y no son modas. Son realidades que están impactando la vida de las personas y en repetidas ocasiones acabando la vida de muchas personas como “Papayita”.

CARLOS ANDRÉS RÍOS
Socio Inspira-t
Consultor organizacional en Colombia e Iberoamérica