Rincones Lusitanos

Publicado el Oscar Zambrano Quiroz

Lisboa multifacética

Sin pretensiones, la capital lusa encanta, divierte y enamora. Su intención no es impresionar. La competencia en el Viejo Continente es dura. Tener como vecinas a Madrid, Paris, Londres y Ámsterdam puede ser difícil. No obstante, apenas se toca tierra lisboeta comienzan a percibirse sus atractivos. El aeropuerto de Portela, localizado en el este de la metrópolis, es un perfecto ejemplo de ello: pequeño, organizado y con excelentes conexiones de transporte público. Metro, autobuses (autocarros) y taxis ofrecen sus servicios a toda hora. Además, el terminal queda ubicado muy cerca de zonas de interés turístico como Oriente (5 minutos), donde podrá disfrutar del centro comercial Vasco de Gama, la sede de la Expo 98, el Oceanário y el casino de Lisboa. Si decide hospedarse en el sector –el más moderno de la urbe portuguesa- no olvide recorrer los diversos cafés y restaurantes que abundan en el paseo que marca la costa norte del río Tejo. Rodízio brasilero, platos de la gastronomía asiática e italiana, y, obviamente, comida autóctona forman parte de los menús del lugar.

Desde Portela, a unos quince minutos en metro (la estación queda justo a la salida del aeropuerto), se encuentra la avenida da Liberdade, que representa un punto neurálgico e inexorable para el turista. A través del sistema subterráneo y solo por 1,40 euros, puede llegar a la estación de Rossio y desde allí comenzar a conocer lugares como las plazas Don Pedro IV y Restauradores, Rua Augusta, el castillo San Jorge, el elevador de Santa Justa y Terreiro do Paço (Plaza Comercio), que cuenta con una de las mayores explanadas de Europa (cerca de 36 mil metros cuadrados). Vale la pena tomarse el tiempo necesario para conocer estos sitios y disfrutar de una cerveza o una copa de vino en los variopintos establecimientos que hallará en la zona, que divide el este y oeste de Lisboa. Aquí también encontrará Barrio Alto y Chiado, dos de los sectores preferidos por los amantes de la fiesta nocturna aderezada con fado y bacalao.

El día siguiente de su arribo a la urbe lusa está obligado a tomar el desayuno en Belém, para poder degustar de los populares pasteles de nata, que puede acompañar con un croissant, un jugo de naranja natural y un galão (café con leche en vaso de vidrio). El monasterio de los Jerónimos, la Torre de Belém, el Museo de Carruajes y el palacio presidencial, son paradas forzadas para quienes visiten el lugar.

La naturaleza también debe estar incluida en la agenda de cualquier turista. Los parques Eduardo VII, Bela Vista y Madre de Deus, junto a los jardines  de las Amoreiras y el Agrícola Tropical, entre muchos otros, muestran la cara verde de la ciudad.

Recomendaciones:

–         El transporte público es una muy buena opción. Por seis euros puede adquirir un boleto que le permitirá trasladarse en metro, bus y tranvía por 24 horas, sin restricciones, por el área metropolitana de Lisboa.

–         Si decide comer en el centro (Rua Agusta, Rossio o Restauradores) no se apresure. Regularmente las calles paralelas a las principales cuentan con restaurantes con precios y menús más atractivos. Notará que en comparación con Madrid, Paris o Roma, los precios en la capital portuguesa son bastante accesibles.

–         Visitar Lisboa no se circunscribe al centro de la metrópolis. Si cuenta con días adicionales aventúrese a visitar, en los alrededores, Sintra, Óbidos, Évora o Estoril. Aproveche para conocer estas localidades con sus características propias. No se arrepentirá. El tren (Comboios de Portugal-CP) y los buses expresos (empresa Barraqueiro) son las mejores alternativas para llegar a estos destinos.

–         Muchas de las personas que deciden recorrer Europa incluyen en sus itinerarios más de una parada. La oferta de viajes de bajo costo (low cost) con partida desde Lisboa es amplia. Las líneas aéreas Easyjet, Transavia y Ryanair, entre otras, ofrecen excelentes opciones.

–         Para que suene más portugués, cuando ordene una cerveza, pida una imperial (de barril o de presión) o una de garrafa si la desea beber directo de la botella.

Oscar Zambrano Quiroz

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