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“Con una ley del viche se atiende al Invima”: Dimas Orejuela

Entrevista con el líder de la Asociación de Productores y Transformadores del Viche del Pacífico Colombiano y secretario general del Colectivo Destila Patrimonio.

“Colombia tendrá en el viche su primer destilado con denominación de origen”, dijo. La Ley 1816 de 2016 no lo reconoce  y por eso es necesario el proyecto de ley que comenzó trámite en el Congreso.

Dimas Orejuela. Foto: cortesía del Festival Petronio Álvarez.

Dimas Orejuela estima que entre el 10 y 15% de las familias de las cuencas de los ríos del litoral Pacífico se dedican a la producción de viche.

Explicó que los mercados y focos de comercialización están en sus pueblos y festivales como el Petronio Álvarez, el evento más importante para estos efectos.

“Reglamentar mediante una ley el viche provee un marco jurídico fuerte que reconocería la práctica ancestral y artesanal”, añadió.

Para Orejuela, el objetivo es que la práctica ancestral artesanal étnica no solo sea reconocida como patrimonio, sino que también las comunidades que requieren alternativas al rebusque mejoren sus condiciones de vida.

Dimas Ernesto Orejuela Micolta es líder social nacido en Guapi, Cauca. Productor y transformador del viche del Pacífico por tradición familiar desde hace más de 20 años.

Además, es delegado del Valle del Cauca al Espacio Nacional de Consulta Previa de las Comunidades Negras, Afrocolombianas, Raizales y Palenqueras (ENCP).

¿Hay un estimativo de cuántas familias dependen para sus ingresos del mercado de las bebidas autóctonas del Pacífico?

Si bien no hay una caracterización o estudio técnico, creemos que entre el 10 y 15% de las familias que estamos en las cuencas de los ríos de población negra, hablando del litoral Pacífico, nos dedicamos a la transformación y producción de viche.

Los mercados y focos de comercialización están en nuestros pueblos y en los festivales como el Petronio Álvarez.

También en ciudades como Cali, Buenaventura, Bogotá y Medellín, donde viene creciendo el comercio del viche y sus derivados como práctica de consumo en fiestas y actividades familiares.

Pero sin lugar a duda, el evento más importante de comercialización del viche y sus derivados es el Festival Petronio Álvarez, así como los festivales de Buenaventura, el Festival Gastronómico de Popayán, entre otros.

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¿Por qué no basta el pronunciamiento de la Corte Constitucional y se necesita una ley?

La Corte Constitucional reconoce la producción y consumo en nuestros territorios. Ahora bien, por condiciones sociales, políticas, culturales y económicas, nuestras comunidades han dejado sus territorios y extendido sus prácticas culturales a ciudades como Buenaventura, Cali, Medellín y Bogotá.

El viche es legal y lo reconoce la Corte, pero no está en las categorías de destilados alcohólicos de consumo humano.

El Invima tampoco reconoce ni formaliza los procesos y prácticas vinculadas a la producción del viche, pero el proyecto de ley lo reconoce como patrimonio nacional, establece las condiciones para llevar esos procesos y reglamenta la existencia de un Consejo Nacional Regulador para su salvaguarda, permanencia y protección frente a  procesos de usurpación o industrialización por fuera de las prácticas ancestrales.

Además, el proyecto de ley concibe los procesos de comercialización y ventas, reguladas desde la producción ancestral y artesanal étnica, que es un elemento muy importante en todos los procesos que se derivan.

El viche no está definido en la Ley 1816 de 2016 sobre destilados y bebidas alcohólicas de consumo humano.

Es necesario que la Ley lo defina y lo incluya en esas condiciones para su respectiva regulación y reconocimiento por parte del Invima como una bebida reglamentada. De esa forma la reconocerán y respetarán sin que siga siendo perseguida por ellos y otras autoridades de salud.

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Foto: cortesía de Festival Petronio Álvarez

¿Qué explica que haya varias asociaciones de productores de viche y no una sola con capítulos regionales?

Nuestras comunidades están dispersas en diferentes territorios. Cuando estábamos en el Cauca y vimos la necesidad de organizarnos lo hicimos, luego en Buenaventura también lo hicieron, otros transformadores en Cali que participábamos del Petronio también lo hicimos; así es como surgen algunas de las asociaciones que trabajamos para proteger el viche y sus prácticas asociadas.

Colombia tiene muchos departamentos y municipios, es normal que haya procesos distintos porque somos de lugares diferentes.

Sin embargo, reconocemos la necesidad de estar juntos en una sola organización y para ello la Ley creó un Consejo Nacional Regulador. También planeamos crear una Federación Nacional de Vicheros o algo por el estilo.

El Petronio virtual en 2020, al no poner listas de precios, hizo ver una disparidad de precios entre los expositores. ¿Qué puede explicar esto: los insumos, la calidad, el añejamiento o la presentación?

Cuando el Festival es presencial se acuerdan unos precios para no generar especulaciones, pero esta vez no fue posible hacer esos acuerdos por cuestiones logísticas derivadas de la pandemia.

Nosotros creemos que esas son condiciones propias del mercado y sucede lo mismo con otras bebidas. ¿O acaso está estandarizado el precio de cada whisky, tequila, vino y cerveza? Pasa lo mismo con nuestros productos, no nos pueden vender la idea de que deben costar lo mismo.

La decisión del Petronio es sui generis y se hace por condiciones propias del evento, pero es un tema de profunda discusión que no se ha dado y tiene múltiples puntos de vista.

Dimas Orejuela. Foto: cortesía del Festival Petronio Álvarez.

¿Cuál ha sido la posición del Invima para proteger a consumidores de posibles contraindicaciones por insumos de las bebidas autóctonas?

El Invima ha mostrado voluntad para sacar este tema adelante.

Recordemos que ellos son un ente regulador y no formulador de normas.

Ellos nos han dejado sus observaciones y nos han hecho saber que cumplen la ley, que si no se reglamenta no existe y deben sancionarlo.

En la normatividad lo más parecido que ellos reconocen es el licor de hierbas, pero el viche no es eso, por eso debemos definirlo y avanzar en su legalización.

Este proceso nos permitirá reglamentar por ley la producción, transformación, comercialización, protección, patrimonio y denominación del viche y sus derivados.

Vamos a darle los elementos al Invima para que haga y cumpla su función misional sin afectar nuestras prácticas ancestrales y artesanales étnicas de producción.

¿Las bebidas autóctonas aspiran a venderse en grandes superficies?

La idea es que no solo se reconozca nuestra práctica ancestral artesanal étnica como patrimonio, sino que también nuestras comunidades que requieren alternativas al rebusque mejoren sus condiciones de vida al aprovechar sus prácticas ancestrales de producción, que pueden llegar a las grandes superficies porque cumplen con el marco legal y regulatorio que existe.

Nos referimos a un marco legal que nos garantice la participación en las dinámicas del resto del país. Estamos en desventaja porque no ha habido voluntad de reconocer mediante reglamentación y leyes nuestros usos y costumbres.

En mi concepto, el viche y sus derivados no tienen nada que envidiarles a otros destilados con denominación de origen del mundo y que llegan a nuestro país como la cachaza, el tequila, el mescal, el pisco, la champaña, entre otros.

Colombia tendrá en el viche su primer destilado con denominación de origen en las grandes superficies.

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¿Cómo controlar la fabricación y comercialización de bebidas ancestrales de baja calidad que salen a competir por precio, por ejemplo en los alrededores del Festival Petronio Álvarez?

La reglamentación nos permite la regulación, lo que nos pondrá unas condiciones para la producción, transformación y comercialización que estamos construyendo y acordando.

Aquí el rebusque no es nuevo. Ante la falta de oportunidades, la gente se ha rebuscado para resolver sus problemas. Es una situación que aspiramos resolver con la ley y su reglamentación.

Se observa innovación o invención en las bebidas autóctonas, en cuanto a componentes. ¿De qué depende que una bebida se considere ancestral?

Están vinculados unos reconocimientos y elementos ancestrales. De seguro, en la reglamentación tendremos que regular y establecer las condiciones de definir lo ancestral y lo innovador.

Por ejemplo, el Festival Petronio Álvarez tiene la categoría libre para concursar con las innovaciones, así debemos revisar y reconocer los cocteles que vienen en un ascenso importante.

Editó: Juan David Morales, de la redacción de la plataforma de comunicaciones de Color de Colombia.

*Trazador misional de esta publicación de Fundación Color de Colombia: Línea estratégica 1: Mercados inclusivos y desarrollo sostenible. Proyecto: Control público para el desarrollo sostenible.

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