
44 establecimientos en el sur y norte de la ciudad llevaron a cabo actividades y muestras culturales, sumando nuevas audiencias a la oferta del Festival.
Por Laura Lenis Gómez, reportera de la alianza de El Espectador y Color de Colombia para el Petronio.
En la edición número 23 del Festival, se implementó desde el 1 y hasta el 19 de agosto la estrategia Modo Petronio, conocida en anteriores versiones como Expo Petronio, que posiciona y dinamiza el evento, distribuyéndolo en diferentes rincones de la ciudad a través de puestas en escena que brindan a las personas un momento agradable y una experiencia Petronio.
Según Diana Ledesma, subsecretaria de Cultura de la Alcaldía de Cali, esto «busca unir a las personas para que se conecten con la oferta y a los públicos que, por comodidad, tiempo y economía no pueden acercarse a la ciudadela».

Según contó la funcionaria, en años anteriores el Festival tenía una concurrencia de 500 mil personas por evento, pero la cifra aumentó, lo cual es considerado como un resultado positivo de la estrategia que vincula hoteles, restaurantes y centros comerciales de la ciudad.
¿Cómo empezó la estrategia?
Modo Petronio inició con una campaña de expectativa a través de redes sociales desde el perfil de Instagram del Festival y de la Alcaldía de Cali, informando al público que 33 restaurantes, 7 hoteles y 4 centros comerciales harían parte de la apuesta.
Los primeros restaurantes en participar fueron La Zarzuela, Pacífico, Ringlete y La Divina con la presentación de Kenyata, un grupo que utiliza instrumentos como la marimba y la chirimía que tocan ritmos colombianos y pacíficos y que se tomaron el norte de la ciudad.

Después, el turno fue para el grupo Higueron y Corgulcuapi, que tuvieron la oportunidad de presentarse en restaurantes del sur como Patio Santo, Simon Parilla, Puerto 125 y Carne & Maduro.
Según Juan Carlos Bolívar, dueño y representante de este último, «el Modo Petronio deja muchos aportes en diferentes aspectos. Desde la parte emotiva es bonito ver cómo nos podemos integrar y vincular con las personas dejando de lado las diferencias».
Continuando con este recuento de eventos, el grupo Voces de la Marea se tomó barrios emblemáticos de la ciudad como El Peñón y San Antonio, presentando canciones referentes de la región en restaurantes como Peñón de San Antonio, Tortelli y Faró Peñón.
Ese mismo día, el grupo Kenyata participó de la actividad mostrando el sabor y talento de sus integrantes en los restaurantes Antigua Contemporanea, Trilogía, Zumaia y Alcornoque.
Según ‘Juancho’, líder y representante del grupo Kenyata, «el Petronio ha hecho conocer más la música del Pacífico no solo aquí, sino en toda Colombia y el mundo».
A solo una semana que marcaba el inicio del Petronio, hubo aproximadamente 10 presentaciones musicales en restaurantes como La Barra, La Comitiva, Sansai Wok, Martín Pescador, Malecón Cubano, 9th Avenue Beer and Food, Qbano, Platillos Voladores, Tardes Caleñas Rozo, El Falso Olivo, Monchis by Coki, Frutos del Edén y El Patio del Museo; en hoteles como Obelisco y Hotel Sheraton, y en centros comerciales como Chipichape, Único, Centenario y Unicentro.
Un día después de la inauguración, los turistas, extranjeros y caleños tuvieron la oportunidad de escuchar a Higuerón y Corculguapi en hoteles como Faranda, Dann Carlton, Torre de Cali y City Express.
En general, todos los restaurantes, hoteles y centros comerciales tuvieron en cuenta los puntos clave para la participación en Modo Petronio. Uno de ellos era vestir el entorno de acuerdo a la experiencia, desde la comida hasta la música de fondo.
Por eso, la mayoría de establecimientos se encargaron de brindar a sus comensales platos especialmente creados para la temporada del Festival que incluían tanto mariscos como frutas representativas de la región. De hecho, algunos decidieron incluirlos en su menú como forma de la experimentación con otros sabores y con lo tradicional.

Un ejemplo es el restaurante La Divina, ubicado en Granada. Leonardo Álvarez, su dueño, participó en Modo Petronio con el plato Buyabes de origen francés, que consistía en una cazuela de diferentes mariscos. Sin embargo, para esta ocasión lo reinventaron creando un plato que se servía caliente y que era preparado con bistec de pescado, chicharrón de robalo, camarón, mejillones y crotones de pan.
Álvarez explicó que esto se hizo «para que la gente entienda lo que es tomar ingredientes de la región, combinarlos con cocina vanguardia y construirlos sobre un plato originalmente europeo que es la esencia de nuestro restaurante».
Aunque la gastronomía fue una parte esencial del evento y uno de los requisitos de participación, restaurantes como Ringlete fueron más allá. Durante toda la programación de Modo Petronio ambientaron sus instalaciones con estatuas de mujeres afrocolombianas coloridas, como la Negra del Chontaduro, elementos como la palma de coco y música colombiana y del Pacífico.

Este sitio participó con un menú especial llamado Mochila Viajera, preparado con cocadas blancas, ceviche de mango biche, marranita, aborrajado, empanada, y lulada rematada con viche. Según Martha Cecilia Jaramillo, dueña de Ringlete, «la idea principal es que el cliente camine la ciudad, esté tranquilo y llegue al evento listo«.
Finalmente, Ledesma reflexionó que «Modo Petronio ha logrado vincular restaurantes y hoteles, aportando a la ciudad un crecimiento para el festival».