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Obituario de Rosario Arismendi, gran educadora en Tumaco

Falleció la fundadora principal del colegio Los Amigos de la Ciencia, el más destacado de la ciudad.

Fue en el año escolar 2000/2001 cuando salió la primera promoción de bachilleres y con muy buen puntaje ICFES, lo que denotaba que las cosas se estaban haciendo bien.

Esta fue una de las grandes satisfacciones de Rosario Arismendi, destacada educadora de Tumaco y fundadora del Colegio «Los Amigos de la Ciencia», que inició en 1985 con 30 estudiantes.

La idea fue concebida por ella en compañía de otros educadores, después de un largo recorrido en la docencia en instituciones reconocidas, como el Liceo Nacional Max Seidel de la misma ciudad.

Sicóloga, licenciada en Ética y Valores, especialista en Gerencia Educativa, doña Rosario ha sido uno de los pilares más importantes de la educación en la zona del Pacífico.

En Fundación Color de Colombia la conocimos por los semilleros de preparación de aspirantes a Ser Pilo Paga entre 2015 y 2017. Amigos de la Ciencia aportó muy buenos prospectos que ganaron la beca.

Seria y de pocas palabras la recordamos. Sabía lo que era mejor para sus estudiantes. En la memoria del Semillero de Tumaco quedó su generoso aporte para la visita a las universidades acreditadas de Cali en grado décimo.

Fotos: archivo particular.

Gracias a su esfuerzo constante de superación deja una prestigiosa institución con 450 estudiantes, basada sobre una moderna filosofía de la educación al servicio de la comunidad.

Rosario Arismendi, tumaqueña de pura cepa (nacida en 1945), falleció en el amanecer del pasado viernes 3 de abril, tras padecer con estoicismo una enfermedad que se la llevó en menos de seis meses, pese a los esfuerzos médicos y el solidario y afectuoso acompañamiento de sus hijos Liliana Jazmin, Erika y Juan Darío Palacios Arismendi, también educadores de vocación.

Fue la rectora Rosario la educadora por excelencia. Se inició en su labor dentro de la educación de la niñez hasta concluir en la entrega de bachilleres formados de manera integral, sobre los valores éticos y académicos requeridos.

Fue una «maestra», en el gran sentido de la palabra, como aquella que crea escuela y tiene discípulos que siguen sus enseñanzas.  Ella bien merece este título.

A sus hijos y familiares, así como al cuerpo de docentes del colegio, damos nuestro más sentido pésame y les deseamos el mayor logro en la continuidad de la noble misión educativa, que  es ejemplar en Tumaco.  Paz en su tumba.

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