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En María La Baja, Bolívar, muchos creen más en la “toma” que en la vacuna contra COVID-19

La “toma” es un preparado con cebolla, ajo, jengibre y matas medicinales, que se bebe por cucharadas en las noches antes de acostarse y se cree evita el contagio de Covid-19. Serie Vacunación y Desigualdad, entrega 5.

Por: Paula Andrea Ospina Buelvas*

María La Baja es un municipio con 14 corregimientos y 25 veredas, y cerca de 50 mil habitantes. 135 han salido positivos para Covid-19, 117 recuperados y 5 fallecidos.

“La cifras han sido favorables gracias al cumplimiento de las normas por parte de los habitantes. En el pico de la pandemia fueron de 5 a 6 pacientes por día máximo; en los demás días fueron escasos”, comenta Karla Coronel, personera del municipio.

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En María La Baja se realizaron programas preventivos entre todas las entidades, se implementaron  toques de queda desde las 8:00 pm,  recorridos de las autoridades y personal de la salud  por los barrios con un megáfono dando información pedagógica sobre el Covid-19, sus síntomas, recordando el aislamiento obligatorio, el lavado de manos y el uso correcto del tapabocas.

Se implementó el pico y cédula, y las medidas nacionales y departamentales se adaptaron a nivel municipal.

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A pesar de la lucha continua para que los habitantes respetaran el aislamiento obligatorio, muchos salían debido a que el sustento de la mayoría de estos es del día a día.

Se presentaron huelgas de las pescadoras, los mototaxistas y demás comunidades que se vieron más afectadas por este encierro, solicitando alivios económicos y de alimentación, “con los cuales se cumplieron”, anota la personera.

Actividades pedagógicas para la prevención del contagio de COVID-19.

En María La Baja se realizaron incontables actividades pedagógicas sobre el virus. Una de estas consistió en una persona disfrazada de virus y otra disfrazada de muerte, que se acercaban a los lugares con alta influencia de personas para recordarles la importancia del distanciamiento y demás medidas preventivas.

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Son 7 las IPS privadas y una EPS pública,  la única habilitada para vacunar. El tema más difícil en el municipio para la vacunación  ha sido la gran desinformación que se encuentra a diario en las redes sociales.

Cada día son más los habitantes que comentan no querer la vacuna debido a los vídeos, mensajes y notas de voz que les llegan a su celular sobre estos. “Que es un chip para controlar a las personas” y “nos quieren matar” son algunos de los comentarios que se escuchan con temor hacia la vacuna.

“Me da miedo aplicarme la vacuna, sin saber los resultados, qué efectos secundarios tienen estos. Si me la pongo, sería después que mucha gente se la haya puesto y haya mirado cuál ha sido su reacción. Ya acá ha habido muchos comentarios sobre la vacuna y todos negativos”, nos dijo Gladys Martínez.

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“Como todo buen ciudadano estoy dispuesto a ponerme la vacuna que es una esperanza más, y esto no indica que se ha acabado la pandemia, ni que será efectiva, pero vivimos con la esperanza de que se mejorarán las cosas, pues es una salida que tenemos. Yo estoy dispuesto a ponerme la vacuna en cualquier momento”, declaró  Arlay Silva, otra habitante de María La Baja.

*Trazador misional de esta publicación de Fundación Color de Colombia: Línea estratégica 4: Cultura, identidad y comunicaciones. Iniciativa: Periodismo. Proyecto: Vacunación y Desigualdad. Gran reportaje a la vacunación contra COVID-19 en municipios con significativa población afrocolombiana.

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