República de colores

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Jorge Idárraga, el hombre que retrata Petronio

“Retratos de Petronio” cumplió cinco años como hito en la memoria social del Pacífico  y se plantea evolucionar.

Por: Luis Eduardo Valencia, reportero de la alianza de El Espectador y Color de Colombia para el Petronio.

No le preocupa ser a su vez quien, al final, se quedará sin retrato. Para Jorge Idarraga, el hombre que desde hace un lustro congela a los músicos y protagonistas del  Petronio Álvarez, el Festival pasó de ser el evento íntimo que se realizaba en el Teatro al aire libre Los Cristales, y donde se mantenía un vínculo afable con los íconos de la cultura del pacífico colombiano, a ser la parcela entre los fotógrafos y las personalidades reducidas al foco de quienes ejercían el periodismo.

“La producción de televisión de Petronio, muy exigente, muy profesional, no permitía que nos acercáramos más y cada año nos fueron alejando. En vista de esta problemática, yo planteé a la organización del festival una propuesta que permitiera a los fotógrafos una aproximación, y bueno, así nace Retratos de Petronio”. Explica Jorge.

En el 2016, con dos luces, un pequeño fondo de un (1) metro con cincuenta de ancho, un flash pequeño y una luz continua que se discurría por el corredor donde, recuerda Jorge, la gente le pasaba por delante, se logró retratar a los primeros participantes del proyecto en el Quilombo, dentro del Coliseo del Pueblo.

Y así, cumpliendo con los primores del fotoperiodismo, se defendió por dos años, hasta poco después, en 2017, cuando el evento, en vista de los buenos resultados, pidió a producción que le reservaran un espacio cómodo y amplio.

“La idea de darle luz y nombre propio a los protagonistas de Petronio, funcionó. Trajimos a primer plano a quienes venían de los lugares más apartados del litoral, a los personajes más anónimos”.

Ese mismo año Retratos de Petronio gana una beca de circulación con Estímulos, que logra llevar el proyecto hasta el Festival de Tambores de San Basilio de Palenque. Más tarde, en 2018, saldría el primer libro, gracias a una beca de publicación. El libro de postales de Retratos de Petronio, que  tenía como objetivo llegar a un público más amplio.

Jorge Idárraga
Jorge Idárraga. Foto: Luis Valencia.

Jorge quiso dejar a un lado el modelo de la foto plana, y proyectarse. Mucho después del éxito de su iniciativa, siente que, como todo, el ciclo culmina y anuncia orgulloso que se ve en la obligación de evolucionar con Retratos de Petronio o simplemente, por paradójico que suene, plantearse algo de igual o mejor magnitud para con la sociedad no solo del Pacífico, sino del país.

Cuando Jorge planteó el proyecto a blanco y negro, su intención era recuperar la memoria visual de un territorio tan atestado de rituales y personajes populares, pegándolos en el bronce, en maderas y metales preciosos que evocaran la belleza del Pacífico en su plenitud.

El proyecto siempre ha buscado la publicación de un libro convencional, con más de cien retratos. Pero eso no es todo, Retratos de Petronio también busca incluir a quienes, durante los zonales para clasificar no cumplen su objetivo. Esto como muestra de afecto y valor del proyecto con toda la sociedad que reúne el festival, logrando amenizar su pérdida durante su activa participación.

“Pienso que es lo que debemos hacer, en lugar de quejarnos de la producción, tener iniciativa y darle hasta conseguirlo”, asegura dando cuenta de lo que representa Retratos de Petronio, donde descubrió que el evento tenía múltiples aristas y ángulos para ser contado, y más que disparar el obturador, trataba de ejecutar una conversación amena con los participantes, conocerlos y exponerlos con la promesa del crédito y una corta historia en su biografía, buscando siempre la inclusión y haciendo un paneo, según Jorge, por todos los vericuetos del litoral.

No le preocupa ser a su vez quien, al final, se quedará sin retrato. Jorge  me dice que Petronio es más que un evento musical. Más que una gran fiesta cultural del Pacífico; es un proceso social. Luego  plantea con determinación la necesidad de que Petronio se convierta en una organización propia que funcione durante todo el año, siempre. Jorge  cuenta que en una de las entrevistas que realizó a alguien durante el proyecto, le decía que después del triunfo del festival, lo que queda es la soledad eterna, un vacío que da muestra de lo desoídos que están los participantes, frente a los organizadores: frente al festival.

Esta iniciativa ha creado una relación sempiterna entre el público y quienes aparecen en los retratos, logrando muchas veces que niños, jóvenes y adultos se topen con algún allegado.

A la final, Jorge es el eterno ausente que, con ánimo de recuperar la memoria del Pacífico colombiano, aparecerá tras la cámara, disparando; ¡Clic! Congelando los rostros y acciones de quienes, ¡Clic! Sumidos en el olvido, afloran en el festival, cada año, ¡Clic! en Agosto.

Este 2019, expuso tallados en múltiples materiales como la madera y el cobre, algunas de las más de 500 imágenes que Jorge,  a lo largo de su carrera como fotógrafo, se ha dedicado a plasmar.

“A Retratos de Petronio le debo mucho, gracias al proyecto hemos dado al mundo lo que realmente es el Pacífico colombiano. Yo me siento un hijo fiel de la cultura”, dice sonriendo, mostrándose afable, con el rostro de quienes, orgullosos, se aferran a lo que más aman.

Se despide señalando su camisa azabache que, entre retratos y variados modelos, dice: YO HUELO A BUENAVENTURA: ¡Clic!

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