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El dilema de la Academia de Fútbol Christopher Moreno de Buenaventura en acercamiento con Millos

Más de un equipo copero está interesado en hacerse a esta cantera de futbolistas para el profesionalismo, pero el exdelantero de Independiente Santa Fe quiere mantener también el perfil social de su Escuela.

Preferiría hacer un trato con un equipo profesional de Buenaventura, dice, pero ese proyecto es incierto hoy, y en la búsqueda de sostenibilidad lo puramente deportivo puede desplazar a lo social por razones económicas.

En nueve años, la Academia se ha acreditado entre los agentes y buscadores de talento del fútbol colombiano por los más de diez jugadores profesionales que ha producido y porque algunos han conocido de primera mano el proceso.

Con  ocho entrenadores,  cerca de 600 prospectos y 42 ya en divisiones inferiores de clubes profesionales del país, se entiende el interés de Millonarios y Once Caldas por la Academia.

En esta entrevista, Christopher Moreno hace un repaso de los nuevos talentos que ya descollan y subraya  que en las categorías 2006 a 2009 “viene una cohorte de jugadores que van a marcar diferencia en el fútbol colombiano”.

Esa cohorte  y la generación de talentos competitivos concentra el interés de los clubes, pero el modelo de la Academia de Moreno incluye a niños y adolescentes que probablemente no se destacarán en los campeonatos.

Entrenar a ambos grupos de chicos en canchas alquiladas, horarios restringidos y con subsidios para transporte en muchos casos vuelve heroica la operación de la Academia.

Christopher Moreno fue el asistente técnico de Pacífico Fútbol Club, el equipo de Buenaventura en la B en 2010 y 2011, y sabe que a diferencia de esa fallida experiencia, esta vez un equipo profesional de la ciudad encontraría una cantera formada de jugadores.

Pero la sostenibilidad apremia y el proyecto de un equipo de la B en Buenaventura no tiene hoja de ruta.

«No quiero precipitarme en una decisión. Voy a esperar que en Bogotá me consigan una asesoría ad honorem para hacer un plan estratégico de la Academia. Si lo mejor es que la Academia trabaje para un club de otra ciudad, pues tocará», anota.

En esta entrevista también se refiere a la infraestructura deportiva y al sueño de un centro de alto rendimiento con restaurante comunitario, ideas que son un aporte a «Buenaventura piensa en grande». 

¿Quién es Christopher Moreno?

Christopher Moreno

Christopher Moreno Arias se inició como futbolista en el municipio de Bagadó, Chocó. Sus destacadas actuaciones le merecieron una convocatoria a las divisiones juveniles de la Selección Chocó y  posteriormente fue incorporado a Independiente Santa Fe en 1989.

En el club capitalino estuvo casi diez años. Integró todas las categorías inferiores, pasando por el club Cóndor, equipo de la primera B que pertenecía a Santa Fe, hasta debutar en el equipo profesional. También jugó en condición de préstamo en el Atlético Zulia de Venezuela.

En 1998 pasó al Once Caldas, donde jugó Copa Libertadores y Conmebol. También pasó por Once Caldas, Deportivo Pereira, Envigado, Atlético Huila, Bucaramanga, Cortuluá y Pasto. Jugó además en Ecuador, Centroamérica, Corea del Sur e Israel,  antes de retirarse por causa de las lesiones y dedicarse a la formación deportiva.

Es licenciado en Educación Física de la Universidad del Magdalena y está cursando una especialización en Gerencia Deportiva.

Actualmente es director deportivo de la Academia de Fútbol Christopher Moreno y de la Fundación ChristoGol, donde entrenan fútbol con enfoque psicosocial con niños y niñas en zonas vulnerables de Buenaventura.

¿Cómo ha sido la experiencia con su Academia de fútbol en Buenaventura?

En estos nueve años, ha sido una experiencia significativa, hemos tomado el fútbol como una herramienta de formación, transformación, construcción de proyecto de vida y oportunidad para nuestros niños, niñas, adolescentes y jóvenes de Buenaventura.

Nuestra parte administrativa está ubicada en el barrio El Modelo, en la Calle 5 #40-60. En la parte deportiva, el grupo lo tenemos dividido en dos; tenemos el grupo competitivo que está participando en la Copa Telepacífico, entrenamos en la mañana en la cancha La Independencia, de 8 a 10 a.m. por lo general, nos prestan la cancha dos horas.

Hay muchos niños, jóvenes y adolescentes de los 16 años en adelante, a quienes les abrimos la puerta para ocupar el tiempo libre, no solamente en la parte competitiva, sino que también hacemos un trabajo social ocupando el tiempo libre de ellos para prevenir que sean reclutados, que tomen malos caminos.

Pero nos toca hacerlo a la vez con el grupo de la primera C porque no tenemos más espacio, nadie nos presta más canchas, no tenemos en la mañana cómo pagar una cancha. Tenemos esas dos horas en la mañana, van alrededor de 120 jóvenes y adolescentes.

Pero de todas formas nos toca abrir las puertas porque no hay para más, si nosotros los rechazamos sería entregarlos directamente a las pandillas, a un mal camino, entonces tratamos de ocupar ese tiempo para que al menos puedan entrenar y estar activos físicamente. Nos toca dos horas con esa cantidad de jóvenes y adolescentes porque no hay espacio para seguir entrenando en otro lugar.

Si yo tuviera otro espacio podría trabajar esas dos horas con ese grupo y las otras dos horas con el grupo que está en la parte competitiva en la Copa Telepacífico, torneo que organiza la Liga Vallecaucana de Fútbol.

Son jóvenes y adolescentes que, en esas edades, es muy difícil que los padres los puedan ayudar porque es un momento en que, como dicen acá en Buenaventura, “ellos ya tienen que producir”, entonces es muy difícil que ellos puedan hacer un aporte para las necesidades del club.

En la tarde trabajamos con alrededor de 450 chicos, de 2 a 4 p.m. con una categoría, de 4 a 6 p.m. con otro grupo; y de 6 a 8 p.m. va otro grupo. Nos toca alquilar la cancha de la salchipapa, pagamos el alquiler por cancha, mensualmente cada chico hace un aporte de $30 mil y nosotros como Academia Christopher Moreno ponemos el faltante para pagar las canchas mes a mes para poder entrenar. En estas canchas entrenamos tres veces a la semana, los martes, jueves y el sábado de 8 a.m. a 12 p.m.

Contamos con ocho profesores, a cada uno se le da una bonificación mensual de $500 mil, un dinero personal que directamente se invierte en el reconocimiento el trabajo de la labor que ellos nos aportan en la formación de todos nuestros niños, niñas, jóvenes y adolescentes.

¿Ha sacado talentos para el fútbol profesional?

Sí, hemos ubicado muchos jugadores en diferentes clubes profesionales, entre ellos: Santiago Mosquera, Stiven Pretel, Cristian Cangá, Jhonathan Angulo, Jefrie Flores, Carlos Ibarguen, Luis Fernando Caicedo, Kevin Angulo, Diego Hernández, Emerson Rodríguez y Jhon Viveros. Tenemos 42 chicos en divisiones menores de diferentes clubes profesionales.

En realidad son muchos más, no podría recordar el listado completo. En estos momentos todos están en Buenaventura debido a la pandemia, y no sabemos si podrán continuar en los clubes o qué pasará dependiendo de cómo evolucione la pandemia.

Entre los más representativos en este momento tenemos a Wilson Danilo Cardona, tiene 15 años, está en la sub-15 del Once Caldas; allá también se encuentra Jean Marcos Angulo, tiene 17 años, está en la sub-17, al igual que Jhon Michael Riascos. Harrison Viveros Cáceres tiene 18 años y está trabajando con el equipo profesional.

En Millonarios tenemos en la sub-20 a Luis Ángel Arias, tiene 18 años, al igual que Carlos Reyes. Emerson Rodríguez, que también se encuentra en Millonarios, ya está trabajando con el equipo profesional.

En América tenemos a Kevin Angulo, central zurdo, 17 años, también está en proceso con selección Colombia; y Diego Hernández, central derecho, 19 años, también está con el equipo profesional.

En Pereira tenemos a Leyton Martínez, que está con el equipo profesional; y Juan David Mosquera, que está con la sub-20 del Deportivo Pereira. En divisiones menores de otros clubes también hay varios chicos que hemos sacado y que están haciendo sus procesos.

En el Boca Juniors de Cali está Dylan Moreno, tiene 13 años; Álex Belleizá, de 12 años; y en la selección Valle tenemos en estos momentos al único jugador de Buenaventura y goleador de la selección Valle, Arlen Darío Campaz, 13 años, está en la categoría selección Valle categoría infantil.

Carlos Ibargüen está en Cortuluá, en el equipo profesional; y así hay muchos más que están ubicados en diferentes clubes, haciendo su proceso en divisiones menores, construyendo su proyecto de vida y esperando una oportunidad.

Otros chicos que han pasado por mi mano son, por ejemplo, Santiago Mosquera, a quien llevé a Millonarios, al igual que Cristian Cangá, que llevé al Atlético Huila y de ahí pasó por diferentes equipos del fútbol colombiano.

También está Stiven Pretel, que jugó en el Cúcuta Deportivo, Cortuluá y en este momento está en Costa Rica; Jefrie Flores, a quien llevé al Once Caldas y en este momento está jugando en la tercera división en la Liga Española. Jonathan Angulo, que estuvo en divisiones menores de Millonarios y luego lo llevé al Atlético Huila, en este momento está jugando en tercera división en España.

En este momento tenemos una cantera de 600 chicos aproximadamente, donde hemos venido recuperando ese talento del puerto. En las categorías 2006, 2007, 2008, 2009 y 2010 viene cohorte con una proyección de jugadores muy interesante, yo sé que esa cohorte va a marcar diferencia en el fútbol colombiano.

Lo que viene va a ser grande, viene un jugador más estructurado, un jugador con más fortaleza mental, un jugador muy inteligente, un jugador con cultura futbolística del jugador de Buenaventura. Pienso que van a ser jugadores que van a dar mucho de que hablar en Colombia y fuera Colombia.

Si Buenaventura tuviera equipo en la B, ¿usted recomendaría divisiones inferiores desde qué edad y por qué?

Pienso que las divisiones menores son el futuro de todo club, recomiendo la escuela de formación con sede en las diferentes comunas y la zona rural, integrado a un trabajo social con valores desde los 4 años en adelante, organizado por categorías dependiendo la edad.

Yo tengo mi Fundación, trabajo en las diferentes comunas y en la zona rural, hacemos un trabajo de fútbol con enfoque social y construcción de tejido social, con valores y principios. El objetivo de nosotros es prevenir el reclutamiento armado de los niños, prevenir el consumo de sustancias psicoactivas, el embarazo a temprana edad y prevenir tanta problemática social que viven nuestros niños, niñas, adolescentes y jóvenes en las diferentes zonas vulnerables de Buenaventura y la zona rural.

Nosotros venimos haciendo ese trabajo acompañados un equipo psicosocial y un equipo nutricional. A través del fútbol atraemos a todos esos jóvenes, trabamos con los talleres y diferentes temáticas la problemática social que estamos viviendo.

A los chicos que a través de ese trabajo psicosocial le vemos proyección y talento, los apadrinamos y los llevamos a la academia. Nosotros respondemos por los transportes, la Fundación paga la mensualidad, le conseguimos el equipamiento deportivo y le colaboramos con el transporte para que pueda llegar a practicar.

Eso hacemos en la zona rural y en las zonas vulnerables de Buenaventura. Además, si vemos que el chico no está estudiando, gestionamos con Secretaría Educación y los colegios, y le conseguimos una institución educativa para que pueda continuar su estudio.

¿De qué modo su Academia se podría integrar al proceso de divisiones inferiores de un equipo de Buenaventura en la B?

Siempre he soñado con esa oportunidad de que los chicos de la Academia Christopher Moreno tengan la oportunidad de tener un proceso formativo en un club profesional de Buenaventura. Si mi Dios nos brinda esa Bendición estaremos trabajando 100% de corazón por el bien de nuestros niños, niñas, adolescentes y jóvenes.

Aquí se está haciendo una inversión y trabajo social con todos nuestros niños, niñas y adolescentes. Mi interés es que estos chicos lleguen a un club profesional y que tengan una verdadera oportunidad aquí en su casa; pero también hay que tener en cuenta toda la inversión y trabajo que se ha venido haciendo, y se debe respetar y buscar a través del diálogo llegar a un acuerdo para que estos chicos puedan hacer parte del proyecto de primera B que traigan aquí a Buenaventura.

Yo pienso que no es fácil lo que venimos haciendo, es muy duro porque no tenemos apoyo, no tenemos recursos, nadie nos da la mano en estos proyectos, pero tratamos de subsistir luchando con perseverancia; y pienso que el club de primera B que venga va a tener algo muy fácil porque ya hay un proyecto, un esquema y una estructura montada, y lo que vendría a hacer es terminar de fortalecerla y darle continuidad.

No como en el pasado que me tocó como entrenador del club Pacífico, aquí no había divisiones menores, no había estructura competitiva para eso; ahora sí la hay, tenemos un proceso formativo que, el club que llegue, podrá apoyarse en lo que tenemos y terminar de fortalecerlo.

¿Qué infraestructura deportiva faltaría para un proceso de divisiones inferiores ambicioso en la ciudad?

Un centro de alto rendimiento bien dotado de múltiples canchas, gimnasio, zonas húmedas, departamento médico y fisioterapia, zona de alimentación, casa hogar, departamento psicosocial, formación intelectual y personal y, algo muy importante, los escenarios para la competencia.

De concretarse el proyecto del equipo en la B, lo primero que tendríamos que hacer es acudir a la Alcaldía para ver qué espacios tiene disponible y buscar la forma de ocuparlo, ya sea de alquiler o comprarlo.

Yo he estado gestionando, he estado buscando, pero no es fácil, acá en Buenaventura la tierra es muy cara. Uno los sueños de nosotros es tener un centro alto rendimiento propio, donde los chicos no tengan que pagar ni un peso por entrenar, por alquiler de canchas, donde los chicos tengan la comodidad de prepararse como debe ser, donde podamos tener un gimnasio propio, una casa hogar para los chicos que tienen dificultad y que viven en la zona rural.

Con el equipo nutricional queremos tener un restaurante comunitario para todos los chicos, donde después de cada práctica tengan su alimentación, y también atender a los chicos que tengan problemas alimenticios o de nutrición.

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Editó: Juan David Morales, jefe de redacción de Color de Colombia.

**Trazador misional de esta publicación de Fundación Color de Colombia: Línea estratégica 3: Mercados inclusivos y desarrollo sostenible. Iniciativa: Promoción de consensos estratégicos para el desarrollo sostenible (sobre proyectos de gran impacto en territorios de población afrocolombiana). Proyecto: Internacional por Buenaventura 2040 (500 años de la ciudad).

 

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