En Riohacha, La Tertulia rindió homenaje al salsero Wilson “Saoko” Manyoma
La charla con Andrea Barraza, autora de la biografía de Saoko, fue moderada por los coordinadores del Festival Internacional del Bolero, Álvaro Escorcia y César Arismendi. Se destacó la influencia del compositor maicaero Roberto Solano y reafirmó el propósito de descentralizar la cultura en Riohacha a través de la música y la memoria. El viernes…
La charla con Andrea Barraza, autora de la biografía de Saoko, fue moderada por los coordinadores del Festival Internacional del Bolero, Álvaro Escorcia y César Arismendi. Se destacó la influencia del compositor maicaero Roberto Solano y reafirmó el propósito de descentralizar la cultura en Riohacha a través de la música y la memoria.
El viernes 12 de diciembre, en el Club Náutico de Riohacha, se llevó a cabo una nueva edición de La Tertulia, el espacio cultural que desde hace ocho años reúne a melómanos y amantes de la música afroantillana.
En esta ocasión, la conversación giró en torno a Saoko, la biografía de Wilson Manyoma, publicada por la Fundación Color de Colombia, en su propósito de ayudar a rescatar la memoria de la experiencia y aporte de los afrocolombianos en la modernidad nacional.
El conversatorio estuvo a cargo de la autora de la biografía, Andrea Barraza Cabana, y la periodista guajira Betty Martínez.
El Club Náutico se convirtió esa noche en un escenario bohemio frente al mar Caribe. La brisa, las luces tenues y el ambiente despreocupado fueron el marco de una cita que, más allá de la música, reafirmó el valor de la memoria cultural.
Lo que nació como un encuentro entre amigos para hablar de su pasión común por la música, hoy es uno de los espacios más reconocidos de Riohacha. Médicos, políticos, músicos, periodistas y abogados se congregan allí cada quince días para escuchar, debatir y desmontar un estereotipo: en La Guajira no solo se escucha vallenato.
Entre anécdotas y reflexiones, se destacó un pasaje especial: la mención en el libro al compositor maicaero Roberto Solano, creador de canciones como Los Charcos y El Patillero, interpretadas por Wilson Manyoma y convertidas en clásicos de la salsa colombiana.
Ese guiño permitió recordar que La Guajira también ha dejado huella en la historia musical del país más allá de sus aires tradicionales.
La conversación fluyó con naturalidad. Hubo espacio para hablar de los orígenes de Saoko, de su carisma, de sus aportes a la cultura, y de lo que significó su voz para el reconocimiento de la salsa hecha en Colombia.
“Mi admiración hacia Wilson es profunda —dijo la autora— porque fue la voz detrás de una de las canciones más importantes de nuestra salsa. En 1975, ese acontecimiento abrió el camino para los artistas colombianos y sentó un precedente en la música hecha en el país”.
El público acompañó con atención. Al cierre, uno de los asistentes tomó la palabra y resumió el sentido de la noche con una frase que quedó resonando: “este libro es un acto de justicia con un personaje que le ha entregado mucho a la música colombiana y que se merecía una reivindicación de su historia”.
Más allá del homenaje a Saoko, el encuentro también reafirmó el papel de La Tertulia como extensión del Festival Internacional del Bolero de Riohacha.
Creada por los mismos fundadores del festival, esta cita quincenal se ha convertido en la manera de prolongar el espíritu de esos tres días de celebración anual, descentralizando la cultura y manteniendo viva la conversación en torno a la música, la palabra y la memoria.
Este año, el Festival celebrará su XIV edición los días 21, 22 y 23 de noviembre, con invitados de Cuba, México y Colombia, y un foro académico titulado El Caribe y su música.
En la antesala, espacios como La Tertulia siguen recordando que la música no es solo entretenimiento, sino también identidad y memoria.
Gracias al trabajo editorial de la Fundación Color de Colombia, la vida de Wilson Manyoma encuentra ahora un lugar en la memoria escrita, reafirmando la importancia de contar estas historias para las nuevas generaciones.
En Riohacha, entre boleros, sones y salsa, la noche del viernes dejó claro que hablar de Wilson Manyoma es hablar de un país que canta su historia, y que todavía necesita escenarios para reivindicar a quienes le dieron voz a nuestra cultura.
colordecolombia
La Fundación Color de Colombia fue creada en 2006. Nuestra misión es promover el reconocimiento, la movilidad social y la integración de la población afrocolombiana en la sociedad y el desarrollo sostenible.
Tenemos tres líneas de trabajo estratégicas: 1) Reconocimiento, cultura e integración (en la nación colombiana); 2) Educación de calidad y equidad (desde primera infancia); y 3) Empoderamiento económico y calidad de vida.
Ayudamos a cuidar un legado de más de 200 años, que viene desde antes de los protagonistas negros y mulatos (“de color”, como se decía oficialmente en la época) de la guerra de independencia de Colombia y recorre dos siglos largos contribuyendo a construir este país.
Nos sentimos herederos de la experiencia de los colombianos negros en la modernidad nacional.
Cuando la colombianidad se gestó, los descendientes de africanos ya estaban aquí y ayudaron a crear la nueva nación, que se convirtió en nuestra patria, a la que amamos tanto, así no hayamos recibido el trato debido (nuestra relación emocional con Colombia).
Con Martin Luther King en “Yo tengo un sueño”, creemos en el ideal de “una nación donde no se juzgue por el color de la piel, sino por el contenido del carácter”. Así, no creemos que el color de la piel defina la esencia de las personas.
Con Nelson Mandela, creemos en el ideal de una “sociedad democrática y libre, en armonía racial y con igualdad de oportunidades”.
Tenemos el ideal de una Colombia desarrollada capitalista con amplias clases medias negras integradas a la sociedad y al poder (en sus distintas dimensiones), por mérito igualitario.
Creemos en la modernidad con diversidad, no en la diversidad sin modernidad.
Creemos en una doble conciencia, de colombianos y racial/étnica, en ese orden y con pluralismo.
Creemos en la corresponsabilidad individual, familiar y colectiva, en ese orden y con esfuerzo.
Nuestra estrategia es prestar servicios al “décimo talentoso” a cambio del compromiso de servir con eficacia y alto impacto a la mayoría de la población afrocolombiana y al país.
En suma, representamos la otra visión de la cuestión afrocolombiana, no la que es más conocida.
En 2026 cumpliremos 20 años de sostener una antorcha que también sostuvo el Gran Almirante de la Nación, José Padilla, zambo o mulato héroe naval de la guerra de independencia contra la Corona española.
Los editores de los blogs son los únicos responsables por las opiniones,
contenidos, y en general por todas las entradas de información que deposite en el mismo. Elespectador.com no
se hará responsable de ninguna acción legal producto de un mal uso de los espacios ofrecidos. Si considera
que el editor de un blog está poniendo un contenido que represente un abuso, contáctenos.