El periodista musical de El Espectador, cofundador del diario Petronio, escribe cómo se goza el Festival.
Por Juan Carlos Piedrahíta B.*, publicado en diario Petronio**
En el Festival Petronio Álvarez el espectáculo se ve encima de la tarima pero se disfruta abajo del escenario. Durante 21 años el fenómeno ha sido el mismo y se traduce en la comunión perfecta entre los artistas y el público.
Las notas del encuentro cultural basado en las manifestaciones tradicionales de la región del Pacífico colombiano, siempre son la excusa perfecta para ser testigos en Cali de cuatro días de competencia creativa, un combate de altos decibeles en el que lo único válido es el ingenio para divertir y transmitir emociones.
En agosto la música es mucho más protagonista en Cali, una ciudad que ha sido llamada mil veces la Sucursal del Cielo pero que por estos días puede ser el firmamento mismo de la tradición porque allí se dan cita diversas expresiones del sentir de la zona del Pacífico.
Las danzas autóctonas siempre son inspiradoras para que los asistentes a la cita encuentren motivos para sumarse al baile, al goce y al disfrute con total libertad.
Sobre el escenario se pueden apreciar vestidos con colores llamativos que se mueven al compás de conformaciones instrumentales diversas, mientras que en la parte inferior de la tarima el espectáculo está respaldado con paz y armonía.
Mientras los pañuelos blancos van y vienen sin tregua, el escenario del Festival de Música del Pacífico Petronio Álvarez sin ningún esfuerzo se viste de talento.
Se trata de una fiesta colectiva en la que el baile es grupal y al mismo tiempo personal, porque cada quien vive el concierto a su manera.
Son miles de voces las que se funden en una sola para entonar coros sencillos, en los que se corrobora que el Pacífico no solamente tiene influencia en los departamentos del Valle, Cauca y Nariño, sino que cobija todo el territorio nacional y, además, tiene una presencia importante en el público de naciones como Ecuador, Perú, Venezuela y Cuba.
Lo que pasa sobre el escenario y lo vivido en las tribunas se mezcla, se vuelve un solo fenómeno; y el resultado en este tubo de ensayo vivencial se convierte en una amalgama fácil de captar cuando se tienen los sentidos en máxima alerta.
Así se goza el Petronio Álvarez… arriba y abajo.
* Periodista musical de El Espectador
** Año 5, edición 3, 20/agosto/2017. El diario PETRONIO (ISSN 2590-860X, con tres ediciones durante el Festival) es un aporte editorial y periodístico de la Fundación Color de Colombia desde 2013, que ha contado con el apoyo del Ministerio de Cultura y de Arroz Blanquita, y durante dos años con una ayuda de Usaid.
El diario es independiente de la Secretaría de Cultura de Cali, no es oficial, y a partir de 2017 circulará también después del Festival, cada 2 meses, como periódico de las manifestaciones tradicionales de la cultura del Pacífico colombiano y sus fusiones. Circulará en Bogotá, Cali, Medellín y 32 municipios de Valle del Cauca, Nariño, Cauca y Chocó.