República de colores

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Cuatro poemas sociales de Carolina Marcela Gulfo Perea

La joven poetisa chocoana expresa con buena factura literaria el dolor de problemas sociales como el maltrato a la mujer, el abuso sexual y el asesinato de líderes comunitarios.

Carolina Marcela Gulfo Perea, poetisa chocoana.

Licenciada en Matemáticas y Física que leyó desde niña a Rafael Pombo y a los 11 años Crónica de un muerte anunciada, de Gabriel García Márquez, que la motivó a «buscar las líneas adecuadas para mostrar desde la literatura, los problemas sociales, que suceden aquí y en otros lugares del mundo», recuerda.

Como instructora de Matemáticas del Sena transmite «esperanza de superación personal a cada aprendiz», pues ella misma, oriunda del municipio de Riosucio, es víctima de la guerra.

Publicamos aquí una selección de cuatro poemas: Una palabra, un golpe (sobre maltrato  a la mujer), Dos naranjas (acerca de abuso sexual infantil), No lloren a Néstor y Juguemos al fútbol (sobre la violencia y la barbarie).

Una palabra, un golpe

Cada palabra es un golpe
un grito, mi inseguridad
vivo en alerta constante
sin reclamar tranquilidad.

No preguntes que te gusta
piensa que le gusta a él
cuando lo hayas complacido
parecerás su mujer.

¿Y si no? ¿si no?
Una palabra es un golpe
un grito la inseguridad
vivir en alerta constante
sin reclamar tranquilidad.

¡No llores!
¡No tienes derecho a llorar!
¡no recuerdes!
¡Serás mujer solo si aprendes a olvidar!

¿Seré Mujer? ¡Si, Dama!
de las que no reclaman
¡dama! de las que callan
¡sí! de las que guardan
la atrocidad del canalla.

¡Pero tengo memoria! ¿memoria?
Recuerda entonces esta historia
Una palabra es un golpe
su grito tu inseguridad
vives en alerta constante
sin reclamar tranquilidad.

Lo he dejado sin palabras
grito con seguridad
Me liberé del maltrato
vivo con tranquilidad
¡Ya no hay golpe! ¡no hay palabra!
¡ja, ja, ja,ja, ja! ¿Qué tan segura estás?

¡Él no está!
él no está, está su sombra
la que te hace recordar
que es un monstruo
que la mentira camina
y que tiene nombre propio.

ya no hay golpe
no hay palabra
quedó el eco de quien habla.

¡Hace ruido! ¡Tengo miedo!
Ve tranquila, no te agobies
vuela alto, hasta el tope
porque ahora te toca a ti
darle a su palabra…el golpe.

Dos naranjas

Dientes separados
Sonríes y se nota
el viento que sopla
Por entre ese medio.

Trenzas tu cabello
Se cubre tu cuello
Me vez con misterio
se pierden tus ojos
¿que guardas en ellos?

Te acercas extraño
confío en tus pasos
¿Que traes en la bolsa?
¡Naranjas jugosas!

Mi rostro te observa
Sonríe a tu llegada
Busca tu mirada
Se pierden tus ojos
¿Que guardas en ellos?

Apuras el paso
Sorprende el zarpazo
Mi pequeña vulva
tiene siete años
Retuerces el brazo
La tocas gustoso.

Pero lees mis ojos
luego te preguntas
¿Porque estos se asustan?
Seguro te dices
¡Si me sedujiste!

Tu fuerza me aterra
Mi rostro te observa
Sufre tu llegada
¡Tengo siete años!
¡No sé de placeres!
¡Que me toques duele!

¿Que traes en la bolsa?
Naranjas jugosas
Te daré dos de ellas
Una por vergüenza
la otra como pago.

No lloren a Néstor

Ha llegado Néstor
Todos lo festejan
Es el mejor tío
Un líder del pueblo
Luchando en la guerra.

Parece paciente
Él habla y lo escuchan
Lo que a unos les gusta
A otros les molesta.

Néstor habla mucho
Defiende su pueblo
¡Qué rabia! ¡qué rabia!
Peligro en su labia.

Es que en esta guerra
Por gusto se aferran
La carne no vale
Y la lengua condena.

Mataron a Néstor
¿Lección aprendida?
Quien llore una lagrima
Perderá su vida.

Recógelo madre
Es tu hijo sin vida
¡No llores! ¡No llores!
Tan solo respira.

¿Porque lloran todos?
Es nuevo milenio
La gente festeja
Que llegó la hora
De llorar los muertos
Sin que a otros les duela.

Juguemos al fútbol

El cielo se nubla
La tierra entristece
El aire se turba
La sangre hace lluvia.

Quien corre estas tierras
Camina en la arena
Construye temores
Que el viento no lleva.

Parecen mentiras
pero hoy los verdugos
Se juegan al fútbol
tirando cabezas.

La de Marcos pesa
La cambian por otra
Toman la de Mario
Que murió por bruto
No mereció luto.

Los que los observan
Pasan por el pasto
Con los ojos ciegos
El miedo en el pecho
Y la vida entre dicho.

El viento enfurece
Las nubes los lloran
La sangre no para
La lluvia no cesa
La tierra estremece
Ruedan las cabezas.

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