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Crónica desde carretera obstruida por el ELN de Pasto a Tumaco

Una estudiante de periodismo tumaqueña cuenta la mañana de este lunes 15 en un bus y cómo tuvieron que devolverse a Pasto.

Por Gina Alexandra Vanegas, estudiante de Comunicación y Periodismo de la Universidad del Quindío. Especial para Color de Colombia.

Gina Alexandra Vanegas.
Gina Alexandra Vanegas.

La vía que de Pasto conduce al distrito de Tumaco fue cerrada de forma preventiva a eso de la 1:00 de la madrugada del 15 de julio. Al aparecer, un automóvil blanco sin placas había sido abandonado en el kilómetro 21 sobre el puente Palpis, jurisdicción del municipio de Ricaurte.

En la mañana del 15 de julio se disponía a partir el bus en el que viajaba desde la ciudad de Pasto hacia mi natal Tumaco, ignorando absolutamente esta situación. A eso de las 9:30 a.m recibo una llamada de mi madre, quien se acababa de enterar de la toma sectorizada en la carretera que adelantaba el autodenominado Ejército de Liberación Nacional (ELN).

Me recomendó cuidado y discreción. Minutos después de colgar esa llamada, el bus se detiene debido a un trancón.  El conductor se baja del automóvil para divisar con mayor claridad lo que adelante sucedía y afirma “los del ELN no están dejando pasar”.

Advierto a mis compañeros de viaje que acababa de recibir una llamada avisándome sobre el hecho, y que por eso consideraba que esto ya era de conocimiento nacional.

Alrededor de 15 minutos transcurrieron, detrás aparcaron varios buses, Kias, mulas de carga, etc. Que, al igual que nosotros, esperaban pasar. Mientras tanto, las personas descendieron de los buses, paisanos se saludaban y conductores conversaban entre ellos. En el instante siguiente, el miliciano que se encontraba al frente de los autos detenidos, hace una señal de “avancen” con la que todos inician a correr subiéndose a su respectivo automóvil. Había banderas del ELN en ambos lados de la carretera. 40 minutos de camino más tarde, y yo en el tercer sueño, nos detuvimos en un restaurante muy conocido sobre la vía para “almorzar”. Al bajar, noto la cantidad de personas en el restaurante, que parecían dirigirse a Tumaco.

Después del almuerzo, un pasajero que viajaba conmigo me cuenta que paramos ahí porque en el puente Palpis encontraron un carro bomba. Acabando de decirme eso el tumulto de personas que estaba en el restaurante se agolpa cerca del televisor: estaban pasando la noticia en el noticiero del medio día.

Por ese medio nos enteramos de que el cuadrante del Ejército Nacional responsable de esa zona encontró y detonó de forma controlada los explosivos en el carro. Sin embargo, se decía que debajo del puente había otros y por ende la vía estaría cerrada por 72 horas.

El grupo de personas con el que viajaba decidió esperar hasta las 2 de la tarde, a ver qué otro comunicado se emitía. Llegaron las 2:15 y sin novedad. Así que nos regresamos a la ciudad de Pasto; en mi caso, a pagar hotel y alimentación imprevistos y a esperar que el “Ejército de Liberación Nacional” decida liberarme pronto.

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