Había una vez un campesino muy sabio, que trabajaba la tierra y le enseñaba a su hijo todo lo que sabía acerca de la siembra. Un día el hijo le dijo:
-¡Padre, qué desgracia! Se nos ha ido el caballo.
-¿Por qué le llamas desgracia? – respondió el padre – veremos lo que trae el tiempo…
A los pocos días el caballo regresó, acompañado de otro caballo.
-¡Padre, qué suerte! – exclamó esta vez el muchacho – Nuestro caballo ha traído otro Caballo.
– ¿Por qué le llamas suerte? – repuso el padre – Veamos qué nos trae el tiempo.
En unos cuantos días más, el muchacho quiso montar el caballo nuevo, y éste, no acostumbrado al jinete, se encabritó y lo arrojó al suelo.
El muchacho se quebró una pierna. -¡Padre, qué desgracia! – exclamó el muchacho – ¡Me he quebrado la pierna!
Y el padre, retomando su experiencia y sabiduría, le dijo: -¿Por qué le llamas desgracia? ¡Veamos lo que trae el tiempo! El muchacho no hacía más que maldecir lo que había sucedido.
A los pocos días después pasaron por la aldea los enviados del rey, buscando jóvenes para llevarlos a la guerra. Vinieron a la casa del anciano, pero como vieron al joven con su pierna entablillada, lo dejaron y siguieron de largo.
El joven comprendió entonces que nunca hay que dar ni la desgracia ni la fortuna como absolutas, sino que siempre hay que darle tiempo al tiempo para comprender que todo tiene una razón de ser por muy difícil que nos parezca.
A veces se vuelve una frase repetitiva y sin sentido el decir: “todo pasa por una razón” pero así es. Siempre he pensado que todos tenemos que vivir ciertas cosas y todo lo que llega, sucede o se va, hace parte de un plan perfecto para cada persona. Uno tenía que pasar por eso… Nos guste o no.
Después de cada herida, de cada dolor, de cada alegría, de cada éxito o de cada fracaso, ¿quién termina siendo la misma persona que era antes? Nadie… Todo lo que pasa modifica algo, tal vez a simple luz no se vea, pero profundamente forjan nuestro carácter, nuestro corazón, nos hace ver las cosas más nítidamente. Hace parte de la evolución del ser humano.
Así que cuando nos veamos frente a una situación que a simple vista no logremos entender el por qué… tomemos una bocanada de aire… y ya veremos lo que trae el tiempo…
ANDREA VILLATE
Escribe acerca de la vida, la muerte y la salud tanto física como emocional. Todos los domingos. –
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