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La leyenda del amor eterno

Una de las tantas cosas lindas que tiene la vida es la posibilidad de enamorarnos.  Esos primeros momentos cuando conocemos a alguien y sentimos esa química es maravilloso.  Es cierto que sentimos mariposas en el estómago y que nuestro corazón late más rápido cuando estamos cerca de esa persona.  Y ¿qué decir de los primeros besos? Son una mezcla de felicidad y ansiedad, donde queremos que el tiempo pase lentamente.

Las charlas de cientos de temas, parecen nunca tener fin y terminas poniéndole atención a la letra de algunas canciones, donde ves reflejado lo que sientes.

Siempre me ha asombrado la letra de algunos boleros y rancheras, esas frases que describen el amor de una manera sublime, como debe ser.

El amor no es fácil y hacer que se mantenga y perdure en el tiempo no es una tarea sencilla de realizar. Las circunstancias de la vida, el día a día, el creer que porque tenemos un compromiso ya esto será para siempre y dejamos de regar la planta del amor, dejamos apagar la llama y solo le ponemos responsabilidades, es uno de los peores errores que cometemos a veces sin darnos cuenta.  Pero, ¿cuál será la clave para que el amor sea eterno?…   Sin buscar mucho me encontré con esta historia:

Cuenta una leyenda que un día el hijo de un guerrero se enamoró de una joven muy bella y ambos decidieron casarse tras lograr el permiso de sus padres. Como se amaban tanto y sabiendo de los peligros de la convivencia, decidieron visitar al brujo de la tribu para que les preparara un conjuro que hiciera su amor y su alianza realmente eternos.

El brujo le dijo al guerrero:
– Ve a las Montañas del Norte y sube a la más alta que encuentres y cuando estés en su cima busca el halcón más vigoroso, el más fuerte y más valiente de todos. Debes cazarlo y traerlo vivo aquí.

Luego dirigiéndose a la hermosa muchacha le dijo:
– Tú ve a las Montañas del Sur y busca en la cordillera el águila más cazadora, la que vuele más alto y de mirada más profunda. Tú solita debes cazarla y traerla viva aquí.

Tras varios días de andar por las montañas, el guerrero y la muchacha consiguieron sus objetivos y volvieron donde el brujo muy satisfechos con las hermosas aves.

-¿Qué debemos hacer con ellas? –Le preguntaron
– Son hermosas y fuertes estas aves, ¿Verdad? –les preguntó el brujo.
– Sí, respondieron ellos. Son las mejores que hay y nos costó mucho capturarlas.
– ¿Las viste volar muy alto y muy veloces? –les preguntó el brujo de nuevo.
– Sí. Volaban más alto y más rápido que ninguna –respondieron los dos.
– Muy bien. Ahora quiero que las aten la una a la otra por las patas.

Los dos jóvenes así lo hicieron y, siguiendo las instrucciones del brujo, después las soltaron. Las pobres aves intentaron echar a volar pero como estaban atadas la una a la otra se estorbaba y no pudieron hacerlo. Lo único que conseguían era tropezarse la una con la otra y haciéndose daño se revolcaban por el suelo.

– ¿Ves lo que les sucede a estas aves? – Les dijo brujo – Atadas la una a la otra ninguna es capaz de volar,  mientras que solas lo hacían muy alto. Este es el conjuro que les doy para que su amor sea eterno:

“Que su alianza no sea atadura para ninguno sino fuerza y aliento para crecer y mejorar como personas”
“Que su amor no les cree dependencias sino que manifieste el cariño, el amor y la solidaridad del otro”
“Respetarse como personas y dejar que cada uno pueda volar libremente para ir aprendiendo a volar juntos por el ancho cielo”.
“Si actúan así su amor podrá ser realmente eterno porque nunca será una limitación sino un estímulo para que cada uno pueda crecer”.

Cierto es que todo lo que limita el alma, muere tarde o temprano en esta vida, porque nuestra ley suprema es la del crecer y evolucionar como personas.

Muere un amor que atenaza a los amantes y los oprime como personas. Muere con la alegría como quien de repente sale libre de una cárcel donde prisionera estaba su alma.

El único amor que nunca muere, es el que se alimenta a diario por ambos, el único amor que supera incluso a la muerte es ese pacto sagrado de las almas por el que ambas se ayudan en su evolución, por la que ambas se respetan para que puedan ser libres y a la vez solidarias entre sí.

Si bien es cierto que no hay una fórmula para el amor eterno, siempre he pensando que hay que darlo todo. Que si el final no es el esperado, no sea porque nos falto jugar un buen partido.  A veces todo cambia con un beso, con un abrazo, con una canción, con volver a lo simple, con aquellos detalles que hacíamos al comienzo.   Hace un tiempo leí una frase que decía: “Trátense como al principio y nunca habrá final”.

Seamos honestos, el amor es maravilloso, lleno de momentos, de instantes felices, así las cosas al final no salgan cómo hubiéramos querido.  Como dice una vieja frase: “Es mejor haber amado y perdido que jamás haber amado”.

Esta mañana quiero invitarlos a no dejar enfriar el amor, a enamorarse, a seguir creyendo en el amor, a no dejar apagar la llama.  Dedíquenle una canción, cómprenle las flores que tanto le gustan, acaricien, abracen, besen, como al principio.

La vida está en sesión. El tiempo se agota para todos. Y el día para amar, para demostrar, para jugársela por quien queremos, es hoy.

En twitter: @AndreaVillate

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