En este momento que estoy escribiendo este blog, es sábado, tengo la chimenea encendida, una copa de vino Malbec en la mesa, al lado un sandwich con papas fritas. En el sofá me acompaña mi perrito Copito, el computador en mis piernas y estoy escribiendo el blog para mañana domingo que ya casi estoy terminado.…
En este momento que estoy escribiendo este blog, es sábado, tengo la chimenea encendida, una copa de vino Malbec en la mesa, al lado un sandwich con papas fritas. En el sofá me acompaña mi perrito Copito, el computador en mis piernas y estoy escribiendo el blog para mañana domingo que ya casi estoy terminado. Hago una pausa para ver redes sociales antes de continuar y me quedé viendo una historia triste y se me partió el corazón.
Me ocurre con frecuencia, seguro a muchos de usted les ocurrirá los mismo, que cuando me entero de situaciones difíciles que le pasan a personas que conozco o veo noticias como esta, que muestran dolor, tristeza o sufrimiento de alguien, me aflige y termino pensando en las circunstancias que están pasando y le doy vueltas al asunto e intento mirar la manera de ayudar y desafortunadamente, la mayoría de las veces, como en este caso, de esta noticia, no puedo hacer nada.
Terminé de leerla y me quede analizando profundamente nuestra existencia en el mundo y me surgió le pregunta si es que algunas veces estamos “calentando puesto” o robando aire, cuando a pesar de ver sufrimiento en el mundo, de ver personas que hacen el mal con toda, no podemos evitarlo, detenerlo o hacer algo por alguien. Ahí el tema que tenía para este blog me cambió… pues a veces no siento poder ser positiva frente a la vida cuando ocurren cosas como lo que está pasando en el mundo y las circunstancias que nos rodean… pero algo pasó…
Yo creo mucho en el destino, todo pasa por una razón! y busqué en google (si, se que estas preguntas existenciales no están en internet) pero busqué: Están pasando cosas horribles en el mundo, y no sé qué hacer…
me encontré con esta historia que creo que nos sirve a todos:
-“Maestro. Están pasando cosas horribles en el mundo, y no sé qué hacer.
Me pongo triste. No sé cómo ayudar. No quiero hacerme de la vista gorda y tal vez me siento culpable por estar bien cuando otros están muy mal.
-El Maestro contestó:
Cuando te vas a dormir apagas todas las luces. Pero enciendes la de tu cuarto. Ya no estás en la cocina. Ya no estás en la sala ni en el estudio. Estás en tu habitación, donde te corresponde estar en ese momento.
Y ahí enciendes la luz para no estar a oscuras. Así es en el mundo.
Si hay guerra, pero tú no estás ahí, es porque no te corresponde estar ahí. Y en el lugar en donde estás, enciende tu luz.
Si tienes para compartir, comparte. Si tienes algo valioso que aportar a la gente que te rodea, hazlo.
Si eres sabio y sabes dar consejos, dalos.
Si eres una persona bonita con las demás personas que te encuentras, y hay muchas personas feas allá afuera, sé más bonita aún con la gente.
Se parte de la belleza de la vida.
La Luz se enciende porque en la tierra hay desiertos y hay mares.
Si te tocó ser parte del agua, ¿Por qué te aflige el desierto?
Si te tocó ser desierto, ¿Por qué te afligen los de las aguas?
Cada quien está donde le corresponde. Llámale karma, destino, propósito.
Si algo no tiene el universo es injusticia. No existe. Todo es perfecto.
Si no estás ahí, es que no tienes que estar ahí, punto!
En la guerra no todos mueren. Y dónde no hay guerra la gente muere.
Muere el que tiene que morir. Vive el que tiene que vivir.
¿Por qué sentirse culpable? ¿O acaso tú decides quien vive o quién muere?
¿Cuál es tu responsabilidad?
El mundo, cuando está a oscuras, necesita más luces prendidas.
Sólo cumple lo tuyo. Enciende tu luz, a eso viniste. Por eso estás en donde estás.
Prende tu luz. Se parte de la luz, no del problema. -concluyó el maestro.
¡Me encantó! Todo está como tiene que estar, por muy difícil que nos parezca, todo está en órden, por destino, por lo que sea. No quiere decir que nos volvamos duros de corazón y no nos importe el sufrimiento de otros, claro que nos importa, solo que para contrarrestar ese sufrimiento, prendamos nuestra luz! De pronto esa luz le llegue a quienes hoy están sufriendo.
Nadie se puede escapar de lo que le toca vivir. Solo tenemos que prender nuestras luces y ser mejores en nuestra conducta, en nuestro deber ser, en nuestro trato, no hacer sufrir a otros, enmendar los errores, cuidar a quienes queremos, disfrutar donde estamos, disfrutar el momento. Estamos donde y como debemos estar por alguna razón!
Les propongo hoy prender una luz por todos los que están sufriendo en el mundo.
Escribe acerca de la vida, la muerte y la salud tanto física como emocional. Todos los domingos. –
Email: [email protected] – Twitter: @AndreaVillate –
Facebook: andreavillateperiodista
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