
-No llames al médico, quiero dormir tranquila, con tu mano en la mía. – Pasaron muchas horas… Ella dormía profundamente, él solo la miraba con amor y una que otra lágrima rodaba por su mejilla, se la limpiaba rápido para que ella nunca lo viera llorar. Cuando despertó, lo miró y sonrió.
Él le habló sobre el pasado, cómo se conocieron, su primer beso, cómo había sido todo entre ambos… Recordaron aquella tarde de pasión entre besos y vino en donde fundieron sus cuerpos en uno solo. Reían, porque ambos recordaban, de un centenar de ocasiones juntos, los mismos momentos con lujo de detalles, donde la pasión más profunda se apoderó de ambos confirmándoles por un instante, que su cuerpo estaba perfectamente hecho a medida del otro, como si al rozar piel con piel, su cuerpo se abriera de una manera sublime en cuerpo y alma.
En medio de la tristeza no había espacio para el llanto, un momento sublime de dos personas que han compartido momentos de su vida y se estaban despidiendo… Se disculparon el uno al otro por las fallas, pero sorprendentemente era tal el amor que solo recordaban, como si fuera una película, las escenas buenas. Fueron agradecidos por haberse cruzado.
Él le preguntó, cuál había sido su aprendizaje en la vida… Ella luego de una pausa le dijo: -Aprendí que la vida de todos es tan diferente… pero a todos nos une algo y es el amor que podemos llegar a sentir por otros y lo que hacemos por ellos. Al final todo se trata de amor.
Él la miraba con un profundo amor, y entonces ella repitió suavemente – Te amo para siempre- y él le devolvió sus palabras, y le dio un beso suave en la frente, le acarició la mejilla y besó sus labios. Ella cerró los ojos y se durmió en paz con la mano en la suya.
El amor es la fuerza más poderosa que tenemos, es lo más importante. Dicen que llegamos a este mundo sin nada más que amor y nos vamos sin nada más que amor.
Profesión, carrera, cargos, cuenta bancaria, posesiones… todo eso se queda aquí. Lo que tenemos, lo que conseguimos, nuestros bienes son sólo herramientas, unas muy buenas y necesarias herramientas para nuestro paso por la tierra, pero nada más. Todo se queda aquí.
Tal vez responder la pregunta de qué hemos aprendido en la vida, estando bien, es muy diferente a responder cuando se ve llegando el final…. la perspectiva cambia radicalmente. Lo más complejo y que nos demuestra que no hemos entendido nada de la finitud de la vida, es en todo lo que nos enrollamos día a día, en cosas que no valen la pena, como si la vida fuera una carrera de obstáculos que hay que sobrepasar.
El poeta y escritor Jorge Luis Borges en uno de sus textos decía que la vida no era para tanto, tal vez uno creía que la vida esperaba mucho de uno, cuando tal vez lo único que la vida espera es que uno ame, disfrute los aromas, los momentos, lo que ve, las hojas que pisa, los besos que da, los abrazos que recibe y las presencias que tiene. Nada más.
Todos tenemos una persona que como en esta historia nos gustaría, llegado el caso, despedirnos de este mundo, con su mano en la nuestra… Deberíamos hacer como esta historia, solo buscar las escenas bonitas y las demás eliminarlas de nuestro computador personal. Todos sabemos quien nos ama y quien no. Y si no lo sabemos o no estamos seguros de que alguien lo sepa, hagámoslo saber. La vida da tantas vueltas…
Mucha gente me dice que yo por qué hablo tanto de esto y yo respondo siempre lo mismo: Porque la vida se está yendo como arena entre los dedos y lo único que tenemos y dejamos es la manera en que nos relacionamos con otros. Y aunque creamos que tenemos eso claro, el día a día con las peleas tontas, las discusiones, las tormentas en que nos metemos en nuestra cabeza, nos demuestra que no somos conscientes de eso.
La gente no se va a acordar que compramos un carro último modelo, que tenemos un alto cargo o que vivimos en el barrio más selecto de la ciudad, no. La gente solo se acordará de nosotros por esas goticas de amor que dejamos en el trato con los demás. Todo se trata de amor: Entre padres e hijos, entre novios, entre parejas, entre esposos, entre amigos, entre hermanos, entre compañeros de trabajo, entre conocidos, todos los actos terminan siendo goticas de amor, hasta una sonrisa y un buenos días en la mañana, un mensaje, un saludo, una charla, una escucha, una mirada…. Todo se trata de amor.
“Ama, como si no hubiera nada más importante en tu vida”.
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