Urgente Elección Radical: Un Día de la Madre en Colombia para Desafiar el Mandato
Un Grito de Rebeldía Maternal: ¡Basta de Violencia Vicaria! ¡Escúchenme, mujeres, madres, hijas, hermanas! Desde las entrañas de mi experiencia y el palpitar constante de mi trabajo con cada una de ustedes, levanto hoy mi voz con la fuerza de un volcán dormido que despierta. Como mujeres herederas de todas las formas y representaciones del…
Esta es una carta abierta a todas las maternidades.
Principalmente se la dedico a las madres de mi casa y a las madres de mi familia política, la cual es el trabajo de todas las mujeres acogidas en Feminismo Artesanal.
Ustedes que han hecho posible el tejido de Feminismo Artesanal por más de una década son mis hermanas, mi familia política. Y para ustedes también es esta eterna carta ensayo del Día de las Madres.
Reflexionemos juntas, hagamos ese regalo del Día de las Madres. Leámonos mutuamente, estaré atenta a sus mensajes sobre esta publicación.
Agradecimiento a la Maternidad Elegida y al Aliado en la Crianza (Papá Responsable) Agradezco al universo y a la vida el privilegio de haber sido una madre que decidió y eligió.
No fue sencillo salir de esa situación emocional, psicológica y, si se quiere, espiritual decadente en la que entré cuando decidí el oficio de ser mamá; fue terrible. Antes de conocer a mi esposo, decía que si algún día sería madre, lo haría sola; no sé en qué carajos estaba pensando al decidir o contemplar la idea de ser una madre soltera.
Agradezco a la vida que no hice semejante cosa, porque no tenía las herramientas psicosociales, emocionales, psicológicas, intelectuales, morales y formativas para ser una madre soltera.
Agradezco a la vida el privilegio de haber encontrado el socio conyugal idóneo para la reproducción, y agradezco su papel fundamental en el desarrollo de esta maternidad, porque reconozco abiertamente que no lo hubiera logrado sola. “La corresponsabilidad en la crianza es un camino hacia la equidad.” (Montserrat Moreno, “La aventura de ser madre”).
Homenaje a las Madres Solas y su Lucha Por eso también este es un homenaje a todas las madres que lo lograron solas, realmente solas, no con tejido familiar extensivo, a aquellas que han estado completamente solas, dependiendo de la caridad, dependiendo del trabajo social, dependiendo de la suerte para poner el pan y la dignidad a ese hijo que, por las razones que sea, se convirtió en su misión más importante en la existencia.
“La maternidad en soledad impone desafíos económicos y emocionales significativos.” (María Ángeles Durán, “El trabajo no remunerado en el hogar”).
Un Embarazo Extendido y las Sombras de la Depresión Mi embarazo no duró ocho meses de mi existencia, porque mi hija nació a los ocho meses de gestación; este embarazo fue un proceso de dos años, debatiéndome entre mis principios políticos, mis traumas, mis miedos, mi Sin lugar y el profundo deseo de querer ser la madre que nunca tuve y que hubiera querido tener.
Fue muy difícil. Viví la depresión preparto, la depresión posparto, y eso me acompañó durante los primeros ocho años de mi hija; no fue instantáneo deshacerme de esa condición psicológica. “La salud mental perinatal es un aspecto fundamental del bienestar materno.” (Ibone Olza, “Psicología perinatal”).
La Adopción como Maternidad Valiosa y Elegida Reafirmo con convicción que la maternidad, en todas sus formas – biológica o adoptiva – es un aporte de valor incalculable a nuestra sociedad. Celebrar este día también implica reconocer y honrar a aquellas mujeres que eligen abrazar la maternidad a través de la adopción, ofreciendo amor y cuidado a vidas que no germinaron en sus vientres. Su elección es poderosa y transformadora. La madre que adopta le da una segunda oportunidad de vida digna y fructífera a un niño que habitaba el mundo sin ninguna posibilidad. “La adopción es un acto de amor que trasciende los lazos biológicos.” (Rosa Maestro, “Ser padres por adopción”).
La Esencia Singular del Amor Maternal Adoptivo Afirmamos la singularidad del amor maternal: su florecimiento pleno y verdadero reside en la adopción profundamente deseada, la conexión genuina que une a ese niño y a quien lo elige como madre. No hay manera de que el amor de una tía, una abuela o una mujer de buena voluntad se transforme en el amor de una madre.
Ellas tienen su rol en sus vidas; la maternidad es otra cosa. Muchas veces, las tías solo pueden amar como tías a sus sobrinos.
No puede florecer ese amor maternal, ese amor incondicional que iría hasta el mismísimo infierno para salvar, proteger y defender a un hijo.
Como Adrienne Rich nos recuerda en “Nacido de mujer”: “La maternidad es una experiencia potencialmente revolucionaria.” (Nacido de mujer, Capítulo 1). Y nacer de mujer no es solamente un asunto biológico; la adopción es otra forma de nacimiento, de renacimiento.
Por eso, la maternidad a través de la elección consciente de la adopción también es profundamente feminista y revolucionaria en un mundo donde a veces pareciera haber una falta de esperanza en nuestra propia especie. Esta revolución se manifiesta plenamente en la elección consciente de la adopción.
El Misterio del Vínculo Maternal Más Allá de la Biología Esto explica por qué muchas tías de niños y niñas desaventajados, con procesos psicológicos complejos y traumas, jamás pudieron dar más que un apoyo material y, si acaso, sociocultural; de ahí no pudieron pasar.
Esos niños eran simplemente sobrinos a los cuales acogieron y les brindaron algún tipo de caridad o solidaridad.
De repente, el mágico chip de la maternidad se despertó con otro ser maravilloso, sin su genética, sin su sangre, sin ninguna conexión explicable o justificable, como la gata que adopta perros, el pato que adopta pollos.
Ya vemos cómo en la naturaleza existen casos exóticos de panteras adoptando tigres.
Así funciona la magia de la maternidad: no se impone por la genética. Ni siquiera el parto es una garantía de que la maternidad va a fluir de una manera mágica, positiva y poderosa. Judith Butler, en “El género en disputa”, nos invita a reflexionar sobre la construcción social de la familia y los lazos afectivos, más allá de la biología: “Las categorías de sexo, género y deseo tienden a estar desestabilizadas en el contexto de las relaciones familiares no normativas.” (El género en disputa, Capítulo 3). La adopción desafía las normas tradicionales y revela la potencia del vínculo elegido. “Las familias se construyen a través de lazos afectivos, no solo biológicos.” (María Luisa Solana, “Nuevas formas de familia”).
La Maternidad Elegida como Acto Transformador Ahí está el montón de personas que reniegan por qué algunas mujeres amaron más a los extraños que a los de su sangre, porque la maternidad va mucho más allá de un acto biológico, de la genética y la ciencia; es una conexión espiritual.
Por usar alguna palabra, no sé qué otra palabra usar.
Por eso es tan fundamental que la maternidad sea elegida. Aquellas mujeres que se reproducen erráticamente una y otra vez en condiciones infrahumanas, sin contar con apoyos psicosociales, con salud mental y economía estable, son mujeres que han sido desamparadas por el sistema patriarcal que impuso la maternidad como un deber ser y el aborto como un crimen y pecado.
Las madres adoptivas, por las razones que sean, desarrollaron de una u otra manera esa conexión que alguien denominó instinto materno, y no fluye siempre de la misma manera ni con la sangre ni con el proceso de embarazo y parto; a veces aparece, mágicamente, desde la nada, desde un vínculo inexplicable.
Lo cierto es que las madres, por las razones que sean, cuando son madres que lo eligieron, hacen de este mundo un lugar mejor. Silvia Federici, en “Calibán y la bruja”, analiza cómo la imposición de la maternidad bajo el capitalismo ha sido una forma de control sobre los cuerpos femeninos: “La caza de brujas fue una guerra contra las mujeres… una tentativa concertada para degradarlas, demonizarlas y destruir su poder social.” (Calibán y la bruja, Capítulo 3).
La elección de la maternidad, en contraposición a la imposición, es un acto de resistencia contra este control. “La decisión libre sobre la reproducción es un pilar de la autonomía femenina.” (Elena Beltrán, “Feminismo para principiantes”).
Las Consecuencias de la Maternidad No Deseada Aquellas que, aparte de no elegirlo, han tenido que sufrir la maternidad y no saber cómo gestionarla, se convirtieron en las malas madres que todos hemos condenado, generando cadenas de trauma y dolor, aumentando los problemas psicosociales.
Por eso, hoy más que nunca, defiendo el aborto como un derecho, y no lo discuto con nadie. Simone de Beauvoir, en “El segundo sexo”, argumenta sobre la importancia de la autonomía reproductiva de las mujeres: “La mujer no debe estar obligada a soportar su destino biológico.” (El segundo sexo, Capítulo 1).
La defensa del aborto es fundamental para garantizar que la maternidad sea una elección y no un destino impuesto.
“La imposición de la maternidad tiene efectos devastadores en la vida de las mujeres.” (Soledad Murillo, “La igualdad ausente”).
El Legado de la Abuela y la Comunicación Pendiente No tuve la formación intelectual, académica e incluso las herramientas morales y, si se quiere, espirituales para en vida poder sostener este diálogo claro y contundente con las dos mujeres que fueron madres para mí.
La primera, mi abuela, de hecho, a mi abuela es a quien siempre reconocí como una madre, y nunca sostuve una relación homogénea.
A esa mujer la homenajeo todos los días de mi vida, agradezco porque pude despedirme de ella en paz, con amor, con armonía.
Pudimos sostener una conversación profunda, de corazón a corazón.
Pude ver sus ojos con la impotencia de no haber sido una nieta valiente que, pese a la dificultad para la comunicación, juiciosamente la visitara, le diera mis ojos y le dijera quién soy contra todo pronóstico.
Sin embargo, hablábamos ocasionalmente por teléfono, y los últimos años fue divertido y amoroso.
Kimberlé Crenshaw, aunque su trabajo se centra en la interseccionalidad, una de sus reflexiones sobre la importancia de escuchar las voces marginalizadas resuena aquí: “La marginación no es meramente una cuestión de desventaja relativa, sino de silenciamiento activo.” (Mapping the Margins: Intersectionality, Identity Politics, and Violence Against Women of Color, p. 1253).
Mi decisión férrea de comunicarme y valorar la voz de mi abuela en mi existencia, a pesar de las dificultades comunicacionales y de opinión, las dificultades relacionales, va en contra de ese mismo silenciamiento que nos impuso la falta de herramientas para tener un vínculo más cercano, más íntimo.“Las relaciones entre mujeres de distintas generaciones son un tesoro de experiencias y aprendizajes.” (Nuria Varela, “Feminismo para principiantes”).
La Entrevista Sanadora y la Despedida Amorosa de la Abuela Recuerdo que muchos días, quizás meses antes de la pandemia y de su partida, la entrevisté como se entrevista a una de las celebridades más importantes del momento. Permití que me contara muchas cosas, y me contó su propia historia de maternidad y de orfandad. Conocí muchas cosas sobre su biografía que supera 80 años, y por supuesto, fue sanador para mí, y sé que para ella, porque la última vez que la vi, la vi con tanto amor y sentí un amor impresionante.
Ya no importaron los años de resistencia y pelea, de contradicción; ya no había un adolescente, una joven, una niña.
Solo estábamos de mujer a mujer, amándonos.
He sido muy feliz por el privilegio que me dio la vida de acompañarla en esa despedida.
Gloria Anzaldúa, en “Borderlands/La Frontera”, reflexiona sobre la sanación a través de la conexión con las ancestras y la recuperación de historias: “La india en mi alma… ha sobrevivido 500 años de genocidio.” (Borderlands/La Frontera, p. 59). Nuestro acto de escuchar y conectar con la historia de nuestras ancestras, en el caso de mío con mi abuela, obedeció a un acto de sanación y reconocimiento.“Reconocer la sabiduría de nuestras mayores es un acto de justicia histórica.” (Silvia Chejter, “Maternidades y crianza”).
El Funeral de la Madre y la Complejidad del Despedirse Nunca voy a sepelios, no importa de quién se trate en mi vida; he asistido a tres. Una cuando era una muchachita de 11 años, y bueno, por ahí estuve, no entendí muy bien el ritual.
El otro cuando falleció un amigo con el que estábamos teniendo cercanía para volvernos mucho más profundos en reflexiones y existencias; en ese tiempo, desde una comunidad católica, tuve que ir, y no fue agradable, no sabía qué hacer, el ritual me sobrepasó, ahí estuve.
Desde entonces dije que no asistiría nunca más porque no entendía lo que implicaba un funeral, me costaba. Cuando falleció mi madre, no participé en absolutamente nada. Mi madre es lo que denominaron la mala madre.
Ese funeral me costó muchísimo, estaba lleno de muchos sofismas, incluso debo decir que un poco de hipocresía de parte de quienes nunca la comprendieron en vida.
Y había una dualidad tremenda entre la mujer que pudimos conocer y la mujer que conoció el mundo no estaba lista.
Yo me enteré solo por internet sobre ese acontecimiento.
Hoy sé que mi madre merecía todo el amor que le expresaron en su funeral; sin embargo, en aquel momento me consideraba indigna de estar ahí. No pude despedirme de ella como sé ella hubiera esperado.
No estaba en la capacidad psicológica y emocional para hacer un proceso de metacognición que me permitiera hacer la despedida.
Me consideraba indigna y también contrariada porque en términos absolutamente pragmáticos ella no fue buena madre y siempre nos dio que hacer hasta el último día.
No tuve la nobleza que otros hijos han tenido con las malas madres. Yo escasamente procuré un ser humano decente, aportando desde la solidaridad intrínseca que me ha acompañado.
Carmen Martín Gaite, en “Lo raro es vivir”, reflexiona sobre el duelo: “A veces, el duelo por lo que pudo ser es más intenso que el duelo por lo que fue.”
Reinterpretando la Maternidad Solo años después de tantas reflexiones, de estudiar, de emanciparme en diferentes aspectos, puedo comprender a la madre que tuve y verla con una compasión política y un amor que, como digo, debo describir como espiritual, ya que no encuentro otra palabra para enunciarlo. Desearía que ella, si de verdad existe algún otro lugar donde están viviendo los muertos, leyera esta carta y yo pudiera sentir de alguna manera su respuesta. Bueno, es solo un deseo y desear es gratis.
Compartir esto es profundamente político y educacional.
Que el día de la madre sea también un momento para pensarnos las maternidades desde el rol de hijos y desde el rol social colectivo. Lo que enfrentan las madres no es solamente un capricho elegido; cada una está atravesada por su realidad de clase, su realidad psicológica, cultural, educativa, de género, de etnia y su realidad de neuro tipo y salud mental.
Esa complejidad nos debería llevar a pensarnos las maternidades más lentamente, con mayor responsabilidad. Debemos educomunicar con una pedagogía popular amplia sobre el oficio de ser mamá y cómo la maternidad no debe ser romantizada y, al mismo tiempo, tampoco debe ser satanizada.
Bell Hooks, en “Teoría feminista: del margen al centro”, nos recuerda la importancia de considerar las múltiples intersecciones de la opresión: “El feminismo es para todo el mundo.” (Teoría feminista, Introducción). Comprender las maternidades implica analizar estas intersecciones de clase, raza, género y otras categorías.
“La maternidad es una experiencia moldeada por múltiples factores sociales y culturales.” (Susana Gamba, “Diccionario de estudios de género y feminismos”).
Reflexión 2: La Maternidad como Asunto Político, la Urgencia del Apoyo y el Reconocimiento Radical de la Maternidad Elegida y la Erradicación de la Violencia La maternidad para mí ha significado más un asunto político que otra cosa, una intrincada complejidad
Solo cuando me hice madre comprendí lo enrevesada que es la maternidad, y desde que me embaracé hasta el día de hoy, sigo estudiando la maternidad como fenómeno social, como experiencia íntima y, sobre todo, como herramienta política. Los contextos de las fraternidades importan, importan mucho. Mi madre no lo hizo bien, y quien diga lo contrario miente.
Sin embargo, hoy a los 46 años, tengo claro que nunca tuvo las herramientas para hacerlo bien.
No se trataba de su desamor ni de incompetencia, se trataba de procesos, herramientas y posibilidades verdaderamente idóneas para esa maternidad. Hoy le hago homenaje a las madres de mi familia, a todas las que decidieron, contra todo pronóstico, asumir la maternidad, a aquellas que eligieron en medio de la imposibilidad de decidir.
Tengo en mi cabeza en este momento a las madres de mi familia genética y, sin embargo, también pienso en todas las madres de la familia extendida que he tejido desde feminismo Artesanal; a ellas esta publicación, a todas y cada una, este homenaje reflexivo.
Kate Millet, en “Política sexual”, analiza cómo las estructuras patriarcales moldean las relaciones de poder, incluyendo la dinámica familiar y la maternidad: “Nuestra sociedad es patriarcal.
Todas las instituciones de nuestra cultura sostienen y extienden la supremacía masculina.” (Política sexual, Introducción).
Reconocer la maternidad como un asunto político implica desafiar estas estructuras. “Las políticas públicas deben garantizar el apoyo integral a las maternidades diversas, asegurando recursos económicos, acceso a la salud física y mental, redes de cuidado y la erradicación de todas las formas de violencia contra las mujeres y sus hijos.“ (Eleonor Faur, “El cuidado infantil y las desigualdades de género”).
¡Un Grito de Rebeldía Maternal: ¡Basta de Violencia Vicaria!
¡Escúchenme, mujeres, madres, hijas, hermanas! Desde las entrañas de mi experiencia y el palpitar constante de mi trabajo con cada una de ustedes, levanto hoy mi voz con la fuerza de un volcán dormido que despierta.
Como mujeres herederas de todas las formas y representaciones del feminismo, no podemos callar. No somos las mujeres de antaño que tenían que guardar silencio por falta de herramientas. No tenemos que soportar en silencio la crueldad de un sistema que nos arrebata lo más sagrado: una vida digna junto a nuestros hijos.
Hoy, en este Día de la Madre en Colombia, y ojalá mi voz llegue a más partes, levanto mi voz como es costumbre para estar en contra de una celebración teñida de rosa absolutamente superficial.
Esto tiene que ser un grito contundente, persistente y resistente contra la infamia de la violencia vicaria que no va a apagarse en ningún momento.
¡Ya no más! ¡Ni una madre más con el alma desgarrada! ¡Ni un hijo más utilizado como arma de tortura! La violencia machista ha mutado en esta forma abyecta, utilizando el amor más incondicional para infligir el dolor más profundo. Y nosotras, las madres, nos negamos a seguir siendo víctimas silentes de esta barbarie. Comparto “mi vida”, porque autobiografiarse siempre será un acto político, porque “mi vida” es un estandarte político. Por si a alguien esta historia le sirve para pensarse su maternidad, para buscar sus propias herramientas de autosanación y de emancipación, y para salir a luchar todos los días en contra del sistema patriarcal que sigue imponiendo la violencia machista desde diferentes lugares, la más potente para las madres: la vicaria.
En este Día de las Madres, mi corazón se expande para honrar a Elena, mi tía madre. Ella fue esa cuidadora excepcional que se comportó como una verdadera madre, brindándonos a sus sobrinos, incluyéndome, su amor y dedicación con las herramientas que tuvo a su alcance. Con ella siempre pude ser yo misma, sin máscaras, incluso en medio de la dificultad.
Reconozco en ella esa entrega amorosa desde su propio sin lugar, una tía que trascendió su rol para maternarnos.
Así como no todas las mujeres que pueden reproducirse a través de un parto logran ser madres, Elena fue una tía madre para mí, resaltando que la maternidad va más allá de la biología y requiere la entrega amorosa y las herramientas para maternar.
Su tiempo y dedicación contra todo pronóstico marcaron mi vida para siempre. ¡Gracias, Elena, por ser esa luz en mi vida aun en los silencios y distanciamientos!
Porque como bien señala Rita Segato: “La pedagogía de la crueldad enseña a dañar sin sentir culpa.” (Rita Segato, “Las estructuras elementales de la violencia”, Capítulo 2).
¡Así es! Como mujeres empoderadas, con la fuerza de nuestra historia y la claridad de nuestros ideales feministas, la crueldad de la violencia vicaria ha roto todas las cadenas del miedo.
Ha desnudado la vileza de un sistema patriarcal que, en su desesperación por mantener el poder, no duda en destruir el vínculo más sagrado.
Y en esto resuena la crítica de Celia Amorós: “El patriarcado es un pacto entre varones, un contrato de dominación.” (Celia Amorós, “Hacia una crítica de la razón patriarcal”, Introducción).
¡Exacto! Este pacto de dominación se cimenta en nuestra vulnerabilidad como madres. Creen que pueden quebrarnos utilizando a nuestros hijos, pero se equivocan.
Su crueldad enciende en nosotras una furia justa, una determinación inquebrantable.
Este Día de las Madres resalta la incansable lucha y la poderosa resistencia de las mujeres víctimas de violencia vicaria, cuyas voces silenciadas y el sufrimiento de sus hijos son el motor de nuestra rebelión.
¡Que cada felicitación se transforme en exigencia de justicia! ¡Que cada abrazo sea un compromiso de lucha! ¡Que cada lágrima derramada se convierta en la fuerza para derribar este sistema opresor! Este Día de la Madre es nuestro día para levantarnos como un ejército de amor y furia contra la violencia vicaria. No aceptaremos más silencio, no toleraremos más impunidad. ¡Por nosotras, por nuestros hijos, por todas las madres que han sufrido y sufren esta atrocidad: BASTA YA!
Que el amor inmenso que sentimos por nuestros hijos sea nuestro escudo y nuestra espada. Que este día no sea una celebración vacía, sino el punto de inflexión donde la voz de las madres se alza unida y poderosa contra la violencia vicaria. ¡Que retumbe nuestro grito en cada rincón de esta sociedad hasta que la justicia y la seguridad sean una realidad para cada madre y cada hijo! ¡Este es nuestro manifiesto! ¡Esta es nuestra lucha! ¡Y ganaremos!
Mar Candela
Periodista Para el desarrollo humano – Comunicadora para la vida y las resistencias. Edu comunicadora , Escribidora, disléxica , neuro divergente, madre. esposa ,cocinera empírica . Ácrata
Quién propuso la iniciativa de Feminismo Artesanal – Expositora de opinión y este es un espacio de reflexiones desordenada con textos largos.
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