Me la he jugado por una conversación con Salud Hernández Mora porque para todo el mundo quedará claro que somos muy diferentes y yo tengo el deber de hacer mi aporte en la construcción de paz desde mi realidad y por eso estoy realizando encuentros desde la diferencia. Muchas personas no están de acuerdo con la visión de Salud sobre mayoría de temas, Yo misma no lo estoy en la mayoría de cosas y no me sorprende: provenimos de mundos diferentes, de contextos disímiles. Ella, nacionalizada colombiana, nacida en España, con ideas de derecha y periodista educada en la academia; yo, en la línea de las nadie, convocante de la Marcha de las Putas, ideóloga de Feminismo Artesanal, hecha en el activismo y comunicadora por vocación, aunque cada vez con más formación.
Más bien me sorprenden algunos aspectos que nos unen: que la hayan descalificado por ser mujer, por su lugar de procedencia y por ser frentera con lo que dice, por no andarle poniendo anestesia a todo.
Yo crecí como una eterna viajera, sin ser del todo de ninguna parte, colombianisima errante en la tierra de todos y de nadie y aunque no sufrí xenofobia , sí rechazo regionalista, puedo alcanzar a entender lo que debe ser que te traten de silenciar siempre cuando hablas de la tierra que amas, solamente porque no naciste allí, al margen de que desarrolles tu vida allí. Me resulta comprensible lo que debe significar padecer ese juicio. Más allá de debates, es ruin acallar los argumentos de alguien solo por eso.
En cuanto a la diplomacia ¿Qué le vamos a hacer? Ser una ternurita no es una obligación, faltaría más. Y cuando se trata de un país con realidades duras como la nuestra, si que es aún más impensable. Para opinar aquí hay que hablar fuerte y claro, no se puede una arrugar porque o la ningunean o la aplastan. Si ella o yo hemos logrado tener una voz, sin duda, es porque no nos amilanamos, y vamos a lo que vamos. A veces con aciertos y a veces con desaciertos.
Y sin pretender decir que nuestras vidas son paralelas, porque es evidente que no lo son, nos junta una de las realidades más retadoras que puede enfrentar una persona, somos mujeres: las personas a las que más se descalifica de forma arbitraria y simplista: basta con adjudicarnos un amante, uno poderoso o uno criminal, o con mofarse de nuestro físico para “pordebajearnos”, sin mayores argumentos. Yo sé que es eso y he visto cómo le ha pasado también a Salud.
Más allá de todo esto, las diferencias saltan a la vista: no estoy de acuerdo con su reciente “respuesta” a Catherine Juviano aterrorizada frente a las amenazas, pues pienso que nadie es quien para minimizar los temores de otra persona. Y no estoy de acuerdo en sus posiciones de opinión a favor de Andrés Felipe Arias, llamado Uribito, o
respecto a Álvaro Uribe. Dicho esto definitivamente me parece ético resaltar la gran reportera que es, algo que nadie puede poner en duda y reprocho abiertamente que por sus opiniones existan personas quitándole el mérito de periodista profesional y entregada qué es.
Pongo todo esto sobre la mesa para presentar este diálogo sincero en donde yo le digo lo que pienso y lo que he escuchado, por tosco que sea, y en donde ella contesta con vehemencia e incluso con una honesta molestia ante las cosas ..
El diálogo es de hace unas semanas atrás y ha corrido agua debajo del puente desde que este se produjo, pero conserva la vigencia de dos mujeres periodistas que se atreven a hablar de frente desde la diferencia, con la convicción de que todo se puede hacer mejor, pero con la idea firme de que pensar distinto no es ningún crímen.
¿En dónde termina la reportería y en dónde comienza el periodismo de opinión? Acompáñenme en esta inagotable discusión con la inconfundible Salud Hernández Mora, a quien hoy le digo paisana: que le debatan con solidez, incluso que la desmientan si consideran que pueden, pero que no la caricaturicen por amar y pensar un país que no la vio nacer pero recibido su voz y su trabajo. Ya quisiéramos muchas personas haber vivido todo el territorio colombiano tan de cerca como ella lo ha hecho.
Les invito a ver la primera parte del dialogo
Agradecimientos al fotógrafo de celebridades ilustrador colombiano el señor Andrés Reina