el ocho de marzo y todos los días
No hay poder sin libertad .Y mi anhelo profundo es que llegue el día en que todas podamos sentirnos realmente putamente poderosas.

¿Qué podría decir sobre los motivos para marchar el 8 de marzo cada año que no haya dicho antes? ¿Qué puedo escribir sobre las violencias hacia las mujeres que ninguna de las activistas feministas haya manifestado durante todos los días de su vida?  ¡Realmente nada! Tengo que combatir el tedio que me produce pensar en algún enfoque especial para crear conciencia. Un estilo comunicacional y periodístico extraordinario que haga parecer mi mensaje tan potente y tan único que mueva el corazón de cientos de personas a la acción concreta.

Después de 23 años de activismo dedicado a la defensa de los derechos humanos con énfasis en mujeres y niños , después de 13 años de Feminismo Artesanal. Después de 11 años de  SER  expositora de opinión y entrevistadora en el marco del periodismo para el desarrollo humano y la transformación social. Luego de meditar en todos mis pasos de lucha y resiste individual y colectiva, en este 8 de marzo del 2023 después de observar cientos de fotos de las manifestaciones tradicionales . ¡Sí!  hablo de manifestaciones tradicionales  porque el 8 de marzo ya se convirtió en una tradición  y cultural no solamente es una resistencia política. Al rato de terminar  de leer yo, de escuchar toda clase de información para crear conciencia sobre la pandemia de feminicidios que está viviendo la humanidad, me siento infinitamente chiquitica.

Siento que lo que tengo que decir es la “repetición de la repetidora”.

Es una frustración indescriptible esta sensación.
Mientras les escribo me encuentro batallando con esta horripilante sensación de impotencia y, con el corazón en las manos hoy quiero hablar del privilegio de salir a las calles a marchar. Contándoles  desde mi propia piel lo que se siente no poder salir a marchar por falta de tiempo y no falta de deseo. Inicio esta reflexión  recordando que durante años escuché a mujeres hablar sobre ese tema y lo que más recuerdo es que  sentía profunda compasión y rabia por ver qué siempre juzgamos a las mujeres que no salen a marchar.

Y aunque yo comprendía lo que ellas decían no lo cargaba en la piel.

Hace  casi cuatro  años estoy sumergida en cinco jornadas laborales incluyendo mi labor de madre y ama de casa porque no pienso desconectarme de ninguna de las formas de ser mujer que me habitan. Y, entre los domésticos y el compromiso de cuidado que adquirí, la maternidad, la sociedad conyugal, actualmente mi rol de estudiante universitaria que es un espacio que gané con esfuerzo.

Un esfuerzo doble  ya que viviendo con dislexia con disgrafía también con problemas de atención toda búsqueda en el mundo que habitamos es un esfuerzo doble .Les comento que pasaron veintidós  años para que yo pudiera tener el privilegio de estudiar. Este privilegio no solamente lo es por un tema de dinero sino por un tema de condición de aprendizaje divergente.

En ese rol de universitaria tardía he crecido demasiado y he aprendido tantas cosas que en ningún otro espacio hubiera logrado comprender

Agregado a todo el tiempo que debo invertir en mi formación académica sigo firme con los logros que adquirí antes de llegar a la universidad. Sigo siendo expositora de opinión , productora de contenido para el desarrollo humano y la transformación social y activista.

También continúo los talleres con las mujeres en varios temas  fundamentales para encontrar nuestro lugar en el mundo.

Ahora más que nunca siento el peso en la espalda y la presión en el pecho de aquello que tanto reclaman muchas mujeres.

Les hablo del privilegio de poder salir a las calles a manifestarnos.

Eso tiene que ver con tener tiempo, con no tener miedo a perder el empleo por salir a marchar. Tiene que ver con la realidad de clase . Y me dirán: “muchas salen a marchar porque están sin trabajo” y eso es absolutamente válido . Aún así hoy quiero poner el dedo en el tema del privilegio del tener tiempo. Y en lo mucho que hace falta tener tiempo “para derrocharlo”.

No me arrepiento de la decisión que tomé de seguir construyendo la mujer que quiero llegar a ser .

Deseo que ese sea un legado para muchas con las que he caminado por años. Las que han sido testigos de todo este proceso para que todo lo que les he compartido sirva siempre en su proceso personal. Porque todo lo que yo logre en mi propio proceso de emancipación integral está al servicio de ellas. Como lo ha estado siempre.
Me duele sentir este vacío en el pecho que me susurra y la vocesita interna que todas llevamos como una especie de corazonada diciendo: ” en las calles no estamos todas las que quisiéramos estar ” – y no por capricho o, por pereza es porque simplemente tenemos que escoger entre marchar o sacar adelante nuestro proyecto de vida.
Es porque parar un solo día la labor implicaría parar el trabajo de una semana y terminaremos doblando el trabajo los días venideros.
La existencia de la mujer y su capacidad de ocupar el lugar en este mundo es cuestión de método y estrategia. Y las mujeres que venimos del ” Sin lugar” tenemos la responsabilidad de entender esto por sobre todas las cosas. Sin libertad no existe el poder , y la libertad empieza por la emancipación de la ignorancia. Solamente el conocimiento nos permite pensarnos una vida diferente a la que nos tocó .

La emancipación de las mujeres es un proceso y depende sustancialmente de la realidad de clase.

Este es el tercer año que no salgo a marchar . En el poco tiempo “libre” que he tenido pensé ¿Qué puedo escribir en este otro 8 de marzo después de 23 años de activismo y ver que los feminicidios no cesan y que el machismo sigue vigente? Con todas las denuncia actuales ¿Qué puedo decir que ninguna haya dicho? Seguiré desde mi esquina todos los días de mi vida trabajando por la emancipación integral mía, de nosotras y de las otras. Y volveré a las calles el día que tenga tiempo para hacerlo nuevamente.
Este 8 de marzo igual que todos los anteriores nos llamó a luchar.
Desde Feminismo Artesanal, y desde todas mis realidades seguiré tejiendo y destejiendo la realidad de las mujeres para que algún día todas podamos sentirnos realmente putamente libres y en consecuencia putamente poderosas.

Avatar de Mar Candela

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