Y en el caso de las mujeres no letradas es feminismo en su vida
El sistema educativo debe estar acondicionado con herramientas de aprendizaje diferenciales, con el fin de minimizar los obstaculos que nos encontramos en el camino de la Academia.
En mi caso, decidí entrar a la universidad para obtener mi título profesional a los 41 años, y si bien, no ha sido sencillo por la cantidad de tiempo que deje de asistir a un aula, ya que finalmente mi proceso de escolarización lo terminé validando vía aula virtual también he visto con asombro la abundancia de requisitos que dificultan el aprendizaje fluido y espontáneo que deberían generar estos procesos.
Razón por la cual, muchas de mis amistades me han dicho que me retire de la academia y me dedique a las labores que he venido desarrollando toda mi vida como tantos intelectuales orgánicos. Nunca dejaré de ser una intelectual orgánica por asumir el reto de ir a la academia. Me honrra saber que la universidad Javeriana me denominó Inteletual orgánica en la tesís que realizó la licenciada en lenguas y antropóloga Colombiana Olga Lucia Molano Árdila ( aunque debo anotar que eso lo hicieron sus tutores académicos, ella insitió en denominarme intelectual artesana) Yo nunca he sido mujer de rendirse. Y no por falta de ganas si no, por falta de fuerzas para hacerlo , estoy feliz de haber asumido este reto y de reconocer en carne propia lo que es el sistema educativo, su estructura y su forma de evaluar, ahora puedo opinar sobre ello y con mayor certeza trabajar para que nadie más pase por procesos académicos traumáticos y dificultosos a razón de sus nececidades pedagogicas . Yo tengo una condición diferencial, y no recibí ningún tipo de pedagogía diferencial lo cual complejiza sustancialmente mi avance.
Yo no espero que mis profesores me regalen una nota, siempre he trabajado por lo que deseo. Estoy trabajando con mis profesores en Uninpahu en encontrar otras herramientas pedagogicas disponibles para personas que están en mi condición o en una similar.
Asumir mi formación académica de manera formal en una universidad, me da poder sobre mi, me enorgullezco profundamente de cada cosa que aprendo, me cuestiono, me inspiro, y me da gusto enfatizar : ¡esto también es feminismo! Porque el saber nos hace libres. No puedes entender lo que ignoras y no puedes defenderte de un sistema injusto desde la ignorancia. Quizá a mis 41 años certificarme de una academia ya no es indispensable, ya que para hacer dinero puedo dedicarme a hacer rifas o fiestas, es verdad que día a día paso de modo voluntario 
por el drama que en mi caso implica aprender algo absolutamente nuevo . Cuando decidí iniciar este proceso, pensé que era un asunto de ego, qué se trataba de lo doloroso que era para mí que me enrostraran una y otra vez que yo no era una mujer sostificada, y que eso tenía que ver con que no era una mujer
certificada por una academia, que no ser profesional me convertía en ciudadanía de segunda categoría y mis saberes eran inferiores . Les confieso que sí hay mucho de eso, ahora he descubierto que eso no es todo.



Gracias a este proceso cuestioné mi propia historia y entendí que realmente me duelen todas las personas
que tienen que vivir de cosas que no les gustan, que no hubieran querido hacer simplemente porque el sistema educativo no les dió las herramientas diferenciales de aprendizaje y tuvieron que asumir trabajos opuestos a lo que siempre desearon, pienso en lo bruta y estúpida que me sentía de niña y en cientos de niños y niñas que muchas veces sienten esto porque no hay un sistema pedagógico diferencial, no excluyente y no segregacionista . Cada día de mi vida es un reto levantarme a aprender, porque aprendo para olvidar casi inmediatamente y lo que se queda dentro de mi ser es únicamente aquello que necesito para la vida. Necesito estar certificada en un mundo de jerarquía intelectual y voy a certificarme cueste lo que me cueste y una vez certificada no voy a dejar de ser quién he sido. Ahora más que siempre voy a levantar mi voz en contra de este sistema educativo salvaje y apático con las necesidades propias persona que no goza de su derecho a la educación , a ser informada e informar por sus necesidades pedagogicas diferenciales .

La revolución no es otra cosa que el pensamiento llevado a la acción – El feminismo es filosofía y lo hemos olvidado. Me dispongo a regresar a las raices del feminismo filosófico y ha encontrar caminos que nos lleven cada vez más a la emancipación intelectual .
Mar Candela Ideóloga del feminismo Artesanal
La mujer en contrucción – Putamente libre