A ti, compañera de causa, a quien mis lógicas, palabras y argumentos torpes e hirientes han alejado de mis procesos. ¡Lo siento!

No menciono tu nombre por respeto, para no exponerte a opiniones que podrían poner sal en las heridas.

Sé que eres una mujer valiosa; gracias por sacudirme la vida desde el conflicto, la incomodidad e incompatibilidad.

Me gustaría saber si mis palabras llegaron a ti.

Te agradezco a ti Raúl Fernando Díaz eres referente en mi vida profesional, intelectual y personal gracias por ser implacable con mis errores u horrores humanistas y convertirte en juez evaluador de mis acciones.

Gracias por tejer y destejer conmigo tantas verdades urgentes.

Cada persona que genuinamente busque mejorarse como individuo encontrará en su camino a un Raúl Díaz.

Ya sabes que cuentas conmigo desde la diferencia; ruego a la vida que podamos seguir navegando este mar de contradicciones en armonía por muchos años más.

Las reflexiones desordenadas de hoy surgen a raíz de un diálogo complicado que sostuve en diciembre, donde erré en mi tono, tino y tacto al expresar pensamientos sin filtro y sobre estimulada mental y sensitivamente .

Lamentaré toda la vida la manera en que dije las cosas y me dolerán los daños emocionales que mis palabras causaron esa noche fue un horror emocional.

No puedo recoger mis palabras, solo reflexionar y mejorar para aportar más al mundo que me rodea desde mi realidad.

Pronto compartiré en alguna de las columnas que estaré publicando en este nuestro espacio de reflexiones desordenadas una precisión sobre la necesidad de la mayéutica en la comunicación. He descubierto cómo las preguntas adecuadas pueden abrir espacios para el diálogo y permitir que las personas lleguen a sus propias conclusiones. Este método, utilizado por Sócrates, no solo enriquece nuestras conversaciones, sino que también fomenta un entendimiento más profundo y colaborativo entre quienes participan en el intercambio de ideas.

En el calor del momento, alguien me tildó de “narcisista”.

Repliqué que sabía que no tenía ese diagnóstico; me sorprendió que alguien con un certificado profesional en psicología afirmara que “generalmente las personas narcisistas no lo reconocen”.

Le respondí que había revisado ese diagnóstico y me increpó afirmando que, por ser feminista Artesanal, no podía debatir con argumentos de índole intelectual o académico.

No hubo oportunidad para explicar el desasosiego que me causó esa afirmación. ¿Para qué trabajamos en salir de la ignorancia y estudiamos? ¿Para qué cultivamos un pensamiento profundo si somos considerados del "sin lugar" y no importa cuánto conocimiento tengamos? ¿Qué les hace creer que una intelectual Artesanal, o como les gusta apodar a quienes son pensadores empíricos "intelectuales orgánicos", no puede exigir solidez en la información? ¿Debo censurar mis conocimientos y argumentos por ser Artesanal? He tejido y destejido mi intelectualidad tantas veces como ha sido necesario en mis 46 años, y continuaré haciéndolo.

Esa noche fui salvaje y torpe al hablar; nada justifica el modo en que me expresé. Aunque al principio no quería disculparme, consideré ético hacerlo después de que un amigo me puso el espejo del feminismo y me hizo entender que el principio de proporcionalidad en nuestras acciones cotidianas debe aplicarse siempre.

No fue una noche agradable; sufrí por días y envié un audio tratando de “esclarecer”, sospecho que no fui escuchada

Mis pensamientos rumiantes me llevaron a reflexionar sobre la intelectualidad y el conocimiento, ideas que llevaba cuatro años profundizando. No fue hasta el dolor sentido aquella noche de diciembre de 2024 que logré decantar todo esto.

memorias de la escribidora que soy

Todo es aprendizaje; todas las cosas posibles pasarán, como he aprendido con el tiempo, tal como lo dicta la Ley de Murphy sobre los multiversos, perfectamente aplicable a las multirealidades humanas.

Inicio mis entradas de este año esperando que ustedes se encuentren lo mejor posible, llenos de energía vital para enfrentar la cotidianidad del año recién iniciado.

La contundencia argumentativa se basa en la claridad y solidez de un argumento respaldado por evidencia y lógica. En un mundo donde la información fluye rápidamente, es crucial entender lo que realmente significa argumentar con claridad y solidez.

Reflexión 1: La Importancia del Conocimiento Hecho Piel , la semiótica y la Educomunicación

La contundencia argumentativa debe incluir las experiencias empíricas.

Desde el empirismo y mis propias vivencias como estudiante y aprendiz de investigadora, he denominado este tipo de conocimiento como “conocimiento hecho piel”.

Valorar el empirismo es esencial, ya que así cómo el conocimiento basado en metodologías cualitativas, cuantitativas o mixtas genera riqueza en los saberes. también lo hace el empirismo desde su lugar .

Este tipo de conocimiento promueve transformaciones auténticas al ser más que datos fríos; es producto de experiencias vividas.

La semiótica, por su parte, es el estudio de los signos y símbolos, así como de su interpretación y significado en diferentes contextos.

Esta disciplina nos ayuda a entender cómo se construyen los significados a través de la comunicación y cómo los signos pueden influir en nuestra percepción del mundo.

La semiótica es esencial para los comunicadores, ya que permite analizar cómo se transmiten mensajes y cómo estos pueden ser interpretados por diferentes audiencias.

Es fundamental para el efectivo desarrollo de la comunicación para la vida

La *Educomunicación es fundamental para los comunicadores ,las audiencias, interlocutores y la comunicación cotidiana . No solo fomenta una mejor comprensión de los mensajes, sino que empodera a las personas para convertirse en ciudadanos críticos y activos en su entorno.

Reflexión 2: Reconociendo el Sesgo y las Falacias

El “sesgo” se define como una inclinación que afecta nuestra percepción y juicio. Aunque son inevitables, es fundamental cuestionarlos y reconocer su influencia. Un tipo específico es el “sesgo de confirmación”, que distorsiona nuestra capacidad para evaluar argumentos objetivamente

Las falacias son errores en el razonamiento que debilitan un argumento.

Una “falacia argumentativa” puede parecer válida a primera vista, sin embargo no lo es al analizarla detenidamente. Por eso, debemos ser críticos y no aceptar todo lo que parece contundente.

Reflexión 3: Influencias Culturales y Emocionales

La comunicación es un acto tanto racional como emocional, lo que enriquece nuestro diálogo.

Nuestras creencias están influenciadas por factores emocionales y culturales.

Esta realidad debe ser parte del debate.

La Educomunicación permite abordar diferencias desde una perspectiva educativa, fomentando un diálogo constructivo.

Reflexión 4: Perspectivas Filosóficas

Filósofas como Simone de Beauvoir nos recuerdan la importancia de cuestionar estructuras sociales. Judith Butler destaca cómo nuestras identidades están construidas socialmente, lo que resalta la necesidad de entender nuestros sesgos al comunicar ideas.

La epistemología feminista de Donna Haraway desafía nociones tradicionales de objetividad, enfatizando que el conocimiento siempre está situado.

Reflexión extra

Los periodistas deben ser guardianes de la verdad basada en hechos concretos. Nuestra misión es evitar caer en debates filosóficos que desvíen nuestra atención de lo esencial: informar con precisión y ética.

La Educomunicación ayuda a construir puentes entre diferentes perspectivas.

Colofón: El Poder Transformador de la Comunicación en la Era de la Inteligencia Artificial

En esta era de inteligencia artificial, donde la información fluye casi instantáneamente y los diálogos a menudo se tornan acalorados, se hace urgente involucrar herramientas como la semiótica y la mayéutica en el ejercicio comunicacional.

La semiótica nos permite desentrañar los significados detrás de los signos y símbolos que utilizamos, ayudándonos a comprender cómo nuestras palabras pueden ser interpretadas de diversas maneras. Por otro lado, la mayéutica nos invita a cuestionar y profundizar en nuestras propias ideas y las de los demás, fomentando un diálogo constructivo.

Al integrar estos enfoques en nuestra comunicación, podemos lograr un tono que combine tino y tacto competente.

Esto es fundamental para sostenernos en una paz cotidiana, incluso en medio de la dificultad.

La habilidad para reconocer las luces y sombras de nuestras interacciones nos permite navegar por las complejidades del diálogo humano con empatía y respeto

Así, podemos construir puentes entre diferentes perspectivas y promover una comprensión más profunda sobre cualquier tema coyuntural. La comunicación no solo tiene el poder de transformar sociedades; también puede ser un vehículo para cultivar armonía en nuestras relaciones diarias.

Al comprometernos con un diálogo consciente y reflexivo, avanzamos hacia una convivencia más pacífica y enriquecedora.

Me despido por ahora con la gratitud de siempre hacia ustedes mis lectores por cada minuto de su tiempo invertido en esta lectura.

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