Putamente libre - Feminismo Artesanal

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Ensayo público de mujer a mujer : Claudia Palacios – Vivir Sabroso

 

Preámbulo a las reflexiones 

Hola respetada Colega  y compañera de causa :

Este ensayo lo escribí al siguiente día de que fuiste sometida  al tradicional  circo Romano  Colombiano en el mundo virtual y mediático .

Tardé horas tratando de organizar y escribir todas mis  reflexiones como si fuera mi ultimo día para escribir algo y mañana fuera a  morirme.

Escribía mientras hacia domésticos, pensaba en mis deberes como madre, estudiante y trabajadora del hogar .Mientras pensaba y repensaba como exponer mis reflexiones sobre este tema  atendía  a las diferentes situaciones de urgencia que viven  mujeres que buscan un alivio en esto que denominé Feminismo Artesanal.

Me dispuse  a transitar en todo mi ser como mujer, como ciudadana , como activista  y como periodista que día tras día se teje y se desteje en esta realidad absurda en la  que todas las mujeres nos  tenemos que asumir aunque no todas tengamos las mismas herramientas  para hacerlo .

y no  había publicado porque quería que pasara la tormenta  y esperaba también ser publicada más allá de la calentura del  momento .

Lo hago en este modesto blog porque  no tengo que regular la cantidad de palabras  y  quiero hablarte con libertad ,sin miedo, sin autocensura  y con la esperanza de que seré leída atentamente de corazón a corazón –  de razón a razón.

Decidí estar lejos de la jauría virtual dedicada a ganar popularidad y mover sus intereses mediáticos  desde el free press a causa  de cualquier » metida de pata» de alguna persona famosa, lejos de todo este oportunismo mediático  del que nadie se puede salvar  porque  así estamos en este tiempo posmodernista –  valemos por la cantidad de lectores y seguidores , Habitamos un  tiempo donde  no existimos si no producimos movida en las redes .

Esta es la sociedad liquida   en la que  nos hemos  sumergido  en medio de la sociedad del cansancio . La sociedad que no nos permite ser reflexivos desde la profundidad filosófica si  no qué,  nos lleva a la superficialidad critica de las formas sin tocar los fondos en  parte  es por  la falta de tiempo para asumirnos como productores  de pensamiento consiente  debido al cansancio físico y mental  y a la sobre explotación laboral  y en parte, también  por simple  pereza intelectual  .

Hiciste muy bien en disculparte por tu manera de formular la pregunta en el marco de «vivir sabroso»  te haz disculpado honestamente y lo haz hecho  como pudiste en tus términos y, aportaste tus  reflexiones personales. Las cuales   son  muy respetables .

Reflexión primera 

A mi parecer  esas reflexiones  que hiciste de la mano de tus disculpas deberían ser profundizadas para  el desarrollo humano y la transformación  social  .

Pienso que es necesario recibir de buen modo esas disculpas y reflexiones  así existan replicas a las mismas . Para mi es transparente que cuando tú  Claudia Palacios o cualquier otra persona ,  me incluyo.  Afirmamos  cosas con un tufillo de clasismo, es por  conocimientos estrechos, sobre la realidad de las mayorías ciudadanas.

Les llamamos minorías cuando  lo cierto es que hace rato en Colombia la gente que no tiene garantía de su futuro, ni de su presente social-político, son o somos mayoría.

Les llamamos minoría   como si este no fuera el país donde el 63% vive de la informalidad ( del rebusque)  y aun así   paradójicamente vemos a  personas con  más de cuarenta  años, que  nunca han podido pagarse pensión, no tienen casa propia y a veces sufren pensando en cuándo será el día que puedan hacerse un viajecito de descanso, sin sentir remordimiento por descansar, y esas personas  creen que   todo esta bien , que son de » buena familia» –  que son » gente de bien» por no ser pobres y porque dan por sentado que ser gente pobre es ser gente «del mal».

No tienen  conciencia de que  si viven solo con los gastos justos y andan siempre endeudados, es muy probable  que en una década sean otras personas empobrecidas que nunca pudieron tener una vida, por estar trabajando para pagar y pagar.

Cero lambonería 

De las clases “mediamedieras” para arriba creen que » vivir sabroso» se trata de lujos.

Me gusta que Francia responde con profundidad cuando trivializan la sabrosura.

Yo no voté por Petro y no quiero que mi respaldo a Francia parezca lambonería con él.  Al no votar por Petro, no pude apoyar a Francia y eso me causó profunda tristeza.  Pese a eso , no iba a respaldar a Petro, por segunda vez, en nombre del proyecto político de las mujeres. Después de ver el trato que Petro le ha dado a mujeres como Ángela María Robledo,  dirán que ella sí lo respaldó esta vez pese a ser la agraviada.

Y yo  diré: Ángela María Robledo perdió su curul en el Congreso debido a la doble militancia. Precisamente por apoyar a Petro y él nunca le dio un trato político digno. A tal punto que tuvo que salir en medios de comunicación a reclamarle su desdén e indiferencia política .

Si eso hace con mujeres que cuentan con poder político me pregunto: ¿Qué hará con nosotras, las demás que no somos poderosas?  No tengo eso que se necesita para dejar de lado semejante humillación política, porque esa humillación que vivió Ángela María representa una humillación a las mujeres que han creído en él.

Ella tendrá sus razones para seguirlo apoyando y es su derecho.

Prefiero mantenerme en toda mi duda sobre el cumplimiento de Petro a las mujeres.

Aún así, nada me impide respaldar todo lo que la vicepresidenta de Colombia representa para la Colombia que siempre ha sido ignorada.

He oído a mujeres ( personas)  de estrato dos decir que «vivir sabroso»  es tener full finca, full casa , full carro y trabajar seis horas para no llegar tarde a casa a ver la familia. Además de poder descansar los domingos y feriados obviamente todas las personas queremos algo así, pero cuando no profundizas en lo que significa “vivir sabroso” desde lo filosófico, desde lo moral y desde los derechos y la dignidad humana, cuando solo dices eso de «vivir sabroso es tener esto y lo otro» le das papaya a la élite, que explota laboralmente a los más pobres en este país y también a los «levantados», que dejando el derecho al gozo, el derecho al descanso y el derecho a la salud por asumir una jornada salvaje de estudio y trabajo lograron llegar al estrato tres o  cuatro, estratos que son proclive a la pobreza aunque  no lo quieran aceptar.

 

Estas personas inconscientes de su realidad  , después de tanto sufrimiento y esfuerzo, consideran que ahora pertenecen a la clase privilegiada

Es  gente que ha olvidado de dónde viene
por eso dice vainas crueles.

Anécdota de campaña-  la vida sabrosa

Por los pasados   días de campaña una amiga me hizo las siguientes preguntas:

¿De dónde se van a pagar su vida sabrosa? ¿Por qué se van a pagar su sabrosura con mis impuestos? continuó sus reproches. “¡A mí nadie me regaló ni las dos casas, ni la finca, ni los cuatro carros que tengo trabajando, porque mis carritos están generando empleo y produciendo.

No es que estén de balde. ¡Yo pa´tener las dos casitas que tengo tuve cuatro trabajos desde los  diecinueve  años y nunca vi a mis hijos, jamás salí de fiestas, «¡me gané cada ladrillo!”. Y continuó su palabrería en contra de pagar impuestos, para darle un punto de apoyo en derecho a las personas en pobreza extrema, diciendo: “¿Quien no quiere tener todo? Pero, ¿porqué los que nos hemos jodido tanto tenemos que patrocinar casas para fiesteros pobres ?”

Esas cosas, y otras, que he escuchado de diferentes personas me producen escalofríos. Da tristeza ver a gente levantada a pulso y con mucho sufrimiento, llenándose de motivos para odiar a los más pobres. Y todo porque muchísimas personas trivializaron eso de ¡Vivir sabroso!.
La gran mayoría del país, tanto «los de arriba” como «los del medio» y muchos de » los de abajo» ignoran todo lo que quiere decir esa frase «vivir sabroso». Porque quienes la acuñaron como resistencia a toda la injusta vida que le impuso el estado corrupto, han sido tan excluidos, vilipendiados e ignorados que no han tenido la oportunidad de explicarle a toda la ciudadanía qué es realmente aquello de «vivir sabroso».

Y quienes ignoran el poderoso significado de esta frase juran que pedir sabrosura es pretender patrocinio para todo en esta vida.

Que se trata de no trabajar y vivir de «atenido», debido a que los más ricos decidieron estigmatizar a todo pobre que se niegue a ser explotado laboralmente de «vago». E influyen a la clase media, o como popularmente conocemos la «clase levantada», de este país para que repitan como cotorras que los pobres son «pobres porque quieren» y les encanta decir que todos los pobres son unos mantenidos, cuando los políticos que han participado en corrupción, o los que llevan más de veinte  años en el Congreso haciendo poco y nada, no fueran los verdaderos mantenidos de este país.

Defendiendo el derecho a la sabrosura

Para argumentar la defensa del vivir sabroso te  voy a contar parte de mi historia. :

En teoría, hoy soy una mujer de estrato cuatro.

No del estrato cuatro con casa, carro propio y un trabajo de lunes a viernes, de ocho horas que garantiza mis gastos de salud y pensión.

No. Soy del estrato cuatro que va raspando y que si pasa algo extraordinario tendrá que devolverse  de donde vino.

Tendrá que volver a allá donde la gente solo puede vivir para sufrir y nunca vivir para surgir.
Soy una mujer de clase media estándar porque se casó con alguien, de clase media que podía pagar la renta en estrato tres o cuatro – Y no con el propósito de ser mantenía “como reina» sin que yo haga algo por mi vida como algunas mujeres con varias empleadas a su servicios con salarios precarios  y  en casa,   que viven dedicadas a gastar el dinero de su herencia familiar y la producción de su sociedad conyugal sin ejercer un trabajo u oficio, sin estudiar o hacer algo más que lucirse cómo mujeres «poderosas»

Y No hablo de las amas de casa que en la sociedad conyugal aportan toda su fuerza de trabajo como parte del patrimonio.

Nunca he soñado con tener la «vida de reina»  que llaman, así que tampoco es que mi objetivo fuera ser una mantenida como las pinches novelas  enseñan a las mujeres.

Porque sabemos como las novelas  nos  adoctrinan con eso de que debemos soñar con hombres que nos rescaten de su miseria .

Sin embargo, tampoco quería compartir la miseria de mi vida con alguien. Mi sociedad conyugal, pensada fríamente no solamente desde las pasiones, me dio el privilegio de ser ama de casa. De habitar una cómoda casa en renta, donde también tengo el enorme privilegio de ver crecer a mi hija. Además me dio la posibilidad de poder tener tiempo para vivir y para dedicarme,  a desarrollar un proyecto vida, y por fin tener aspiraciones personales y desde allí lograr ayudar a otras mujeres  a romper sus techos de cristal.
Si yo trabajara por un salario mínimo que  demanda  ocho horas de mi vida, descansando cada quince días y tuviera que sostener una familia  yo sola.

Nunca jamás podría tener posibilidad de salir de la pobreza extrema.

Después de contar esta parte de mi historia no puedo evitar pensar en el hecho de que vimos  como un montón de «levantados» con salarios entre dos y tres millones de pesos Colombianos  dizque se querían  ir del país. Por  miedos  que son entendibles  aun cuando son infundados  , yo también tengo algunas preocupaciones, pero sé que si Petro logra con su equipo gobernar ejecutando con sabiduría, todo será mucho mejor que lo que ha sido históricamente.

Muchas personas cambiaron de parecer porque saben que Con esa plata que se ganan las personas de clase media colombiana  que tenían intención de salir corriendo  de pánico, e irse a vivir a otro país, pasan de ser clase mediera  a ser una persona pobre  en Europa o Estados Unidos.

No soportan ser pobres en su país junto con su familia y sus costumbres y si van a poder ser migrantes pobres. Me dio hasta risa

Y todo por un maldito egoísmo, por preferir que los impuestos sean robados antes que invertidos.

  Valorada Claudia  te continuo narrando parte de mi historia

He necesitado patrocinio para mi vida personal, y no me avergüenza
contarlo, he buscado esos puntos de apoyo porque desde muy niña he sido  de sueños gigantes, yo quería mucho más que ser una pobre mujer en este país. Por «suerte» me han patrocinado personas, y no partidos políticos para no deber favores políticos.

Tuve que trabajar muy rudo para demostrar mis capacidades y mis ganas de hacer muchas cosas, sin tener ni siquiera el bachillerato.

Mi  primaria  fue muy regular  agregado a esto viví con realidad diferencial  con problemas de dislexia, problemas  que me tenían con dificultades para relacionarme sin disociar.

Yo no quería superarme a mí misma solo por mí .

Tengo claro que no estoy avanzando solo para mi. Avanzo para que decenas de mujeres que aún no han tenido la oportunidad de salir de la pobreza extrema, impuesta por la injusticia social, las violencias y la corrupción política, sepan que hay una estrategia absolutamente viable para salir de ahí, pero que  requiere de ser consientes de la realidad de clase y comprender   que muchas de nosotras no vamos a tener el privilegio de tener ciertas experiencias en la vida, por el simple hecho de estar obligadas a hacer renuncias de deseos personales  para ganar espacios y lugares reales en una sociedad que quiere que quienes no nacimos con mínimas herramientas de empoderamiento social, permanezcamos así y vivamos únicamente para servir a propósitos ajenos al proyecto de nuestra vida.

Ya sabemos que quienes no pueden trabajar por sus propios objetivos y sueños tendrán que pasar toda su vida trabajando por los sueños y objetivos de otras personas que sí pueden tener el privilegio de construir porque no viven solo para sobrevivir.
Nunca soñé con el subsidio de una casa perfecta. Ni una finca.

Francamente nunca conocí a una persona pobre esperando que el estado le regale lujos.

Continuo mi defensa al derecho a una vida sabrosa.

Seguí por año resistiendo con mucho miedo por mi futuro me negué a trabajar más de  ocho horas por un salario mínimo, porque  si hacia eso no tendría tiempo para cuidar a mi hija, para hacer trabajo humanitario y mucho menos para estudiar.

Yo no esperé ayuda del Gobierno para resolver mi realización individual, porque mientras el Gobierno lograba dar alguna cosa realmente eficiente algún día   para aliviar mi realidad, yo envejecería en pobreza extrema.

Renunciar al amor de las novelas por estrategia

Renuncié al privilegio del amor burgués.

Ese de las películas Hollywoodenses «solo por corazón», el privilegio de la irracionalidad en el amor porque no hay miedo a perderlo todo por amor , para una mujer que tiene estabilidad económica es muy sencillo arriesgarse a amar y perder . Porque aunque pierda algo nunca significará perder los mínimos para mantenerse en una vida material digna , para una mujer con una profesión y los mínimos necesarios para hacerse cargo de ella , fracasar en el amor implica volver a empezar una vida ,para una mujer sin agenda ni agencia propia fracasar en el amor implica la posibilidad de nunca lograr reponerse materialmente  y ser una mujer pobre para siempre. Yo tenía claro que sí no salía de la pobreza extrema no podía parir.  Entendí que parir es un privilegio para  las mujeres con recursos mínimos vitales y que reproducirse en pobreza extrema era condenar a un inocente a ser pobre. y  entendiendo eso yo  no podía dejarme amar de un hombre igual de miserable económicamente a mi, porque si hacía eso seríamos dos miserables reproduciendo “miserableza”.

Tenía menos del bachillerato, dislexia y disgrafía, no es que hubiera leído mucha teoría y filosofía.

Pero el simple hecho de nacer y crecer en pobreza extrema, me permitía entender que el derecho a ser madre, el derecho a amar y ser amada, el derecho a tener una familia, con la garantía del diario, era derecho de otras mujeres.
Yo no tenía esos derechos. Había nacido sin esos derechos, por el hecho de nacer «siendo nadie».

Por ser una mujer «del no lugar» – « del no pertenecer».

Respetada Claudia algo así dijiste una vez  y yo no salté como leona en tu contra porque sé  que   es una realidad muy cruel  y  tampoco te di la razón porque  comprendo  que tenemos tener claro  que si bien cierto que  parir es un privilegio de clase, qué  si traes hijos al mundo en la miseria condenarás a inocentes  a la miseria no porque sea cierto tenemos que promover esa realidad .

El ideal es lograr que parir no sea un privilegio .

Sé  que mi experiencia no es ley. Y vale aclarar que no pretendo que todas las mujeres pobres renuncien a las relaciones afectivas, emocionales y eróticas solo sintiendo y pensando  en el factor químico del amor, del gozo y del placer, sin pensar en el factor capital.

Tampoco quiero que reproducirse sea un privilegio de clase como hasta ahora es, y lo es  porque quienes no han visto la reproducción como un privilegio de clase, siendo pobres, hoy tienen de uno a cinco hijos pasando hambre y son familias que tardarán hasta once generaciones para lograr salir de pobres.

¿Para que contar mi experiencia de vida?

El objetivo de compartir mi experiencia es porque sé que lo personal es político , y siempre es más fácil explicar nuestras posturas y opiniones frente a la vida desde la experiencia propia ,desde la piel y no desde una mirada despersonalizada como un observador distante porque cuando compartes un poco de vida estás diciendo a quienes han tenido experiencias similares que les acompañas ,y que esperas que tu experiencia le dé luz en su camino 

Vivir sabroso es que las mujeres tengamos agenda y agencia propia.

Tuve que dejar de verme a mi misma como igual » a todas».

Yo no tendría el lujo de «vivir sabroso» es decir, de tener una vida sin angustiarme por no tener una sola oportunidad para estudiar y lograr trabajar en una labor que  me hiciera sentir plena y gozosa en algo que
me permitiera pagar la vida que toda persona debe tener ,una vida sin exceso y sin falencias .

Sin saber eso de «vivir sabroso» sabía intuitivamente que si me iba a vivir con una persona sin estudio ni trabajo, igual que yo, y teníamos un hijo, tendría que ir a un trabajo que ocupara de ocho a diez horas de mi tiempo diariamente por un mínimo e igual lo tendría que hacer mi pareja también padre de mi hijo y nunca veríamos a mi hijo crecer.

Tendría desde el día cero que dejar a mi «criatura » quien sabe con quién, mientras su padre y yo trabajábamos todo el tiempo para lograr tener dos mínimos que apenas cubrieran el diario y aún así tendríamos que «rezar» para que mi hijo(a) estuviera en buenas manos y no fuera abusado, ni maltratado mientras sus papás conseguían el mínimo vital diario. Nuestro hijo crecería sin el privilegio de compartir tiempo de calidad con su madre y, como millones de mujeres, yo viviría en la angustia diaria de no saber realmente en que condiciones está siendo cuidado mi hijo.

 Debemos Vivir sabroso contra todo pronóstico

Sin leer las diferentes tesis sobre lo que es “Vivir sabroso”, y sin estar en colectivos que llevan años hablando de lo que sería una vida sabrosa, sé que vivir sabroso es simplemente tener una vida digna donde yo pueda amar a quien me de la gana sin tener que pensar que no tengo educación, ni trabajo para garantizar la dignidad a un hogar, y que no puedo darme el lujo de amar «desinteresadamente» y vivir sabroso solo preocupada
por cumplir con los deberes apenas normales del trabajo que tengo, garantizando así el pago de los gastos diarios de modo digno sin perder la salud.

Yo sé que vivir sabroso no es tener una casa propia para pasármela en piscina «bacaneada».

Sé que vivir sabroso es tener con que pagar un lugar digno dónde vivir, sé que es no tener que ser una niña prodigiosa que gana becas y por eso puede estudiar. Sé que vivir sabroso es  contar con que tengo educación de calidad y gratuita, porque es un derecho y no tendré que estudiar y trabajar para lograr un título y salir mediocre en varios temas , porque vivo cansada y no tengo tiempo suficiente para estudiar a profundidad  para ser excelente.

Y  todo esto lo sé por mi experiencia de vida y estoy segura que la mayoría de personas que apoyaron el discurso de Francia Márquez del derecho a la sabrosura sabe perfectamente que vivir sabroso es tener las herramientas para poder ser libres de la explotación laboral, de la angustia de no tener con que pagar un lugar donde vivir ,   de no poder pagar la comida ,ni tener oportunidades para progresar sobre todo es poder vivir sin miedo a ser asesinados por defender nuestro derecho a la paz y la vida digna .

Sin leer ninguna tesis la gente que esta atrapada en la  injusticia social  sabe que vivir sabroso es gozar de una vida plena y sin miedo

La sabrosura no se puede si  hay resignación

Pensé que iba a tener que resignarme a ser solamente ama de casa, eso está bien si es tu anhelo pero si es tu única posibilidad es deprimente .

Yo tenía que enterrar mis objetivos profesionales y académicos porque no estaba dispuesta a dar mi fuerza de trabajo, mi salud y mis talentos a proyectos ajenos sin posibilidad de realizarme y juré que trabajaría para que
muchísimas mujeres llegarán mas lejos que yo.

Era feminista y no lo sabía, cuándo empecé a trabajar por esa causa el objetivo principal era trabajar en tejer nuestra propia realidad y el sistema no nos iba a imponer la miseria como ley solo  por no ser mujeres con agencia y agenda propia,  mujeres  que no teníamos derecho a aspiraciones diferentes a la sobrevivencia por ser despojadas de ese derecho al nacer pobres .

Después de levantar mi voz contra estas injusticias y así hacer  visible todas estas realidades, inicialmente por mi realidad,  luego llegaron muchas otras. Todas estábamos de acuerdo en que queríamos ser mujeres putamente libres, teníamos derecho a un proyecto de vida y teníamos que encontrar la manera de ejercer ese derecho. No íbamos a esperar que el estado resolviera porque podría írsenos la vida entera suplicando nuestro derecho a la plenitud.

Nuestro derecho a vivir sabroso no iba a depende de sus limosnas

Enterré mis sueños de niña ,sueños desde la ingenuidad sobre el mundo que tendría que enfrentar ,el sueño de ser escritora, actriz y periodista para dejar de pensar en mí y buscar justicia social para todas.

Para eso lo primero que teníamos que comprender y entender era el porqué había injusticia. Y definitivamente a parte del patriarcado, que está en todo lado como una pandemia, también era la corrupción la razón de toda esta miseria.

Así que empecé a trabajar por las otras, aunque yo no hiciera más que eso con mi vida. Dedicaría mi fuerza de trabajo a combatir esa realidad . Tener esta maravillosa red de mujeres, y el aporte de algunos hombres, me permitió demostrar que yo había nacido para mucho más que conseguir el diario. Entendí que, igual que otras mujeres, yo podía tener un proyecto de vida realizable. Tendría una oportunidad para intentar alcanzar objetivos diferentes a pagar el diario. Tendría derecho a intentar, hoy sé que vivir sabroso es tener derecho a intentarlo porque logramos  tener  una oportunidad. Tenemos que hacer de la dignidad una política de vida la dignidad tiene que ser costumbre.

Ahora celebro  en el alma todo lo que significa Francia Márquez.

Francia está re escribiendo la historia política de este país con el solo hecho de defender el derecho a vivir sabroso y desde el gobierno defenderá el derecho a la oportunidad.

Tendremos que aprender a darle lugar a quienes nacieron sin un lugar. Desde mi activismo, primero individualista para después ser colectivo, y luego de  demostrarme todo lo que puedo entregar profesionalmente tuve el privilegio de una oportunidad.

Un día a los cuarenta años logré ir a la universidad contra todo pronóstico.

Una universidad privada, pagada por alguien que quiere que yo tenga la oportunidad de profesionalizarme y cree en mi honesto deseo de
servir desde mi profesión a este país.

Yo he podido dejar de ser una nadie, no porque el Estado me dio una beca; yo estoy becada por la empatía, la solidaridad y  la sororidad.

Sin embargo, tardé 22 años en lograr ir a una universidad.

¡22 años! .Ningún ser humano tendría que escoger entre pagar la vida diaria o estudiar. Las personas normalizan el sufrimiento, normalizan la autoexploración y la explotación. Normalizan que la gente solo viva para trabajar y pierda su salud.

Y si mi historia no es suficiente  acá va otra historia.

Un amigo hace tiempo atrás pagó su casa. Una deuda de casi dos décadas, el sueño era comprar su casa para luego darse el lujo y privilegio de buscar el amor y reproducirse.

Muy feliz compró su casa sin poder estudiar más que el bachillerato, sin nunca ir de fiesta o de paseo, decidió desde los 18 años  años entender que “celebrar es cosa de ricos” y que “la fiesta del pobre es cuando el pobre tenga plata».

Mi amigo manejó un camión un tiempo y luego un taxi por años.

Nunca viajó ni siquiera a Melgar de gozo . Todo lo que recibía de dinero  era para pagar las cuotas de la casa, y del carro, sin  trabajo extra.

Solo, trabajando en el carro, era una jornada laboral de diez a catorce horas manejando. No fumaba, ni bebía y ojalá fuera por salud. Dejó el cigarrillo y el licor muy temprano, para ahorrar esa plata.

Alguna  gente que le llamaba «tacaño» – pero, ese hombre trabajaba para algún día lograr “vivir sabroso”.

No hizo más que trabajar para lograr ese objetivo.  Al día siguiente de pagar la última cuota de su casa, murió por no gozar de salud, una ulcera lo acabo   El médico ya le había dicho que bajara el ritmo de trabajo y mejorara su dieta y él dijo que sí lo haría cuando terminara de pagar su casa.

La casita que compró con su esfuerzo, salud y libertad, con la renuncia al amor y a la reproducción, la compró para dejarla de herencia.

Una cosa es que por elección de vida no queramos ser padres o madres y otra cosa es que por la imposición de la miseria las personas tengan que escoger entre amar, ser amadas y hacer familia o comprar una casa y garantizar la tranquilidad económica para la vejez , en el caso de mi amigo vejez que no llego la casa quedo para heredarla .

 Así nos quieren  ,renunciando a la vida solo para pensar en la vejez que quizá no llegue  y si llega, llegará con muchas enfermedades por trabajar de más. ¡No lo entienden! Y ni lo van a entender porque sus privilegios les tienen cegados o están muy cómodos «sintiéndose superiores» por todos sus sacrificios para lograr las bobaditas que tienen.

Nos quieren pobres e ignorantes, nos quieren con hijos iguales de pobres que sus padres para que reproduzcan la miseria que ellos nos imponen para luego jurar darnos oportunidad y lo que nos dan son bequitas en carreras técnicas, un cupo sorteo en la universidad pública por ser muy pilo, universidad que da la oportunidad de carrera nocturna casi nunca y es imposible trabajar y estudiar sabiendo el estado que aún cuando estés «de gratis» si tu familia es muy pobre debes trabajar al menos cuatro horas para pagar los pasajes de buses y gastos diarios. 

Quisiera apreciada Claudia no tener que explicar estas cosas  .

 Que condenen a quienes viven sabroso por robarse los impuestos.

Se quejan de quienes deciden ser delincuentes pero no se dan cuenta que quienes  son los delincuentes mayores son  quienes se roban los impuestos.

Repiten como cotorras. «¿ Porque con mis impuestos voy a pagarles su casa y su educación?»

Son tan crueles que prefieren que se roben los impuestos a qué hayan subsidios que ayuden a las personas a tener calidad de vida . No una casa con piscina, simplemente un techo con los mínimos vitales para que nadie viva rodando, para que toda persona cuente con  un lugar donde dormir en paz  y sentirse seguro.

No quieren ver que el arriendo está entre setecientos mil y hasta un millón de pesos , lo cual es casi todo tu sueldo si ganas un salario mínimo  ,es decir ni para comer te deja y mucho menos para para ahorrar y   comprar vivienda.

Realmente hay que ser un miserable de espíritu y corazón para preferir que los políticos corruptos se roben los impuestos antes de celebrar que toda persona tenga la garantía de un techo digno dónde vivir y que gracias a eso toda persona tenga con qué pagar alimentos, salud y pueda aspirar a objetivos de vida.

Colofón:

Te cuento que Vivir sabroso es simplemente no ser esclavo y pasar hambre aún así. Es que los impuestos garanticen los mínimos apropiados y justos para que con trabajo y esfuerzo  todas las personas sin oportunidad  algún día puedan comprar la piscina que otros tienen y la tienen  sin trabajar la tienen  explotando a sus empleados con salarios de porquería, porque los empresarios en su mayoría creen que el salario mínimo, no es un
salario mínimo si no  que es el salario máximo para los trabajadores, incluso a trabajadores profesionales.

Estaré feliz que los impuestos entreguen cosas concretas que alivien la economía de las mujeres cabeza de hogar y de toda familia en pobreza extrema y les permita tener una oportunidad en la vida para salir de la pobreza.

Estaré feliz el día que La dignidad no sea un privilegio si no un derecho garantizado. ¡ Yo quiero que la dignidad sea costumbre!

Eso sí haría que me arrepintiera de mi voto en blanco un gobierno que logre ese objetivo. Estaré muy pendiente del trabajo de la vicepresidenta y del trato político Petro que le de en este gobierno a esta mujer extraordinaria que está reescribiendo la política de Colombia.

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