La palabra infidelidad es la expresión inventada por el conservadurismo que impone la idea de que existe una sola forma de amar Y que esa forma tiene que ser que tu sexualidad le pertenece en exclusiva a quien amas. Hablamos de la monogamia . Esa es una forma de vivir la sexo afectividad absolutamente valida pero no es la única. Jamás he creído en la monogamia. Tuve muchos problemas en mi juventud porque el matoneo y las humillaciones que viví por no creer en el amor que tiene el derecho a secuestrar tu sexualidad. Dejaron muchas cicatrices .En mis 43 años de vida puedo decir con tranquilidad que algunas veces viví mi sexo afectividad con hombres casados y no lo considero ni moral ni criminal. El sistema de valores religioso es valido en el fuero interno de cada persona pero jamás como ley. El adulterio y la fornicación pueden constituir un pecado a la luz de las religiones pero, de ninguna manera un crimen ante el estado. No quiero ser una mártir sacrificando mi experiencia individual de la afectividad por consideración a otras mujeres .¡No soy Jesucristo! Estoy convencida de que cada mujer debe asumir su responsabilidad afectiva y los acuerdos con las personas que involucra en su vida erótica y de ninguna manera debe pretender imponerle la pesada carga de cuidar sus emociones a otra mujer en nombre de la sororidad o cualquier otro argumento.
Mi erótica y mi afectividad responsable no tienen que ver con un mandamiento religioso ni con las leyes. Tiene que ver con que yo pueda vivir libre ante el mundo y quien decida vincularse conmigo tenga claro lo que soy para bien o para mal. Jamás seré condescendiente. Ninguna mujer debe estar obligada a sacrificar su experiencia sexo afectiva por cuidar a otras. Los acuerdos que hago con las personas que se encuentren en mi vida no involucran a terceros que no se han comprometido conmigo. El engaño afectivo no se puede justificar pero sí se explica . En un mundo ideal ninguna persona tendría que mentir referente a su erótica . En este mundo la gente lo hace por miedo, por diversos miedos. Uno de ellos es miedo a quedarse en soledad o perder a las personas que ama. Nadie tendría que dar explicaciones sobre lo que hace o deja de hacer con sus genitales ni sobre sus sentimientos. ∗
El cuerpo de mi pareja es suyo y mi cuerpo es mío.
Los problemas que enfrentemos en nuestra sexo afectividad que tengamos como pareja son nuestros no del estado.
No hemos luchado las feministas para liberar nuestros cuerpos de las cadenas del estado ,las iglesias y los maridos para luego volvernos verdugos de los cuerpos de otras y de ellos .Porque al final pedir que el estado entre a controlar nuestros cuerpos deja en evidencia que lo que queremos es que las otras sean sancionadas como ” las peores mujeres” y ellos mancillados como “los peores hombres” . Solamente por causa de la serotonina , las endorfinas, la dopamina y todas esas sustancias que constituyen la química del amor y del sexo.
Levanto mi voz de protesta: Siento absoluta sororidad por aquellas mujeres que pasan por engaños y se sienten humilladas al ver la libertad sexual de su marido y la libertad sexual de otras mujeres. Ejercida “a escondidas”. Dé verdad Lamento que la religión y el conservadurismo a la gran mayoría de mujeres nos haya enseñado que el sexo y el amor es una especie de cadena perpetua con un solo individuo. El estado alivió esa situación hace mucho tiempo estipulando el matrimonio estatal como alternativa No acepto que el estado quiera regularlo todo .Incluso nuestra afectividad y sexualidad. Antes he manifestado lo mucho que odio que los cachos sean causal de divorcio al igual que la falta de sexo en un matrimonio también es causa de divorcio. Los matrimonios célibes o vegetales son validos y son cientos de personas quienes han optado por esa posibilidad de amarse y no hacen uso de su derecho al divorcio por falta de sexo. Un hogar es mucho más que las relaciones sexuales. Estoy orgullosamente casada porque me apeteció aceptar el modelo de matrimonio civil en mi vida. Afortunada hasta hoy de sentirme con la persona indicada y jamás aceptaría que el estado interviniera en la construcción de mi hogar ni en el desarrollo de mi afectividad. Tampoco demandaría por cachos. La responsabilidad sexo afectiva se trata de cuidarnos no de castigarnos y someternos. La senadora Karina Espinosa Oliver, del Partido Liberal radicó el proyecto de ley cero cachos, transmitió un video horroroso para tumbar un artículo sobre derechos sexuales y reproductivos. Hizo una campaña con fetos entregándolos en el congreso .Es absurdo ver a una liberal aliada políticamente con una conservadora . El partido liberal en Colombia es una farsa no solo porque Cesar Gaviria se apropio de él y juega con ese capital político para intereses propios si no porque el machismo esta vestido de mujeres liberales .– Más de 60 congresistas están armando una bancada anti-derechos. La senadora Espinosa dijo a semana : “Toda mi vida he estado rodeada de infieles”. Entiendo la tusa . Por una tusa podemos irnos de viaje, emborracharnos, búscanos amantes pasajeros o, cualquier cosa que se nos ocurra pero jamás usar nuestro poder político para emprender una cacería de brujas , una inquisición. Persecución que resulta hipócrita cuando habla de “tejido social” porque al final el único tejido que defiende la senadora es el de su moral religiosa . Es una ley absurda e inútil. Las causales de divorcio ya están estipuladas y en la lista están los cachos . Claro que necesitamos educar en afectividad . Nuestra especie tendrá que aprender a sincerarse sobre su realidad afectiva como un acto de evolución humanista y social pero será atreves de un proceso de conciencia filosófica mediante la educación no porque el estado tenga el poder de regular nuestra vida erótica. Llevamos décadas gritando : “Mi cuerpo es mío , ni de la iglesia ,ni del estado , ni del marido y lo seguiremos haciendo” Nuestro cuerpo es el primer territorio político que cada una de nosotras debe defender .Tenemos que enfocarnos : Nuestros derechos y libertades se encuentran en peligro. Están políticamente más organizadas las personas anti derechos . Hoy más que nunca: Cómo feminista me opongo rotundamente a la famosa ley de cachos. Me encuentro abierta a todas las posibilidades de construcción sexo afectiva entre personas adultas. Sin prejuicios y reivindico todas las formas de amar Y libero a la sexualidad de cualquier responsabilidad obligada en nombre del amor.