Psicoterapia y otras Posibilidades

Publicado el María Clara Ruiz

Los Roles que Asumimos

Y se abre el telón. Cada cual en su lugar dispuesto a representar el papel asignado. Roles que desde tiempos antiguos se repiten perfeccionándose a lo largo de los años. 

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De tanto ensayo, representación, vuelta a ensayar y a representar, llega un momento en que persona y actor se funden en uno solo, llegando a pensar que los roles que asumimos en la vida son algo innato y que nos ha tocado un papel determinado ya sea por culpa o por gracia de un destino controlado por alguna mano invisible. 

Roles familiares, roles sociales, roles laborales. Dinámicas de relación que se repiten en diferentes escenarios. Roles que representamos en diversas situaciones y que con seguridad se instauran en los primeros años de la infancia. 

Roles que nunca van aislados sino que hacen parte de un interjuego dinámico de los sistemas, en los cuales las diferentes individualidades construyen el engranaje para formar un todo. 

Roles que se asientan en ajenas expectativas de las cuales surge el papel que, se supone, se debe representar y así lograr pertenecer a algo.  

La historia no puede resultar aburrida. Hay tantos papeles posibles que alcanza para todos. Diferentes expertos en el ámbito de la Psicología social y de grupos han estudiado este campo de manera exhaustiva. Veamos algunos de los roles que asumimos, según explica Enrique Pichon Riviére en su obra El proceso grupal:

? Aquel o aquella que dice lo que el grupo calla. A través de su historia personal resuena la situación grupal y así, de manera inconsciente comunica lo que sucede internamente: las necesidades, los proyectos, las dificultades y ansiedades del sistema. Se le llama portavoz.

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Ovejas Negras… Desvelando oscuros secretos Blancos

?Aquel o aquella en quien se depositan los aspectos negativos o atemorizantes del sistema. Y para colmo se le margina precisamente por esos aspectos, asumiendo las culpas y los  problemas. Es el perseguido y se le llama chivo emisario o chivo expiatorio. 

? Como ya están ubicados los aspectos negativos, los positivos se depositan en otro miembro del grupo, el líder, quien asume implícitamente la organización del sistema.

?Quien pone constantemente la zancadilla bloqueando el movimiento es el saboteador y expresa la resistencia al cambio. Negativo y  pesimista, se opone constantemente a las razones grupales sin proponer alternativas.

?Aquel o aquella que sugiere ideas, proyectos, innovaciones, empujando hacia la acción y aportando sus energías. Busca la cohesión, recibe a cada uno por igual, genera un clima positivo y crea relaciones cordiales y solidarias. Podríamos llamarle animador o impulsor.

?Quien está en medio de los conflictos, buscando los puntos comunes para unirlos de manera que beneficien a todos y a cada uno de los participantes. Busca reducir la tensión y suavizar el ambiente, siendo el humor una de sus armas más preciadas. Es el mediador o conciliador.  

?Quien ataca al grupo, es agresivo/a, burlón/a, busca el error en los demás para satisfacer su ego, genera conflictos dentro del grupo, desacredita a otras personas y se comporta con prepotencia. Es el agresor y actúa tanto de forma tácita como directa.

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Chantaje Emocional, otra forma de Violencia Cotidiana

?Aquel o aquella que necesita sentirse superior haciendo sentir su autoridad, llevándose al huerto al grupo y a los miembros que se lo permiten. Con gran necesidad de categoría y estatus, pero con  una gran inseguridad a pesar de su apariencia. Es el monopolizador y/o manipulador. 

?Quien se caracteriza por su vulnerabilidad y su necesidad de ayuda motivada por su  inseguridad o confusión razonable o no,  despertando simpatías y ofertas de protección. Es el buscador de ayuda.

?También está el buscador de reconocimiento, que necesita destacar llamando la atención, haciendo ruido, bromas que no hacen reír o generando dispersión, todo con tal de encontrar un lugar notorio pues no soporta no ser visto. 

?Aquel o aquella que está cuando quiere y como quiere, derrochando falta de compromiso e indiferencia hacia el grupo. Es el intrascendente.

?Quien calla, siempre calla. Es el miembro silencioso. 

Hay más, muchos más. Algunos más afortunados que otros y todos parte de una dinámica asumida también  individualmente. Desempeñamos a lo largo de la vida diferentes roles e incluso varios en un momento determinado, según las características del grupo al que pertenecemos y de acuerdo con nuestro propio carácter.

La movilidad es una garantía de salud, pero cuando nos estancamos en un único papel, el fracaso entra también en escena y tanto el grupo como algunos individuos pueden ver minado su frágil equilibrio. 

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Cuidar de los Demás… compulsivamente

Nos movemos en el mundo de forma parecida a como nos movemos en los grupos y la mayoría de las veces asumimos roles de manera inconsciente. Tomamos opciones de acuerdo a estos papeles con los que nos sentimos afines y ponemos los acentos  caracteriales en nuestras posiciones familiares, laborales, de amistad, de pareja. 

Algunos sistemas nos invitan a actuar de aquella forma en la que no siempre quedamos bien parados/as. Es cuando nos sentimos estancados/as, donde no podemos extender las alas o donde nuestros rasgos menos saludables salen a la luz. Es cuando decimos que ese ambiente o esa persona en concreto saca lo peor de nosotros/as. Otros, por el contrario, constituyen un escenario abierto y expansivo, que previene lo que no es funcional y refuerza lo vital. Ahí es donde preferimos estar si la consciencia nos permite darnos cuenta. 

Los roles que asumimos marcan nuestro lugar en el mundo. Este lugar no es, o no debería ser fijo ni impuesto. De cada uno y de cada una depende echar raíces o salir del agujero, según las preferencias y las necesidades. La consciencia es la mejor brújula para buscar la dirección más acertada. 

María Clara Ruiz

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