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Publicado el Paula Castillo Lenis

Positivo para COVID-19: ¿Alguien ha hablado de los espantosos dolores de cabeza?

Relato de una contagiada con COVID-19

Di positivo para COVID-19 y no tengo ni la más remota idea cómo me contagié. He cumplido rigurosamente el aislamiento y he cumplido también con todas las normas de bioseguridad. Soy tan extrema que mi familia me dice que estoy exagerando, pero la verdad es que a diferencia de muchos siempre le he tenido respeto a este virus; me moría del pánico de solo pensar que podría llegar a infectarme porque tengo una hija de 3 años; y los que son papás me entienden que uno quiere meterlos en una caja de cristal y que nada les pase.

El 23 de julio mi hija fue la primera en manifestar síntomas de resfriado, al día siguiente fue mi esposo el que le siguió, y un día después fue mi turno. Cuando me comencé a sentir congestionada mi hija ya estaba perfecta. Nunca nos alarmamos porque jamás le dio fiebre, y en realidad fueron dos días en que solo por la noche sentíamos que no estaba del todo bien, pero como les digo, nada grave.

Mi esposo tenía dolor de garganta, pero nada fuera de lo normal. Cero fiebre, cero tos y respiraba perfectamente. Mis síntomas fueron diferentes, sentía todo el tiempo como si estuviera dentro de una piscina y se me metiera el agua por la nariz, perdí el olfato, el gusto, y ahí ya dije: esto está raro. Aunque debo decir que he tenido gripas en las que me ha pasado lo mismo. Entonces pensé que era un resfriado fuerte y ya.

Mientras tanto, mi mamá me insistía que me hiciera la prueba. Dentro de mí decía: para qué me voy a hacer eso, estoy segura que no tengo nada, me he cuidado demasiado. Tres días después de seguir con la congestión, desesperada porque los dolores de cabeza no daban tregua, y mi esposo seguía con el dolor de garganta pedimos la prueba. Yo por la prepagada y él por la EPS.

El 30 de julio me tomaron la prueba PCR. Ver por televisión cómo se introduce el hisopo por la nariz no es tan incómodo como vivirlo en carne propia. Se siente como si te estuvieran tocando el cerebro, pero bueno, tampoco es algo que no se logre soportar.

Después de la prueba en realidad no sentía temor por los resultados. Estaba completamente segura que no tenía COVID. Pero los dolores de cabeza eran insoportables. Jamás he sufrido de migraña, en realidad de ninguna enfermedad que me tumbe, pero sentía mucho dolor en la frente y en los párpados. Cómo si alguien me estuviera dando pedradas.

Los dolores de cabeza eran tan intensos que un día después de haberme hecho la prueba me tocó llamar al médico domiciliario porque no los aguantaba. Su diagnóstico fue que tenía sinusitis, me mandó antibiótico y unas gotas para la nariz. Me lo tomé tal cual las indicaciones pero el dolor de cabeza seguía.

Todos los días me despertaba bien, como si no tuviera nada, pero al llegar la tarde aparecía de nuevo el dolor de cabeza. Llegué a pensar que era un problema de azúcar que se estaba manifestando, o qué tal vez fuera la tensión, pero ese dolor en los párpados me hacía pensar que era producto de la congestión.

Seis días después llegaron los resultados. Abrí el enlace electrónico con la seguridad que estaba perfecta. Oh sorpresa cuando leí POSITIVO para COVID-19. Debo admitir que me afectó más la parte emocional que los síntomas en sí, que en realidad sólo era el dolor de cabeza y el no sentir a qué sabía la comida.

Ese día me derrumbé emocionalmente. Me sentía infectada. Llevaba varios días con Covid pavoneándome por mi casa sin tapabocas, abrazando a mi hija, durmiendo con mi esposo, utilizando la misma vajilla, cocinando y probando la comida estando infectada.

Con los resultados en la mano llamé al médico y le conté. Me dijo que me debía aislar de inmediato porque tenía los síntomas y era necesario que el virus se debilitara y evitar contagiar a mi familia si a ellos no les había dado. Aunque mi esposo y mi hija fueron los que iniciaron con los síntomas ya estaban perfectos. Lo que me hacía pensar que yo era la única con ese problema.

Duré 14 días aislada en mi habitación. Con intensos dolores de cabeza que no los calmaba nada. Intenté hacer mi vida encerrada común y corriente pero llegaba un momento del día en que el cuerpo no me daba más porque mi cabeza retumbaba como si estuviera pegada a un parlante a todo dar.

Buscaba por internet y aunque decían que el dolor de cabeza es un síntoma lo toman como algo secundario. Pero para mí fue el protagonista.

Todos los días me he preguntado cómo me contagié, siempre lavo con extremo cuidado el mercado, desinfecto más de la cuenta los espacios, me lavo las manos creo que tres veces por hora, en fin. Todos los cuidados posibles.

Estoy por pensar que la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, tiene razón cuando dice que en la casa no estamos seguros. Y pues creo que las defensas se bajan tanto por evitar la calle que estamos más vulnerables.

Estando aislada se manifestó un nuevo síntoma. Aparecieron de un momento a otro llagas en el paladar que me impedían disfrutar la comida, que ya de por sí ni la sentía por la pérdida del gusto. Pedí una teleconsulta médica y me dijeron que según lo que estaba narrando tenía el nuevo COVID. Ahí empezó la desinformación, a mí modo de ver. Me dijeron que el virus mutaba y que uno de los nuevos síntomas era las lesiones cutáneas o bucales. Y que ya no duraba 14 días sino 21.

Y ahí seguían los dolores de cabeza. Me mandaron ibuprofeno cada 8 horas durante 5 días y santo remedio. Todos los síntomas comenzaron a desaparecer. Pero entonces pensaba que varias veces había escuchado, en la avalancha informativa sobre este virus, que el ibuprofeno no era recomendable. Pero pues me lo tomé echándome la bendición y aquí estoy contando la historia.

Cuando sentí que ya todo estaba pasando llamé de nuevo al médico para que me autorizara la segunda prueba, pues quería tener la certeza que ya no tenía virus. Me dijeron que por orden del Ministerio de Salud ya no la estaban enviando porque es muy probable que una persona que hubiera tenido el virus siguiera dando positivo días después por la memoria inmunológica.

No me conformé y pedí la prueba rápida particular, para mi esposo y para mí, ah, porque esta es la hora que no han venido de la EPS a tomarle la prueba PCR a él. En fin. Nos hicimos la prueba y el resultado fue: ambos tuvieron el virus y ya tienen los anticuerpos, lo que quiere decir que ya no tenemos virus y lo más importante: que ya no contagiamos.

Ahora pienso que no sé si era necesario haberme aislado 14 días. No puedo decir que perdí el tiempo porque me leí tres libros, hice un curso de marketing virtual, y mis rutinas de ejercicio como siempre.

Posdata: ¿será que algún día van a venir a tomarle la prueba PCR a mi esposo?

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