Narices dilatadas

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Diarios de Sontag

Lista de las personas que debe ser un buen escritor, según Susan Sontag, y una corta reflexión sobre lo que pasa cuándo sólo se es una.

Manuel Domínguez, un nuevo amigo panameño me prestó una muy buena revista. Se llama Granta. Transcribo, por ahora, esta entrada del diario de Susan Sontag que apareció publicado ahí. Es un diario que le da esperanza a todos los que hemos fracasado en los diarios. Cada entrada está bastante separada una de la otra (la primera es del 58 y la última del 67), la mayoría son cortas, incoherentes, y descuidadas en su estilo y puntuación; el tipo de escritura que si uno no es famoso termina en la basura de algún nieto.

Va la recete de Sontag para el escritor:

3/12/61

Advertir las «zonas muertas» del sentimiento: hablar sin sentir nada. (Eso es muy distinto a mi antigua repugnancia de hablar sin saber nada.)
El escritor debe ser cuatro personas:
1) el loco, el obsédé.
2)
el tarado
3) el estilista
4) el crítico
1) suministra el material
2) permite que se exponga
3) es gusto
4) es inteligiencia
Un gran escritor es las cuatro, pero puedes ser aún una buena escritoria con 1) y 2) solamente; son muy importantes.

(Granta en español no. 7)

Me la lista de Sontag gustó la mención de 2, «el tarado», el que permite que el escritor se exponga. Intenté buscar como lo escribió originalmente Sontag en inglés pero en internet no está el original (si alguién lo tiene, se lo recomiendo). En fin, el asunto es que me hizo pensar que lo que le han dado los nuevos medios a todo el mundo el segundo ítem de la lista de Sontag. Somos todos tarados con vías rápidas para exponernos.

La revolución tecnológica se queda ahí, claro. No hay software ni hardware (aún) para transmitir el don del obsédé, ni la finura del estilista o la inteligencia del crítico. De hecho,  lo que logra la tecnología es mostrar lo mucho que le hace falta a un escritor tener al menos dos items de la lista. La exhibición constante de nimiedades, redundanicias, clichés y cursilerías que inundan facebook, twitter y los blogs son como el baile incesante de los tarados sin pudor. Van unos ejemplos (sin identificar a sus autores):

Tweet: Gústele a uno o no U2, esa cosa está impresionante. Reafirmo mi capacidad de asombro, como la de una tía frente a un Wii.

Facebook status: con ganas de cocinar algo rico para el almuerzo…

Facebook status: Que mal fin de semana para tener que salir de MX: @workshopcampmx y la foto colectiva #tqv hoy 🙁 #farfromhomepanda

Tweet:Me duele el estomágo. AGH.

Yo no soy muy fanático de usar la escritura que expongo para este tipo de comunicación. Pero eso es cuestión de gustos. Mi punto va más bien a recalcar que por más flexibles que se conviertan los medios de difusión (los escenarios para hacer el oso, la tarima del tarado, o como se le quiera decir) el escritor sigue siendo una figura rígida. Una figura que aún hoy, y seguramente para siempre, va a seguir siendo esquiva a para la mayoría de personas, quienes seguiran siendo sus espectadores. No creo el stream ubicuo de los únicamente tarados vaya a remplazar a los buenos libros y o distraer irremediablemente de los buenos escritores.

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