Murmullo y exilio

Publicado el dlzitro

Tantos años de conflicto nos han dejado con ansias de morbo.

La publicación del video del ex viceministro Ferro por parte de Vicky Dávila y su equipo de La F.m., representa el tipo de polémicas que me remueven las tripas y me hacen sentir dolor de patria. No por la conversación entre dos hombres que se declaran un interés particular, independiente de su cargo o profesión, sino por la lamentable forma en la que el “periodismo” nacional viola la intimidad de un individuo en búsqueda de polémica. Sin medir el alcance y las consecuencias.

Pero primero, tengo que confesar que nunca le había dedicado más de dos minutos a calificar a Vicky Dávila como reportera, y que después de esto y de la entrevista a un menor de edad del ICBF en la que le pregunta al menor cuáles cree que son las razones por las que no lo han adoptado aún,  voy a inclinarme por desestimar su trabajo subjetivamente. Sin embargo, reconociendo que la libertad de expresión es también aprender a oír opiniones diferentes, entiendo la importancia que tiene su trabajo investigativo. Gracias a ese trabajo el país logró conocer el escándalo que hoy enfrenta la Policía Nacional, y que ha llevado a la renuncia del General Palomino. Pero eso no quita que la publicación de este video me parezca una de sus decisiones más desafortunadas como “periodista”.

Las irregularidades y el abuso de poder en la Policía Nacional y en todas las instituciones públicas de nuestro país son numerosas y deben ser investigadas sin duda alguna, pero en este caso no estamos hablando de las pruebas irrefutables de un supuesto delito. Los medios de comunicación no pueden ser fiscal y juez al mismo tiempo. El aporte del video es, sobre todas las cosas, una lamentable parcialización de opiniones, con resultados infortunados para el núcleo familiar del exsenador Ferro. Tenemos que aprender a respetarnos como colombianos, y tenemos que aprender a filtrar y evaluar toda la información que recibimos.

Vicky y su equipo de La F.m. no están, como dice Daniel Coronell, ‘tocando un nervio sensible de un grupo muy poderoso’. Están desconociendo el derecho que tiene cualquier ciudadano a su privacidad y están desarrollando una forma mediocre para presentar noticias y generar debate en este país. Una representación en la que se usa el morbo para llamar la atención y sobre todo, una argumentación floja para defender nuestros puntos de vista. Por ejemplo, la forma en la que Vicky Dávila habla de víctimas y victimarios para justificar este hecho, es el resultado de un periodismo irresponsable que aprovecha el vocabulario de la violencia y conflicto de nuestro país sin detenerse a revisar los hechos. Si lo pensamos un poco mejor, en una conversación sexual consentida entre dos adultos no se puede hablar en esos términos; en la violación a la privacidad e intimidad, sí.

Por otro lado, es lamentable ver el alcance y las repercusiones que tienen este tipo de “pruebas”. De la misma forma que las declaraciones de un hacker sobre el aborto de una actriz se querían utilizar en el debate sobre derechos sexuales y reproductivos, una conversación sin pelos en la lengua entre dos hombres se quiere usar como argumento dentro del debate por el reconocimiento (o desconocimiento) de la igualdad de derechos de la comunidad gay.

Tristemente, el alcance de estas publicaciones va más allá de un escándalo y abuso de poder en las instituciones. El morbo de este tipo de videos se comenta en redes sociales a través de un discurso homofóbico y discriminatorio que propicia un país de odios y desamores, en el que todos nos creemos los jueces y los buenos del paseo al mismo tiempo. En un país en el que hace menos de 8 meses se expidió una ley que castiga la discriminación de cualquier tipo. Este tipo de polémica alimenta discursos de odio en una sociedad que no reconoce el valor de las palabras dichas, y que es cada día más irresponsable con su discurso. Sin darnos cuenta, buscamos la paz pero nos estamos volviendo odiosos, vengativos y groseros. Porque el objetivo final de Vicky era lograr la renuncia de Palomino. Una vez aceptada la renuncia por al gobierno nacional, Dávila retiró el video de la página web de la emisora.

Parece que se nos olvidara que todos somos colombianos y que todos tenemos que respetar la misma Constitución. Tantos años de guerra y corrupción nos han dejado con ansias de morbo y escándalos, siempre a la expectativa de malas noticias. Y justo en eso, nos estamos convirtiendo. En esos reporteros que prefieren tomarle la foto al niño hambriento y moribundo, en lugar de buscarle comida y ayuda. Como comunicadores y público, estamos perdiendo la humanidad por 15minutos de escándalo y rating. Como si no fuera suficiente protestar contra la paz, contra los malos, contra los carteles, contra la mermelada. Como si la injusticia y la corrupción no fueran suficientes.

-Laura Delgado.

 

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