Mujer y caricaturista

Publicado el Nani

¿Depilar o no depilar, cuál es el dilema?

 

Cada cierto tiempo sale a la palestra el tema de la depilación genital y de otras zonas menos interesantes. Acto seguido, se produce una reacción en cadena en la página de Facebook de este medio, que pone a pensar a cualquiera sobre la necesidad que tienen otros de controlar hasta el más mínimo detalle de su pareja.

 

Algunos se ponen hasta violentos, descalifican, juzgan, meten a otros en cajitas, las etiquetan y luego las tiran a la basura.

 

¿Por qué importa tanto  lo que hacen o dejan de hacer los demás con su cuerpo? Es un poco pretencioso querer dominar y tener control hasta de si te rapas o no al cero, te rasuras por los lados, te dejas un punk, un Alf o un mostacho abundante.

 

Se supone que los que se depilan se pueden coger con unas pincitas para no ensuciarlos, e irlos metiendo en la cajita que pone: “Muy aseados”, y eso hará que esté en nuestra lista de mejores amigos, más confiables y dignos de respeto, aunque nunca lleguemos a constatar la depilación personalmente. Es esa obsesión enfermiza por encajar, esa necesidad de aceptación la que nos lleva a cuadricular a todo el mundo así.

 

Me imagino esas cenas de amigos, en donde de repente sin venir a cuento alguien dice: pues yo tengo el “Chirri” calvo, y entonces todos asienten con mirada de satisfacción, pensando: “Esa es mi amiga, la mujer más limpia del planeta”. Todos con orgullo comienzan a hacer notas mentales: “Jumm, esta mujer es de fiar, la tendré en cuenta para mi próximo proyecto de trabajo”, “o para pedirle consejo”, “o para ir de compras”… En fin entra en el “Club de los chirris calvos” lo que le otorga una membresía de » socia gold» con todas las ventajas que eso supone…

 

Esta conversación, es ciertamente improbable en muchos contextos,  completamente, absurda en otros, y finalmente, en algunos sitios puede resultar hasta violenta, te pueden mandar a la porra y seguramente no te vuelva a invitar nadie a  ninguna reunión.

 

Y si de repente en el transporte público, se encuentra de frente con una mujer que levanta el brazo y tienen el sobaco peludo… ¿Quién es usted para hacer cara de desaprobación? Usted verá con quién se relaciona o no sexualmente, pero nadie tiene derecho a etiquetar a esta persona como sucia, es una acto total de intolerancia hacer cara de asco, o una risita ridícula con la mano en la boca, como dicen en Norte de Santander: “que cada cual haga de su trasero un florero” (dicho con palabras todavía más santandereanas, suena mejor; esta es la versión  censurada). Eso es libertad, que cada uno sea libre de ir como quiera, tenemos que dejar de ser tan mal educados, tan tercer mundistas y tan intolerantes.

 

Por otro lado, no es del todo cierto que llevar  el pelo depilado al cero sea higiénico. Para empezar, los pelos tienen la mala costumbre de enquistarse, hasta con la depilación láser. En un país tan religioso como Colombia, la gente debería pensar que “Si su dios lo puso ahí, por algo será”. Y dejar los pelos tranquilitos para que no se irriten, pero la inseguridad ancestral nos lleva a asumir modas que otros imponen.

 

La depilación con la cera puede acarrear quemaduras: de nuevo folículos enquistados y en algunos casos, poses y caras dignos de una cámara escondida.

 

La depilación tradicional conlleva irritación de la piel, foliculitis y picores. Y Todas en general está comprobado que terminan produciendo resequedad en la zona, que puede derivar en Candidiasis. Y repelús en algunos contrincantes (es decir sorpresa con ojos saltones al ver todo pelado lleno de granos y reseco).

 

El aseo, señoras y señores, no depende del tupido del pelo, porque en ese caso tendremos que mandarnos a rapar tod@s las cabezas dentro de muy poco. El aseo y su natural consecuencia: la salud, dependen de eso, de hábitos saludables y sobre todo de pensamientos saludables. Si odiamos nuestro cuerpo es normal que pensemos en mutilar alguna cosa cada cierto tiempo.

 

Lo mejor es conseguir una pareja que lo respete a uno como es, si es necesario llegar a un acuerdo ( por ejemplo si su pareja es el Yeti) y hacer una depilación con cuidado sin poner en riesgo su salud, pero sobre todo haga lo que mejor le parezca, evite a los demás esas imágenes mentales de: “ Yo me hago un triángulo”, o esa frase orgullosa: “Yo voy como un bebé”, sólo las personas enfermas quieren tener relaciones sexuales con los bebés. No son temas para poner en común. ¡¿Qué más da cómo tiene el “Chirri” su compañer@ de trabajo?! ¿Acaso es usted  tan promiscu@? Y si lo es, que será problema suyo. Una depilación no salva a nadie de contraer una enfermedad de transmisión sexual. Que quede claro.

 

magola 2004b

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