Mujer y caricaturista

Publicado el Nani

Del amor eterno y otras mentiras

Morir de amor… dicen que ya nadie muere de amor y es gracias al Lorazepan y otros comprimidos, que, a no ser que se los tome uno de treinta en treinta, terminan por esclarecer  las ideas al más confuso, e incluso el intestino grueso y el delgado a los más valientes. Bendita ciencia y sus menjunjes, si no fuera por eso habría muchos más poetas muertos, más mujeres embarazadas y más libros de auto ayuda.

El amor eterno dura hasta que se termina, y el matrimonio, el » hasta que la muerte los separe» es un invento de los curas, porque ellos sabían que NO tenían que pasar por ese suplicio.

¿Qué pasa cuando en una pareja, así con un chasquido de dedos, uno de los dos deja de querer al otro? Cuando salen frases humillantes y dolorosas que jamás se pensó que podría decir  esa persona,  a la que por cierto,  se sigue amando.

-«¿Tú que eres tan inteligente, cómo es que no comprendes que ya no te amo?’

-«Estar contigo es tan insoportable como aguantar a un político de visita en plena campaña.»

-«Te lo digo y te lo repito mil veces si quieres: No voy a volver contigo.»

¿Qué pasa cuando los errores se han cometido de parte y parte, pero como diría ese gran filosofo contemporáneo desaparecido, Diomedez Díaz: «YO SE BIEN QUE TE HE SIDO INFIEL, PERO EN EL HOMBRE CASI NO SE NOTA»

¿Qué pasa cuando los errores van por empate, pero por esos micro machismos, casi invisibles que se ejercen en el día a día en el matrimonio, terminan siendo mucho más imperdonables los de ella?

Por ejemplo: Si ella pasa una noche fuera de casa, es una puta. Pero si un hombre se va de casa,  alquila una habitación quién sabe dónde, y quién sabe con quién. Porque, él jura y perjura que está solo y sin embargo nadie sabe dónde esta, se desaparece, desconecta el teléfono por varios días. Es porque necesita tiempo y espacio para aclarar sus ideas e intentar perdonar los fallos de su casta esposa, mismos fallos que él ya cometió y que ya se le perdonaron.

Tiempo y espacio para tirarse a la que se le de la gana, vivir vida de soltero. llegar a las tantas e incluso ignorar la ducha, porque ahora es libre y a él lo obligaban a ducharse, a bajar la tapa del baño, a colaborar en la casa, a ser cariñoso, a cocinar. Lo hizo por años y años, pero que conste que fue obligado, a él nunca lo domesticaron, y ahora es el momento de sacar a ese animal montaraz que tenía preso dentro por tantos años de deliciosa y tediosa convivencia.

El matrimonio está hecho para las mujeres, nosotras somos capaces de perdonar, de olvidar, de hacernos las locas, de pasar por alto, de mantener  el ritmo, somos capaces de ser el pegamento que mantiene unido este desquiciante rompecabezas de niños, gatos, familiares entrometidos, problemas en el trabajo, sexo a horas poco adecuadas, calcetines impar, comidas balanceadas, decoración, limpieza de los baños y pago de las cuotas que se vayan acumulando a diestra y siniestra. Ellos no, ellos mandan todo pal carajo y  se van a celebrar tres días. Por que el matrimonio los agobia, les corta las alas de zancudo que los lleva a la esquina a reunirse con los amigotes. Ellos necesitan su espacio y vivir su vida de Peter Pan Barrigón.

Y se largan y lo dejan a uno con la casa, las deudas y los hijos que cogieron la mala costumbre de comer todos los días, y empieza uno con esa maldita culpa.  ¿Qué fue lo que hice mal?,  ¿será verdad que no le di su espacio? Cuando la que trabaja es ella y él está en la casa todo el día dizque haciendo contactos por Internet , pero contactos de los que mandan fotos en pelotas.  Y  puede echarse  la siesta a medio día o a las cuatro , y no tiene nadie que le toza en la nuca, no madruga para coger la carretera,  no tiene ni que vestirse porque puede trabajar en pijama. A eso nos ha llevado esta maldita liberación femenina mal entendida. A convertirnos en super mujeres y a ellos super caras duras. (Aclaro, NO a todos, al que le caiga el guante que cómodamente se lo plante)

Y nos da por gastarnos el dinero que no tenemos en adivinas y lectura de cartas, que más que leer las cartas, lo que le leen a uno es el manual del marido hijo de mala madre, que los hay sí. ¡Pero el mio no es así!.  Porque uno se engaña, uno intenta salvar como sea la relación, se echa la culpa de todo y si es el caso le sirve hasta un bebedizo, para que le de diarrea si viene de visita y así tenerlo cerca un poquito más de tiempo.

No. El mío no es así, él no está con una vieja en la playa, gastándose la plata que faltó del mercado, él está meditando, pensando, tomándose su tiempo y unos vinos bien caros, de esos que a usted nunca le invitó, porque, si se pone a hacer cuentas, para usted nunca hubo nada,  ni una invitación, ni un paseo, nunca hubo plata para nada.

Pero ahora parece que sobra, para pagar otra casa, para tener tiempo para pensar, para pagarle a las que leen las cartas y para comprar libros de auto ayuda, que prometen reinstalar el marido en cinco pasos, pero que no aclaran que los cinco pasos pueden durar diez años o una eternidad. Lo importante es que usted compre el libro y que trate a su marido con indiferencia, que si no le había puesto los cuernos hasta ahora, que se los ponga, que sufra, que la sienta perdida, que la vea sexy y por ahí derecho el marido se llena de motivos y no regresa ni en pintura.

Yo me leí todos esos libros y ninguna de esas estrategias funciona, porque cada persona es un mundo. No. todos los hombres no son iguales, ni siquiera  todos los malmaridos de manual actúan igual.

Si le toca en la tómbola de la vida un adolescente tardío, uno de esos que a sus cuarenta y tantos se da cuenta que necesita vivir la vida, le toca que se amarre bien los pantalones, porque se le van a caer varias veces. Que intente hablar desde el conocimiento que usted tiene de esa persona, no se humille, no llore, no se arrastre.  Aunque se que lo va a hacer, porque  yo lo hice. Pero no lo haga, porque no funciona. Sólo le perderá el respeto, le hablará mal, la gritará y nadie merece ser tratado así.

Coja mucho aire como si se fuera a sumergir por un largo tiempo y aguante. Consulte a especialistas para que le den tranquilizantes adecuados, pero insisto, no se los tome todos al mismo tiempo, nadie, ni el amor de su vida merece convertirse en el amor de su muerte.

Espere un tiempo prudencial, si en cinco años no ha regresado, retome su vida, recoja lo que quede de usted, de su cuerpo y su cara que se habrá escurrido de tanto llorar y salga, tome otra bocanada de aire, respire profundo y empiece de cero o desde un poquito más arriba si tiene suerte.

Un consejo final, no espere cinco años para seguir viviendo, intente que el tiempo sea más corto, recobre su autoestima, vuelva a ser usted, no somos la media naranja de nadie, somos una sandia entera, y merecemos lo mejor, si nadie nos lo da, nos lo vamos a dar nosotr@s. Sí. Llore todo lo que necesite, sane las heridas y siga adelante. La vida es un gran regalo.

 

MAGOLA JULIO 19 falso

 

Para seguir a Magola en Facebook: https://www.facebook.com/pages/magola-la-piernipeluda/54070448880?fref=ts

Comentarios