Mercado al desnudo

Publicado el camilogrande

Incremento de tasas de interés: ¿un mal necesario para Colombia?

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En una época de evidente desaceleración económica, Colombia se encuentra en una disyuntiva poco deseable para cualquier país: Incentivar el crecimiento, o controlar la inflación.

Consecuente con su objetivo constitucional, el Banco de la República opto por darle control a la inflación, la cual actualmente se encuentra en los niveles más altos desde el 2011, y se ha salido del tope máximo establecido (4.76% ene-sep 2015 VS 4% tope anual). Por esta razón, además del incremento en las tasas de interés que se observó el mes pasado, se tiene la expectativa de mayores aumentos en los próximos meses, con el fin de frenar un poco la actividad económica, y así disminuir las presiones alcistas de los precios.

¿Este mecanismo es el más efectivo para nuestra realidad económica?

En condiciones normales, los incrementos en las tasas de interés, se presentan cuando la economía está evidenciando un dinamismo extraordinario, y ha superado sus niveles de crecimiento potencial (nivel de producción con pleno uso de la capacidad instalada), lo cual hace lógico que se obtenga un incremento de precios, ya que la demanda está superando los niveles máximos de oferta. En este punto es donde entra a jugar un papel fundamental el incremento de las tasas, ya que su fin es incrementar el costo del dinero, y por ende se hace más atractivo relativamente mantenerlo en tu poder, o disminuir la intención de endeudarte para proyectos de inversión, trayendo consigo una caída general en la demanda de bienes, que a su vez disminuye las presiones alcistas en los precios.

Contrario a lo anterior, Colombia ha evidenciado en este año un desbordamiento en los precios, que lejos de ser un reflejo de una demanda muy activa (crecimiento del 2.9% vs 4.6% en 2014), se dio por un encarecimiento de los costos de producción, ante devaluación del peso colombiano, y los fenómenos de cambio climático.

Con una situación tan divergente a la teoría, en donde nos encontramos preparados para frenar las presiones alcistas en los precios cuando tenemos una demanda desbordada, pero no un encarecimiento por cuenta de la oferta, se pensaría en principio que esta salida no es la más adecuada para el país. Pero ¿Qué otra alternativa tenemos para controlar este fenómeno?

A priori se podría decir que un control de la tasa de cambio seria la salida, es decir, que el Banco salga a vender Reservas internacionales, con el fin de entregarle al mercado liquidez en dólares, y que así se disminuya la tendencia alcista de la divisa. Con esto se lograría que el incremento de los productos importados se contuviera de manera transitoria, pero a un costo muy alto a nivel internacional, ya que para el sistema internacional el hecho de que un país toque sus reservas da indicios de que la economía perdió el rumbo y no es sostenible en el tiempo, lo cual haría que probablemente tengamos una migración de capitales y con el paso del tiempo tendríamos presiones alcistas mucho más amplias, lo cual traería de nuevo el problema inflacionario. Es vital tener en cuenta que cerca del 28.5% de los alimentos que consumimos son importados, lo cual es una muestra de la gran influencia de la tasa de cambio para los cambios en los precios.

Sumado a esto, con las limitantes de recursos para invertir que tiene el gobierno (disminución del 0.4% del PIB frente al 2014), ante la coyuntura petrolera que ha traído un encarecimiento de la deuda colombiana por cuenta de la devaluación de la tasa de cambio, no se ve en el horizonte una destinación de recursos para combatir la inflación, ya que con un presupuesto reducido, seguramente no habrá un cambio radical en las prioridades de inversión con respecto a 2014.

El panorama no es muy claro en cuanto a la alternativa más adecuada para frenar la inflación, por lo que sacrificar crecimiento en el futuro en búsqueda de estabilidad económica, parece ser la salida menos mala, ya que es más devastador socialmente una economía con incrementos incontrolables en los precios, que una con crecimiento cero. El incremento de los costos hará que cada uno de los colombianos seamos más pobres relativamente con el paso de los días,porque los salarios no suben conforme a una subida en los precios. En contraste,  con un bajo crecimiento no expandiríamos el umbral de pobreza actual (en condiciones normales), no es la situación deseable, pero por lo menos la masa critica se sostendría.

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