MENTEFACTO

Publicado el Joseph Aldemar Casañas Angulo

El ‘General’ y ‘ Pelo e´Burra’, ejemplos de un fútbol carente de seriedad

JulioEn Barranquilla y en Pereira, Jorge Luis Pinto y Julio Avelino Comesaña dejaron su trabajo abandonado.

El pasado primero de junio el Deportivo Táchira oficializó la salida de Jorge Luís Pinto del plantel venezolano, el santandereano dejó al equipo patriota campeón del torneo local y optó por no renoval su contrato en el país de la nostalgia bolivariana.

Un día después el extécnico de la Selección Colombia firmó por año y medio con el Junior de Barranquilla, la eterna y siempre fiel hinchada tiburona vio en el ‘General ‘ santandereano el hombre indicado para reorganizar las tropas y buscar ganar la batalla por el título en el segundo semestre del Fútbol Profesional colombiano.

Una vez al frente del ejército rojo y blanco el ‘General’ se apropió de su cargo; puso a trabajar a sus soldados a doble jornada bajo el inclemente sol de la puerta de oro de Colombia, sacó jugadores de la plantilla, trajo unos cuantos, con misterios que incomodaron a la prensa costeña, Pinto organizó, planeó, estructuró y enfocó su artillería a lo que sería su primer objetivo del campeonato, el eterno rival en el clásico de la costa norte del país, el Cartagena.

Mientras la pretemporada avanzaba, en el sur del continente y lejos del calor barranquillero, en Argentina en medio de la Copa América el destino fraguaba de a poco el futuro del técnico que trabajaba en Barranquilla, quizá, sólo quizá y sin saberlo el banco de la selección de Costa Rica se pintó de Jorge Luís.

El primer partido del Junior en casa terminó en goleada: Cartagena 3 – Pinto 0, las criticas no se hicieron esperar ‘hasta con el balde’, la prensa y la afición barranquillera cuestionaron el planteamiento del ‘General’. Inmediatamente después los rumores y los titulares de prensa empezaron a crecer, Jorge Luis Pinto, primera opción para sustituir a La Volpe en el banco de Costa Rica.

Inicialmente y como suele suceder en estos casos, los implicados en el rumor negaron la noticia, sin embargo horas después el chisme estaba confirmado. Pinto se va con su discurso a Costa Rica tituló en su página de internet uno de los principales medios de la capital del Atlántico.

En un acto circense el ‘General’ informó que pese a que se iba del onceno juniorista dirigiría los dos siguientes partidos, uno terminó empatado a cero ante el Tolima en calidad de visitante mientras que en el otro, disputado  en casa el Junior demostró un poderío ofensivo inesperado y goleó al Quindío 4-0.

Con lágrimas Pinto se despidió y pese a que indicó que dejó “todo claro” desde el principio con la familia Char (dueños del equipo), en el ambiente la imagen del ‘General’ se desvalorizó.

Fue uno de los técnicos que más tiempo tuvo de trabajo, como a un niño se le cumplieron todos los caprichos, lo que pidió se le trajo, y lo que no quiso se fue, nada importó: tres partidos dirigidos, cuatro puntos de nueve posibles, y el rótulo de ser el primer técnico en renunciar en el segundo semestre del año sellaron la era Pinto en el equipo tiburón, dejando en el espectro una imagen de un señor con poca seriedad que deja el trabajo abandonado y que vendió al mejor postor el trabajo de un equipo que lo necesita.

Por si fuera poco se convirtió en caldo de cultivo para los dueños de la verdad, para los valientes caballeros con poca cabellera. Con dureza y con razón se habló del proceder de Pinto.

Semanas después la historia se repite, esta vez con acento uruguayo. Comesaña deja abandonado al Pereira  y se marcha a trabajar con la selección Colombia.

Como en el caso Pinto al principio fue un rumor, luego los protagonistas del chisme no lo aceptaron, sin embargo tal y como sucedió en el caso del ‘General’, la noticia es un hecho.

No se sabe con precisión (como ya es costumbre al interior de la federación) qué va a hacer ‘pelo e’ burra’, pero es un hecho que será parte del ciclo Leonel en la ‘tricolor’, que deja al Pereira cerca del descenso y que tal y como hizo el ‘General’ su imagen queda desvalorizada, por lo menos en los seguidores del matecaña.

El hincha no entiende de cláusulas, de recisión de contratos ni de nada de esos tecnicismos mediáticos que se utilizan para deslindar a los técnicos de su responsabilidad con el seguidor, con el padre de familia que trabaja en la semana y ahorra para poder ir a ver al equipo de sus amores. Respeto es lo único que exigen.

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