MEMORIAS DE AMORES ESCARLATAS

Publicado el Jaz Castle

¿Es bueno cangrejear?

cangrejoooo au

Él la rodeó a ella con su brazo izquierdo, debajo de las sábanas. Dibujó con el dedo índice sus labios y le susurró: «gracias por venir». Ella creyó que él la amaba, pero al día siguiente decidió dejarla ir para siempre...

Aunque el «cangrejeo» se ha convertido en una práctica popular, algunas personas desconocen el significado de esta palabra, son diez letras que engloban emociones y erotismo al mismo tiempo. Cangrejear, significa «caminar hacia atrás» o lo que los humildes mortales llaman «echarle una repasadita sexual al ex».Lastimosamente, las mujeres no vemos con frecuencia, la dimensión de este gran agujero negro en el que nos lanzamos de cabeza y sin saber si regresaremos sanas y salvas.

Las mujeres en particular, tenemos una neurona que nos recuerda constantemente lo buen polvo, romántico,caballero o perfecto que era nuestro ex. Esta neurona tiene el poder de omitir los defectos que tiene el sujeto en cuestión, y suele idealizarlo más de lo normal. Generalmente trabaja tiempo extra a la hora de dormir, en las fiestas aburridas y en el mes de diciembre.

Ahora, no quiero ser exagerada, admito que el cangrejeo es muy excitante, porque existe un conocimiento previo de lo que le gusta a tu ex pareja y viceversa, además incita a lo prohibido y el resultado es un sexo de película. El problema ocurre justo después del acto sexual, donde el corazón de nosotras se expone en medio de una autopista llena de recuerdos, para ser atropellado. A excepción de que sufran de alzheimer, los recuerdos de aquellas épocas en que ustedes eran felices vuelven automáticamente y comienzan a albergar la esperanza de reconquistar a esa persona por medio del sexo, lo cual en el 90% de los casos no sucede.

Para retratarles mejor lo que puede pasar en el peor de los casos cuando cagrejean, les quiero contar una historia real de amor escarlata:

Julieta y Felipe

Julieta y Felipe se conocieron en la universidad, se enamoraron locamente y en tres meses se fueron a vivir juntos. Ella lo amaba más que a su vida, le era fiel, lo aceptaba con sus ataques de celos e inseguridades. Su único anhelo era poder decirle algún día: «Si, acepto» delante de un altar y toda su familia.

La burbuja en la que vivía Julieta se desvaneció al cabo de un año y medio, cuando Felipe comenzó a frecuentar a alguien más. Felipe decidió dejar ir a Julieta por primera vez.Aunque ella desconocía la verdadera razón por la cual él había decidido abandonarla, lo esperó, día y noche entre lágrimas, durante un año, esperando una llamada que nunca llegó.

Un buen día Julieta descubrió algo que terminaría el luto de su pasada relación; ella vio la foto de Felipe y su amante en un juzgado firmando unos papeles, lo que la mató en sí, fue ver los rostros de felicidad de ambos, y la cara de enamorado de él pues se habían casado. Ese fue el día en que Julieta decidió dejarlo ir por primera vez.

Inesperadamente un jueves a la madrugada el teléfono de Julieta la despertó, del otro lado del auricular se escuchaba la voz romántica, melancólica, y arrepentida de un hombre. Era él, nuevamente en su vida, rogándole perdón y que aceptara ser su esposa. Ella derramó unas cuantas lágrimas, porque durante mucho tiempo quiso escuchar eso, pero esta vez era imposible, y no se sentía capaz de perdonarlo, así que lo rechazó una y otra vez hasta que él se canso de rogarle.

Transcurrió un año más y Julieta descubrió que Felipe le había dicho la verdad, se había divorciado de su esposa tal como se lo prometió a Julieta, y ella ni siquiera había movido un dedo, tenía que ser amor verdadero, pensó. Así que lamentó no haber creído en sus palabras, y muy al estilo Carrie Bradshow empacó sus maletas,compró un tiquete de viaje, y pasó 11 horas indocumentada dentro de un bus, sólo para volver a verlo.

Por primera vez en mucho tiempo se sintió la protagonista de una comedia romántica y eso la llenó nuevamente de vida.

Cuando Julieta llegó al apartamento de Felipe, se llevó una gran sorpresa. Encontró el apartamento de un hombre demasiado cómodo con su soltería, del hombre que había conocido tres años atrás no quedaba ni la sombra, y lo único que había para comer era una pizza comprada. Julieta se desilusionó, pues esa no era la escena que había imaginado, no hubo besos ni abrazos efusivos, tampoco velas, ni cena romántica, tuvieron sexo, pero no hicieron el amor.

Ahí no acaba todo, al día siguiente Julieta dormía en el pecho de su amado, pero el sonido de un citófono la despertó, la pobre se asustó e imaginó un millar de posibilidades desastrosas. Afortunadamente era sólo su ex suegro, pero contrario a lo que haría un caballero, Felipe le dio algo de dinero a Julieta y le pidió que se escondiera en el estudio. Julieta llena de ira, desconcierto y pena hizo caso.

Fin.

Esa fue la última vez que Julieta vio a su ex y pudo cerrar por fin el ciclo de la relación que tanto daño le había hecho, porque entendió que nunca existió realmente un amor verdadero. Al cangrejear con su ex, lo único que estaba haciendo era premiarlo y obviamente él no se merecía tal premio.

Queridas lectoras, tengan siempre en cuenta que cuando abren esa caja de pandora llamada pasado, nunca saben a ciencia cierta lo que encontrarán. El pasado es mejor dejarlo quieto, más aún cuando está lleno de malos recuerdos. Si quieren sexo del bueno innoven, conozcan gente nueva que les refresque el cerebro y el corazón, no alguien que dejará un desastre de polvo tras marcharse.

Carrie y Big. Sex and the city.

 

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