LOS ANTIOQUEÑOS EN LA MISIÓN KEMMERER.
Hace un siglo, en 1923, el gobierno colombiano encabezado por el antioqueño Pedro Nel Ospina contrató un grupo de economistas norteamericanos dirigidos por el profesor Edwin Kemmerer de la Universidad de Princeton, que en la historia del país se conocería como la Misión Kemmerer, cuyos análisis y propuestas le abrieron a la economía colombiana, el camino a su ingreso pleno a la modernidad, a sus instituciones y políticas.
Sin exagerar, fue la generadora de las grandes transformaciones que cambiaron el escenario, las reglas y la dinámica del devenir económico de Colombia. Dio nacimiento a instituciones fundamentales como el Banco de la República, la Superintendencia Bancaria y la Contraloría General de la República; al igual que normas tan importantes como las referentes a la contabilidad nacional, la reglamentación del presupuesto de la nación y de los instrumentos negociables. Claramente, fueron acontecimientos que marcaron un antes y un después en la historia económica e institucional del país.
Algo bien significativo en este capítulo central de nuestra historia nacional es la presencia de antioqueños que participaron hombro a hombro con los técnicos extranjeros, empezando por el Presidente Pedro Nel Ospina y Gabriel Posada Villa, su ministro de Hacienda – en esa época del Tesoro, hasta las reformas de Kemmerer -, junto con Esteban Jaramillo uno de los grandes economistas que ha tenido Colombia, un keynesiano tropical precursor en estas tierras, del célebre economista inglés, quien fue el delegado presidencial en el trabajo, como contraparte de Kemmerer; el grupo antioqueño lo completaba Luís de Greiff, Presidente del Senado, el senador Antonio José Restrepo y Juan V. Villa, asesor económico del Presidente Ospina. En la segunda Misión Kemmerer, en el gobierno de Enrique Olaya Herrera, participaría otro hijo de la montaña, Francisco de Paula Pérez, por entonces ministro de Hacienda.
Cien años después, otro grupo de economistas antioqueños, forman parte del grupo de técnicos y políticos con responsabilidades en el desarrollo de lo establecido en 1923: Juan Camilo Restrepo, Mauricio Cárdenas, Juan José Echavarría, José Darío Uribe, Luís Alberto Zuleta. Es de destacar la presencia del pensamiento económico en cabeza de antioqueños, con su ingrediente de sano realismo o pragmatismo, alejado de dogmatismos empobrecedores y con su capacidad para adelantar análisis objetivos de realidades complejas, en donde lo regional es abordado con una perspectiva nacional, aunque no falte quién con sus posiciones, le dé pie al manido discurso sobre el regionalismo y aún el sectarismo paisa.
Y no es por regionalismo que sostengo acá que desde Antioquia siempre se ha reconocido y defendido la diversidad colombiana como nación. En el siglo XIX, en tiempos del federalismo, fue una región que se alejó de los conflictos y aun guerras entre regiones que desangraron a otros territorios del país. Federalistas sí, pero respetando las diferencias y sin desconocer por ello, la realidad unificadora y sintetizadora de la nación y del estado nacional. Asuntos que no han perdido su actualidad, máxime en un país con las profundas desigualdades que caracterizan su estructura como nación.