Líneas de arena

Publicado el Dixon Acosta Medellín (@dixonmedellin)

Viernes Negro para las Letras

Harper Lee Umberto Eco
Harper Lee & Umberto Eco

Suele utilizarse la expresión Viernes Negro para recordar un desastre financiero y en ocasiones se recicla cuando aparecen noticias negativas para la economía, pero en esta ocasión el viernes 19 de febrero de 2016 será recordado como un día aciago, no para los números sino para las letras, pues nos ha dejado sin dos nombres fundamentales para la escritura, la señora Harper Lee y el señor Umberto Eco.

De Harper Lee, no conocíamos ni siquiera su nombre, solo el título de la que pensábamos era su única novela, pero incluso en algún momento pensábamos que era una película y más que una película titulada Matar un Ruiseñor, un nombre, Atticus Finch y más que ese personaje, el rostro amable y justo de Gregory Peck.

Gregory Peck in To Kill a Mockingbird
Gregory Peck como Atticus Finch

Ahora bien, no sabíamos nada de Harper Lee en gran medida porque a ella no le interesaba que supiéramos algo de su vida. Mujer más discreta que ella no podía existir, sin embargo es la autora de la mejor novela del siglo XX en Estados Unidos, o al menos así lo determinó una encuesta entre bibliotecarios y libreros de ese país, una obra sencilla que ha resultado fundamental en la lucha de los derechos civiles de los afroestadounidenses. Harper Lee amiga del silencio y de Truman Capote, quien solo en la etapa final de su vida, salió de su refugio para recibir una medalla y lanzar su segunda novela, que en realidad fue el primer manuscrito titulado Ve y pon un Centinela.

De Umberto Eco, en cambio sabíamos mucho, a pesar de El Nombre de la Rosa y de su versión en cine y el quizás mejor rol del legendario Sean Connery, cuando un monje franciscano llamado Guillermo de Baskerville hizo olvidar a James Bond. A pesar de todo eso, sabíamos que Eco era un hombre que nos ayudaba a pensar.

Sean Connery como Guillermo de Baskerville
Sean Connery como Guillermo de Baskerville

Gracias a Eco, entendimos el significado de semiólogo, una profesión que en tiempos oscuros podría haber sido interpretada como algo similar a hechicero, nigromante o clarividente, pues no de otra manera se puede entender a alguien empeñado en darle sentido a los signos, como lo vienen haciendo todos los descendientes de Ferdinand de Saussure. Eco tenía la virtud de los verdaderos filósofos y era hacer comprensible para todos, los insondables laberintos del pensamiento, gracias a sus libros, entrevistas y las columnas de opinión que publicaba en periódicos del mundo como El Espectador en Colombia.

Un eco se aproxima, es el recuerdo de dos ruiseñores que ya volaron. Una señora del sur de Estados Unidos, un señor del norte de Italia, dos gigantes del mundo.

Dixon Acosta Medellín

En Twitter a ratos escucho ecos y veo ruiseñores como @dixonmedellin

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