Líneas de arena

Publicado el Dixon Acosta Medellín (@dixonmedellin)

Primero de enero, un día en el limbo.

Amanecer de Enero, obra de la artista contemporánea Judith Fritchman.

 

Comienzo a escribir estas líneas en el pasado, querido lector, cuando todavía el año 2021 no se ha retirado a descansar, para liberarse finalmente de todas las cargas ligeras o pesadas que nos trajo a usted y a mí. Un año que para el mundo siguió siendo complicado, aunque en lo personal fue una bendición.

Este mundo que usted y yo compartimos, al que solemos maltratar con nuestras acciones cotidianas, se despertó bruscamente en Washington, cuando una muchedumbre, que parecía salida de una novela barata o película de serie B[1], de las que hablan de futuros apocalípticos se tomaba el capitolio en la capital de Estados Unidos, en el mismo escenario en el cual un hombre decente tomaba posesión como presidente unas semanas más tarde. Pero el mundo siguió girando alrededor del Covid-19, de sus secuelas y variantes, recorremos el alfabeto griego y algunas letras aparecen en mayúscula como Delta u Ómicron.

Mientras que los talibanes regresaban triunfantes a Afganistán, unos barcos quedaban varados en las costas del mundo llevando mercancías y regalos de navidad, así como un volcán en la isla española de la Palma parecía expulsar toda la lava de las entrañas del planeta. La canciller Angela Merkel terminó su mandato entre flores y aplausos, pero sin lágrimas, que es alemana. El jugador Messi con su cambio de residencia de Barcelona a París, fondo de tango y argumento de telenovela, nos salvó por unas semanas del monólogo de la pandemia y se nos fueron personas importantes, como el padre espiritual de Sudáfrica, Desmond Tutu, DEP. En Tokio se realizaron los juegos olímpicos del 2020, porque resultaba costoso cambiar el letrero de promoción. En Colombia, estuvimos entre paros y protestas, pero en diciembre quedamos “Encantados”, con una maravillosa película de Disney.

Ignoro cómo le fue a usted, pero déjeme que le comparta que siendo uno de los años más difíciles de mi vida, al final estoy agradecido con Dios y la existencia. Hace un año, mi esposa Patricia iniciaba una dura lucha contra el cáncer, luego de una delicada operación y un tratamiento que no ha terminado, los resultados hasta el momento son más que positivos y esperanzadores, un proceso que reforzó nuestra fe y optimismo en la vida. Gracias a Dios, a los médicos, a la fuerza y valentía de mi esposa, al amor que nos profesamos y a la buena energía que genera la solidaridad y el cariño de familia y amigos, estamos saliendo adelante. Por eso, aunque resulte paradójico, consideramos al 2021 como un gran año, pleno de experiencias y aprendizajes diarios.

Retomo la escritura, ya en pleno primero de enero, un día que se encuentra en el limbo, entre la resaca y el cansancio, entre el festejo y la continuación de las responsabilidades, pero que representa el verdadero momento, para realizar el balance del pasado y la proyección del futuro. Una gran oportunidad, para personas como usted o como yo, que lo tomamos como la brújula que señala el camino de los otras 364 jornadas por cumplir. Llámese disciplina, tradición, hábito saludable o superstición consuetudinaria, resulta agradable comenzar el año, escribiendo por mi parte y leyendo por el suyo.

Por todo lo anterior y aquello que se queda en el tintero, seamos usted y yo, bienvenidos a este nuevo año. Contamos con una gran ventaja y es que seguimos vivos. Muchas gracias, amable lector, por tomarse un tiempo del día que vive en el limbo. Le deseo todas las palabras bonitas que expresamos hace unas horas, todos los pensamientos positivos que tuvimos antes de medianoche. Aquí nuestros caminos se separan, pero que tan largo o corto sea el recorrido, esperemos que se vuelvan a encontrar, así sea con mascarilla, que debemos cuidarnos mutuamente. Entretanto, todo lo mejor para usted y los suyos. Salud!

Dixon Acosta Medellín

En Twitter me encuentran en horas no laborales como @dixonmedellin

[1] Aquí debo declarar una personal satisfacción, cuando había redactado este párrafo, posteriormente tuve oportunidad de ver un magnífico y poético resumen del 2021 en RTVE, la televisión pública de España, creado por el periodista Carlos del Amor, en el cual se utilizó la misma expresión para este suceso en Estados Unidos, fue una sorpresa muy agradable, coincidir en la misma calificación.

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