
En honor al viernes, día con el que se inicia la alegre agonía antes del regreso del lunes, de vez en cuando, dejaré aquí algo que espero sea cercano a la poesía. Gracias por la indulgente lectura.
POEMA SOBRE 2 RUEDAS EN 4 TIEMPOS
DESCUBRIMIENTO
Cuando aprendí a montar en bicicleta
luego de un rosario de caídas
moretones y algún raspón en la rodilla
descubrí que se podía lograr
algo de equilibrio sobre este mundo
tan inestable por terremotos, huracanes
y las ocurrencias –como guerras nucleares-
de sus inquietos habitantes.
DEFINICIÓN
La bicicleta es un maravilloso artefacto
con dos ruedas, cadena, sillín, manubrio
y un motor incansable, casi infinito
proporcional a la imaginación
y a tanto tiempo libre, libre!
del cual dispone –y no sabe- un niño.
REFRÁN
“Aprender a montar en bicicleta
nunca se olvida”
dice un conocido refrán.
Quizás por todo el miedo
acumulado durante la víspera,
el duro encuentro con el piso
en múltiples ocasiones,
las risas crueles de los vecinos.
En mi caso, no lo olvido
tal vez porque no conté
con la mano adulta
que tomara el sillín
y corriera a mi lado,
mi amigo William
-el niño rubio y pecoso-
que vivía en la casa vecina
intentó cumplir ese papel.
Cuando luego de tantos intentos
pude por fin pedalear
sin besar la lona del pavimento
esperaba, con ansiedad
que Laurencio -mi padre-abuelo,
luciera una amplia sonrisa
desde algún punto del firmamento.
LECCIONES
La bicicleta me enseñó la libertad
pero también me hizo conocer las normas
-en este caso, las de tránsito,
cuando choqué de frente
con otro ingenuo ciclista quien venía
por el medio de la calle.
Esa tarde aprendí con dolor
las nociones de izquierda y derecha,
supe que se puede chocar
por estos dos conceptos
y quienes vamos por el centro
no tenemos muchas posibilidades
de salir ilesos, indemnes.
Dixon Acosta Medellín
@dixonmedellin