Líneas de arena

Publicado el Dixon Acosta Medellín (@dixonmedellin)

No más colombianadas (alegato en contra de una expresión)

#Nomáscolombianadas

Se ha vuelto un lugar común en medios de comunicación y redes sociales, designar con la expresión “colombianada”, algo mal hecho, una improvisación o un comportamiento indeseable. Resulta una triste demostración de nuestra tendencia a etiquetarnos negativamente y peor aun, de convencernos – y por ende a los demás,  del significado de la etiqueta. Las palabras tienen una fuerza poderosa y si un término hace carrera en el habla cotidiana, no extrañaría que un día de estos en el diccionario de la Real Academia de la Lengua encontremos esa palabra para nuestra vergüenza.

 

Resulta incorrecto el sentido del término “colombianada”, porque aceptamos que nuestra identidad como colectivo se asocia a lo negativo. Es además terriblemente injusto con los millones de colombianos que dentro o fuera del territorio nacional se esmeran en  hacer las cosas bien. El mejor recurso de exportación colombiano es su talento humano, reconocido en todo el mundo y sin exageración alguna, pues en remotos sitios hay compatriotas que son valorados por su esfuerzo y trabajo, como revelan diversas crónicas.

Además la maldad, mediocridad y pobreza de espíritu no es patrimonio nacional, en todas partes hay demostraciones cotidianas de lo que en España llaman “chapuzas” pero me pregunto si en cada sitio se han encargado de ponerle etiqueta nacional a “aquellas cosas que solo suceden en este país”, que suele ser una expresión típica por doquier, pues siempre habrá demostraciones negativas del alma humana en cualquier rincón del planeta.

Investigando, observo que el término “españolada” se utilizó despectivamente para designar una corriente determinado del cine español, que falseaba la realidad social y política para proyectar una imagen estereotipada del país, pero la expresión ha caído en desuso, en parte por la indudable calidad del cine español contemporáneo y porque en el presente se juzga de manera más benevolente aquellas películas que fueron objeto de la mordaz crítica.

Aceptaría la expresión “colombianada”, si fuera una auténtica demostración de autocrítica y de una sana capacidad de burlarnos de nosotros mismos, pero generalmente cuando se utiliza no se hace con ese sentido, sino más como chiste burdo, que incluso termina exaltando lo que se pretende criticar. Lamentablemente todos los días hay demostraciones de ausencia de cultura ciudadana, pero deberíamos buscar otra forma de denominarlas y lo más importante, encontrar la manera de resolverlas, aunque esa fórmula fue inventada hace rato, se denomina educación.

No estar de acuerdo con la expresión que se ha utilizado, no quiere decir que se está en contra de denunciar y exponer aquellas situaciones negativas producto de “palabra, obra u omisión”, pero deberíamos buscarle otro nombre o seguir utilizando aquella denominación que es aceptada por la Real Academia y que no deja lugar a duda, la clásica “chambonada”.

Dichoso el día en que se pudiera ver en un periódico o en una red social la palabra “colombianada” y el lector interprete que se habla de algo agradable, bonito, bien hecho, como en efecto, hay tantos ejemplos diarios que no se destacan. En ese sentido, lo deseable es que no se use más nuestra identificación nacional para lo malo y  lo más importante que no tuviéramos motivo para ello.

Dixon Acosta Medellín

A ratos en Twitter: @dixonmedellin

Comentarios