A Patricia, mi justificación en la vida.
Me dejaste instrucciones precisas para sobrevivir en esta casa durante tus días de ausencia.
Consejos claros y concisos sobre el funcionamiento de la estufa, lavadora, nevera y demás artefactos. He realizado un curso intensivo para no accidentarme en este espacio, respeto las normas de tránsito y decidí dejar de trabajar en las noches como sonámbulo. Ya puedo decir sin falsa modestia que puedo girar el grifo del agua sin provocar una inundación. Encontré por fin, luego de buscarlo, el freno de mano del control televisivo, juro que lo tengo en apagado. Incluso entiendo el complejo proceso de la cerradura, no quedaré encerrado durante la eternidad.
Me has dejado instrucciones anotadas con tu preciosa letra para que yo siempre las encuentre, con los nombres de las cosas para que jamás las olvide, me has dejado pintada con tinta reflectiva, la ruta de evacuación que lleva desde la cama hasta la puerta, por si me visita un terremoto.
Yo he cumplido mi tarea a diferencia de tus ingratas plantas. Si no escuché mal, les pediste que me regaran todos los días. Estoy empezando a marchitarme. Es claro, tú no me dejaste Instrucciones claras para soportar tu dolorosa ausencia. Ignoro cualquier tipo de técnica de supervivencia sin tu precisa /preciosa / presencia.
Dixon Acosta Medellín
En Twitter busco poesía (y generalmente no la encuentro) como @dixonmedellin
Dixon Acosta Medellín (@dixonmedellin)
Advenedizo extraviado en la dimensión desconocida. Alguna vez aspirante a diletante cronopio y decantado en aceptable fama. De los pecados, errores y calamidades cotidianas me rescata Patricia, incondicional compañera. Cuando salgo del espejo de Alicia, me pongo corbata, apellidos de pila e intento aplicar lo aprendido en la Universidad Nacional de Colombia y otros gratos centros de estudio, en la diplomacia. Estuve en el desierto y ojalá pudiera dejar huella.
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