Nota preliminar: Esta nota se publica en simultánea con el periódico El Correo del Golfo, en donde el autor, firma con su apellido de pila. No me he equivocado en el título de la presente columna, pues por estos días, mi amado país ha cambiado de nombre, no se llama Colombia, como lo quería el Libertador…
Nota preliminar: Esta nota se publica en simultánea con el periódico El Correo del Golfo, en donde el autor, firma con su apellido de pila.
No me he equivocado en el título de la presente columna, pues por estos días, mi amado país ha cambiado de nombre, no se llama Colombia, como lo quería el Libertador Simón Bolívar en justa reivindicación de Cristóbal Colón, sino que algunos le llamamos Golombia, gracias a la extraordinaria presentación de la selección colombiana de fútbol en la Copa América que se juega en los Estados Unidos.
La imagen que acompaña el presente texto, fue un diseño que me tomé la libertad de crear hace diez años, basado en el escudo de la Federación Colombiana de Fútbol, por el desempeño inolvidable del combinado nacional en el mundial de Brasil, con un desempeño inolvidable y en el cual pudimos haber llegado más lejos, pero nos enfrentamos con el equipo local, Brasil, un infame arbitraje que nos anuló un gol legítimo (la famosa anotación de Mario Alberto Yepes), además que todavía no habían inventado el VAR. En la nómina actual de la selección quedan sobrevivientes de aquel equipo, como David Ospina, Camilo Vargas, Santiago Arias, Juan Fernando Quintero y el gran capitán James Rodríguez.
Como todo genio, James Rodríguez tiene su toque de incomprensión. Algunos pensábamos que sufría una lesión inconfesable, por la cual, algunos de los técnicos en los equipos profesionales en los cuales militó, no lo ponían a jugar. Sin embargo, creo que al final, es un tema de sentimiento e ilusión y felicidad. James muestra su mejor desempeño en la Selección Colombia, mucho más que en algunos de los equipos profesionales, porque aquí se siente en casa, porque sencillamente es feliz.
Pienso que la Federación Colombiana de Fútbol, debería hacernos un favor a todos los aficionados, que contraten a James de manera permanente en el equipo, con un contrato vitalicio, para que no siga perdiendo el tiempo con técnicos que no lo entienden, que lo mandan a la suplencia, con periodistas que se creen semidioses, cuyo deporte favorito es criticarlo, esos mismos que ya deberían estar jubilados, dejando descansar a la humanidad.
Ahora bien, el equipo no es sólo James, ni mucho menos. Sería muy injusto con los demás no hacer un reconocimiento desde el cuerpo técnico, liderado por el profesor Néstor Lorenzo, así como cada uno de los deportistas que se han dejado la piel en cada jugada. Además que ésta realmente es una selección de colombianos, porque vienen de todos los rincones del país, una bella diversidad humana, que se refleja en los colores en sus rostros, desde las raíces indígenas del gran Luis Díaz, un guajiro como su paisano, el arquero Álvaro Montero, afrocolombianos de varios Departamentos como el Chocó, Cauca, de la costa Caribe como Atlántico y Bolívar, varios paisas de Antioquia, un cucuteño de oro que ya hemos mencionado, hasta un bogotano como el gran arquero Camilo Vargas.
No tengo idea cuál será el resultado de la final de la Copa América en Miami, cuando la selección Colombia enfrente a la favorita indiscutible, los campeones del mundo, a la gran Argentina del gigante Lionel Messi. Sin embargo, en los corazones de cincuenta millones de colombianos, ya tenemos a nuestros propios campeones, esa selección que viene de todos los puntos del país, para seguir dibujándonos una sonrisa en el corazón. ¡Vamos, mi querida Golombia!
Dixon Acosta Medellín
En lo que antes se llamaba Twitter a la hora del recreo me encuentran como @dixonmedellin
Dixon Acosta Medellín (@dixonmedellin)
Advenedizo extraviado en la dimensión desconocida. Alguna vez aspirante a diletante cronopio y decantado en aceptable fama. De los pecados, errores y calamidades cotidianas me rescata Patricia, incondicional compañera. Cuando salgo del espejo de Alicia, me pongo corbata, apellidos de pila e intento aplicar lo aprendido en la Universidad Nacional de Colombia y otros gratos centros de estudio, en la diplomacia. Estuve en el desierto y ojalá pudiera dejar huella.
En horario no laboral me pueden ubicar en Twitter:
@dixonmedellin
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